Deuteronomio 29

El pacto en Moab

1 Éstas son las palabras del pacto que el Señor ordenó a Moisés celebrar en Moab con los hijos de Israel, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.

2 Moisés llamó a todos los israelitas, y les dijo:

«Ustedes han visto con sus propios ojos todo lo que el Señor ha hecho en la tierra de Egipto con el faraón y con todos sus siervos, y con todo su país.

3 Ustedes son testigos de esas grandes pruebas y señales y maravillas.

4 Pero hasta este día el Señor no les ha dado la capacidad de entender, ni de ver ni de oír.

5 Durante cuarenta años yo los he conducido por el desierto, y ni la ropa ni las sandalias que llevan puestas se les han gastado,

6 y para que sepan que yo soy el Señor su Dios, tampoco han tenido que comer pan ni beber vino o sidra.

7 Cuando ustedes llegaron a este lugar, el rey Sijón de Jesbóny el rey Og de Basánnos salieron al encuentro para pelear contra nosotros, y los derrotamos;

8 luego tomamos posesión de su tierra, y la entregamos a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manaséscomo su propiedad.

9 Así que ustedes deben cumplir con las palabras de este pacto, y ponerlas por obra, para que prosperen en todo lo que hagan.

10 »Este día todos ustedes, los varones de Israel, están en presencia del Señor su Dios: tanto los jefes de tribu como los ancianos y los oficiales,

11 lo mismo que sus niños y sus mujeres, y los extranjeros que habitan entre ustedes, desde los que cortan la leña hasta los que acarrean el agua,

12 y esto es para que entren en el pacto del Señor su Dios, y en el juramento que el Señor su Dios hace hoy con ustedes,

13 para confirmarlos hoy como su pueblo, y para que él sea su Dios, tal y como él lo ha dicho y jurado a Abrahán, Isaac y Jacob, los antepasados de ustedes.

14 Este pacto y este juramento no lo hago solamente con ustedes;

15 lo hago delante del Señor nuestro Dios con los que hoy están aquí presentes con nosotros, y también con los que no están hoy aquí con nosotros.

16 »Ustedes saben cómo vivíamos en Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las naciones que hemos encontrado a nuestro paso;

17 ustedes han visto sus hechos repugnantes, y los ídolos de madera, piedra, plata y oro, que tienen consigo.

18 No vaya a ser que alguno de ustedes, hombre o mujer, familia o tribu, aparte hoy su corazón del Señor nuestro Dios y vaya y sirva a los dioses de esas naciones. No vaya a ser que haya entre ustedes alguna raíz que produzca hiel y ajenjo,

19 y que al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga a sí mismo y diga: “Aun cuando persista yo en endurecer mi corazón, voy a estar bien”, pues eso podría perjudicarlos a todos, buenos y malos.

20 El Señor no querrá perdonarlo, sino que su ira y su celo se encenderá contra ese hombre, y caerán sobre él todas las maldiciones escritas en este libro, y el Señor borrará su nombre de debajo del cielo.

21 El Señor lo apartará para mal de todas las tribus de Israel, conforme a todas las maldiciones del pacto escritas en este libro de la ley.

22 Y lo condenarán las generaciones futuras, y los hijos que nazcan después de ustedes, y los extranjeros que vengan de lejanas tierras, al ver las plagas de aquella tierra, y las enfermedades con que el Señor la habrá azotado

23 (toda su tierra será calcinada con azufre y sal; no será sembrada ni producirá nada, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra,y de Adma y de Zeboyin, a las que el Señor destruyó en el furor de su ira);

24 más aún, todas las naciones dirán: “¿Por qué hizo esto el Señor con esta tierra? ¿Qué significa el ardor de este gran enojo?”

25 Y se les responderá: “Es que se apartaron del pacto que el Señor, el Dios de sus padres, concertó con ellos cuando los sacó de Egipto,

26 y fueron y sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron ante ellos. Eran dioses que nunca antes conocieron, y que nada les habían dado.

27 Por eso se encendió la ira del Señor contra esta tierra, y trajo sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro.

28 El Señor los desarraigó de su tierra con gran ira, furor e indignación, y los expulsó a otro país, como hoy se puede ver.”

29 »Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios, pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.

Deuteronomio 30

Condiciones para la restauración y la bendición

1 »Cuando todo esto te haya sobrevenido, es decir, la bendición y la maldición que he puesto ante ti, si estando en medio de todas las naciones a las que el Señor tu Dios te haya arrojado te arrepientes

2 y con todo tu corazón y con toda tu alma te vuelves al Señor tu Dios, lo mismo que tus hijos, y prestas atención a su voz conforme a todo lo que hoy te mando cumplir,

3 entonces el Señor tu Dios hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos por donde te haya esparcido.

4 Aun cuando tus desterrados se encuentren en los lugares más remotos que hay debajo del cielo, de allí te tomará y te recogerá el Señor tu Dios.

5 »El Señor tu Dios te hará volver a la tierra que tus padres recibieron en propiedad, y será tuya; y te tratará con bondad y te multiplicará más que a tus padres.

6 »El Señor tu Dios circuncidará tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma, y tengas vida.

7 »El Señor tu Dios pondrá todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre los que te odiaban y te perseguían.

8 Y tú volverás, y escucharás la voz del Señor, y pondrás por obra todos los mandamientos que hoy te ordeno cumplir.

9 »El Señor tu Dios te hará prosperar en todo lo que hagas con tus manos, y multiplicará el fruto de tu vientre, el fruto de tu bestia, y el fruto de tu tierra. Sí, el Señor volverá a solazarse contigo para bien, tal y como se solazó con tus padres,

10 siempre y cuando obedezcas la voz del Señor tu Dios y cumplas los mandamientos y los estatutos escritos en este libro de la ley; y siempre y cuando te vuelvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.

11 »Este mandamiento que hoy te ordeno cumplir no es demasiado difícil para ti, ni se halla lejos.

12 No está en el cielo, como para que digas: “¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá, para que lo escuchemos y lo cumplamos?”

13 Tampoco está al otro lado del mar, como para que digas: “¿Quién cruzará el mar por nosotros, y nos lo traerá, para que lo escuchemos y lo cumplamos?”

14 A decir verdad, la palabra está muy cerca de ti: está en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.

15 »Fíjate bien: hoy he puesto delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal.

16 Lo que yo te mando hoy es que ames al Señor tu Dios, que vayas por sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y para que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra de la cual vas a tomar posesión.

17 »Pero si apartas tu corazón y no prestas atención, y te dejas llevar, y te inclinas ante dioses ajenos y les sirves,

18 en este día yo les hago saber que ustedes serán destruidos por completo, y que no prolongarán sus días en la tierra al otro lado del Jordán, de la cual van a tomar posesión.

19 Hoy pongo a los cielos y a la tierra por testigos contra ustedes, de que he puesto ante ustedes la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida, para que tú y tu descendencia vivan;

20 y para que ames al Señor tu Dios, y atiendas a su voz, y lo sigas, pues él es para ti vida y prolongación de tus días. Así habitarás la tierra que el Señor juró a tus padres, Abrahán,Isaacy Jacob,que les daría a ustedes.»

Deuteronomio 31

Josué sucede a Moisés

1 Moisés fue y repitió ante todo Israel estas palabras.

2 Les dijo:

«Hoy cumplo ciento veinte años de edad. Ya no puedo salir ni entrar. Además, el Señor me ha dicho: “Tú no vas a cruzar este río Jordán.”

3 Será Josué quien lo cruce delante de ustedes, como el Señor lo ha dicho. Con él lo cruzará el Señor su Dios, y será él quien destruya a estas naciones que tienen delante de ustedes, para que tomen posesión de ellas.

4 El Señor hará con ellos lo mismo que hizo con Sijón y con Og, los reyes de los amorreos, a quienes destruyó,y con su tierra.

5 El Señor los pondrá en sus manos, y ustedes harán con ellos conforme a todo lo que les he ordenado.

6 Esfuércense y cobren ánimo; no teman, ni tengan miedo de ellos, porque contigo marcha el Señor tu Dios, y él no te dejará ni te desamparará.»

7 Moisés llamó a Josué, y en presencia de todo Israel le dijo:

«Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que el Señor juró a sus padres que les daría, y tú les darás posesión de ella.

8 El Señor va delante de ti. Él estará contigo, y no te dejará ni te desamparará.No temas ni te intimides.»

9 Moisés escribió esta ley y se la entregó a los sacerdotes hijos de Leví, los cuales llevaban el arca del pacto del Señor, y a todos los ancianos de Israel.

10 Luego, Moisés les dio la siguiente orden:

«Cada siete años,en el año de la condonación de deudas y durante la fiesta de las enramadas,

11 cuando todo Israel se presente delante del Señor tu Dios en el lugar que él escoja, leerás esta ley en voz alta, a oídos de todo Israel.

12 Congregarás a todo el pueblo, es decir, a hombres, mujeres y niños, y a los extranjeros que vivan en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman al Señor su Dios, y se dediquen a cumplir todas las palabras de esta ley.

13 Así, los hijos de ellos que no conocieron esta ley la oirán, y aprenderán a temer al Señor su Dios todos los días que vivan en la tierra al otro lado del Jordán, que es adonde se dirigen para tomar posesión de ella.»

14 El Señor le dijo a Moisés:

«Mira, el día de tu muerte se acerca, así que llama a Josué, y espérenme en el tabernáculo de reunión para que le dé mis órdenes.»

Moisés y Josué se dirigieron al tabernáculo de reunión, y allí esperaron.

15 Entonces el Señor se apareció en el tabernáculo, en la columna de nube, y ésta se detuvo sobre la puerta del tabernáculo.

16 Allí el Señor le dijo a Moisés:

«Tú vas ahora a dormir con tus padres. Pero este pueblo se rebelará y me será infiel con los dioses ajenos de la tierra a la cual van a entrar. Me abandonará y anulará el pacto que he concertado con ellos.

17 Cuando eso suceda, se encenderá mi furor contra ellos, y los abandonaré; les daré la espalda y serán destruidos, y les sobrevendrán muchos males y angustias, y entonces dirán: “¡Todos estos males nos han sobrevenido porque nuestro Dios no está en medio de nosotros!”

18 Lo cierto es que, cuando eso suceda, yo les daré la espalda por todas las maldades que ellos habrán cometido, y por haberse ido tras dioses ajenos.

19 Así que escriban este cántico. Tú mismo, enséñaselo a los hijos de Israel; ponlo en sus labios, para que este cántico me sirva de testimonio contra los hijos de Israel.

20 Porque yo los introduciré en la tierra que juré a sus padres, tierra que fluye leche y miel, y ellos comerán hasta saciarse, y engordarán, y se volverán a dioses ajenos y les servirán, y me harán enojar, e invalidarán mi pacto.

21 Y cuando les sobrevengan muchos males y angustias, este cántico será el testigo que les refute en su propia cara, pues será evocado por los labios de sus descendientes. En realidad, yo sé de antemano lo que se proponen, aun antes de introducirlos en la tierra que juré darles.»

22 Ese mismo día Moisés escribió este cántico, y se lo enseñó a los hijos de Israel.

23 Y el Señor le dio esta orden a Josuéhijo de Nun:

«Esfuérzate y anímate,que tú vas a hacer que los hijos de Israel entren en la tierra que juré darles. Yo estaré contigo.»

Se ordena guardar la ley junto al arca

24 Cuando Moisés terminó de escribir en un libro todas las palabras de esta ley,

25 a los levitas que llevaban el arca del pacto del Señor les dio la siguiente orden:

26 «Tomen este libro de la ley, y pónganlo junto al arca del pacto del Señor su Dios. Déjenlo allí como testigo contra ustedes.

27 Yo se bien que ustedes son rebeldes y obstinados. Si aun ahora que vivo entre ustedes, se rebelan contra el Señor, ¡con más razón lo harán después que yo haya muerto!

28 Reúnan a mi alrededor a todos los ancianos de sus tribus, y a sus oficiales, que yo voy a decirles claramente estas palabras, y a poner a los cielos y a la tierra como testigos contra ellos.

29 Yo sé bien que después de mi muerte ustedes se van a corromper y se apartarán del camino que les he mandado seguir, y que en los últimos días les sobrevendrán males por la maldad que cometerán a los ojos del Señor, y que las obras de sus manos provocarán su enojo.»

Cántico de Moisés

30 Entonces Moisés repitió ante toda la congregación de Israel todas las palabras de este cántico:

Deuteronomio 32

1 Escúchenme, cielos, que voy a hablar;

¡que oiga la tierra lo que dirán mis labios!

2 Mi enseñanza se derramará como la lluvia;

mis razonamientos caerán como el rocío.

Serán como la llovizna sobre la grama,

como gotas de agua sobre la hierba.

3 Voy a proclamar el nombre del Señor;

voy a enaltecer a nuestro Dios.

4 Él es nuestra Roca, y su obra es perfecta;

todos sus caminos son de justicia.

Es el Dios de la verdad, justo y recto;

en él no hay ninguna maldad.

5 La corrupción no es suya, sino de sus hijos,

que son gente torcida y perversa.

6 Tú, pueblo loco e ignorante,

¿así le pagas al Señor?

¡Él es tu padre! ¡Es tu Creador!

¡Él te hizo y te afirmó!

7 Acuérdate de los tiempos pasados;

trae a la memoria los años ya idos.

Pregúntale a tu padre, y te lo dirá;

y a tus ancianos, y te contarán

8 cuando el Altísimo dio su herencia a las naciones,

cuando hizo el reparto entre el género humano:

él estableció los linderos de los pueblos

según el número de los hijos de Israel.

9 La porción del Señor es su pueblo;

Jacob es la herencia que le tocó.

10 Lo encontró en un lugar deshabitado;

en un yermo horrible y solitario.

Lo atrajo hacia él mismo, y lo instruyó;

¡lo cuidó como a la niña de sus ojos!

11 Así como el águila revolotea sobre el nido

y anima a sus polluelos a volar,

y extiende sus alas y los levanta en vilo,

y los sostiene sobre sus alas,

12 así también el Señor los guió,

sin la ayuda de ningún dios extraño.

13 Los hizo ascender a las alturas de la tierra,

y les dio a comer los frutos del campo;

de la roca los hizo libar dulce miel,

¡del duro pedernal los hizo extraer aceite!

14 Los alimentó con leche y mantequilla,

con grasa de corderos y carneros de Basán,

y con la carne de machos cabríos;

les dio a comer del mejor trigo

y les dio a beber del mejor vino.

15 Pero Jesurún engordó y dio de coces

(engordó, se llenó de grasa),

y abandonó al Dios que lo hizo;

¡menospreció a la Roca de su salvación!

16 Con dioses ajenos despertó sus celos;

con sus repugnantes hechos provocó su ira.

17 En vez de ofrecerle sacrificios a Dios,

se los ofreció a los demonios,

a dioses que nunca antes había conocido;

a dioses nuevos, venidos de cerca,

a los que sus padres nunca antes adoraron.

18 Te olvidaste de la Roca que te creó;

te olvidaste del Dios que te dio el ser.

19 El Señor vio esto, y se encendió su ira,

porque sus hijos y sus hijas lo menospreciaron.

20 Entonces dijo: «Les daré la espalda.

Voy a ver en qué terminan,

porque son una generación perversa;

son unos hijos inconstantes.

21 Despiertan mis celoscon sus ídolos;

¡provocan mi enojo con dioses que no son dioses!

Pero yo también los provocaré a celos

con un pueblo que no es pueblo;

provocaré su enojo con una nación insensata.

22 Porque mi ira es un fuego ardiente,

y arderá hasta las profundidades del sepulcro;

devorará la tierra y sus frutos,

y consumirá los fundamentos de los montes.

23 Amontonaré sobre ellos calamidades;

¡lanzaré contra ellos mis saetas!

24 El hambre, la fiebre y la peste

los consumirán, y acabarán con ellos;

también enviaré contra ellos colmillos de fieras

y el veneno de serpientes de la tierra.

25 Afuera, los aniquilará la espada;

adentro de sus casas, los dominará el terror;

lo mismo a jóvenes que a doncellas,

lo mismo a niños de pecho que a gente anciana.

26 »Yo había jurado que los esparciría muy lejos,

que pondría fin a su memoria entre los hombres,

27 pero evité las provocaciones del enemigo,

para que no se envanecieran sus adversarios.

No quise que creyeran que todo esto

lo había hecho su propia mano, y no el Señor.

28 Porque son una nación carente de buen juicio:

no tienen capacidad de entendimiento.

29 ¡Si al menos fueran sabios y entendieran esto,

y se dieran cuenta del fin que les espera!

30 ¿Cómo podría un solo hombre perseguir a mil,

si yo, el Señor, no se los hubiera vendido?

¿Cómo podrían sólo dos poner en fuga a diez mil,

si yo, su Roca, no se los hubiera entregado?»

31 La roca de aquellos no es como nuestra Roca,

y hasta nuestros enemigos pueden constatarlo.

32 La vid de ellos es de la vid de Sodoma,

¡es de los campos de Gomorra!

Sus uvas son uvas ponzoñosas,

y producen racimos de amargura.

33 Su vino es un veneno de serpientes,

¡no es sino mortal ponzoña de áspides!

34 «¿Acaso no he guardado esto conmigo,

y lo tengo sellado entre mis tesoros?

35 A mí me corresponde tomar venganza;

¡en su momento caerán, y les daré su merecido!

Ya se acerca el día de su aflicción;

¡pronto viene lo que les tengo preparado!»

36 Sí, el Señor juzgará a su pueblo,

y por amor de sus siervos cambiará de parecer

al ver que su fuerza se ha debilitado

y que ya no quedan siervos ni libres.

37 Entonces dirá: «¿Y dónde están sus dioses,

esas rocas en las que se refugiaban,

38 que se comían la grasa de sus sacrificios,

y bebían el vino de sus libaciones?

¡Que se levanten y vengan a ayudarlos!

¡Que vengan a defenderlos!

39 Reconozcan ahora que yo soy Dios,

y que no hay otros dioses conmigo.

Yo doy la vida, y yo la quito;

yo hiero de muerte, y yo devuelvo la vida,

y no hay nadie que pueda evitarlo.

40 Yo levanto la mano hacia los cielos

y juro que vivo para siempre.

41 Cuando afile mi espada reluciente

y eche mano de ella en el juicio,

tomaré venganza de mis enemigos

y a los que me odian les daré su merecido.

42 Empaparé de sangre mis saetas,

y mi espada se saciará de carne viva;

de la sangre de los heridos y de los cautivos,

de las cabezas de mis enemigos de larga melena.»

43 Ustedes las naciones, alaben al pueblo del Señor,

porque él vengará la sangre de sus siervos

y tomará venganza de sus enemigos;

¡él hará expiación por la tierra de su pueblo!

44 Moisés se presentó ante el pueblo y, junto con Josué hijo de Nun, les repitió todas las palabras de este cántico.

45 Y cuando Moisés terminó de recitar todas estas palabras ante todo Israel,

46 les dijo:

«Entréguense de corazón a cumplir todas las palabras de esta ley que hoy les he expuesto, y vean que sus hijos las cumplan, y ocúpense de cumplirlas.

47 No se trata de palabras sin sentido, sino que se trata de su propia vida. Por medio de esta ley ustedes prolongarán su vida sobre la tierra al otro lado del Jordán, adonde ahora se dirigen para tomar posesión de ella.»

Moisés contempla la tierra de Canaán

48 Ese mismo día el Señor habló con Moisés. Le dijo:

49 «Sube al monte Abarín, a la cumbre del monte Nebo, que está en la tierra de Moab, frente a Jericó, y contempla la tierra de Canaán, que yo doy a los hijos de Israel como su propiedad.

50 Allí, en ese monte al cual vas a subir, morirás y te reunirás con tu pueblo, del mismo modo que antes tu hermano Aarón murió en el monte Hor y fue a reunirse con su pueblo.

51 Allá, en las aguas de Meriba de Cadés, en el desierto de Zin, ustedes pecaron contra mí delante de los hijos de Israel, y delante de ellos no me santificaron.

52 Por eso, sólo verás ante tus ojos la tierra que voy a dar a los hijos de Israel, pero no entrarás en ella.»

Deuteronomio 33

Moisés bendice a las tribus de Israel

1 Antes de morir Moisés, varón de Dios, bendijo a los hijos de Israel, y ésta es la bendición que pronunció.

2 Dijo:

Del monte Sinaí viniste, Señor;

desde Seír dejaste ver tu esplendor.

Desde el monte de Parán resplandeciste

cuando viniste entre millares de santos,

con la ley de fuego en tu mano derecha.

3 Tú, Señor, amas a tu pueblo;

todo tu pueblo santo está en tus manos.

Por eso ellos siguen tus pasos

y reciben de ti su dirección.

4 Moisés nos entregó una ley,

que es la herencia de la congregación de Jacob.

5 Tú, Señor, eres rey en Jesurún,

en la congregación de los jefes del pueblo,

junto con las tribus de Israel.

6 ¡Que viva Rubén! ¡Que nunca muera!

¡Que sus hombres sean muy numerosos!

7 Para Judá, Moisés pronunció esta bendición:

Señor, oye la voz de Judá,

y hazlo volver a su pueblo.

Que sean sus propias fuerzas suficientes,

y que seas tú su ayuda contra sus enemigos.

8 A Leví le dijo:

Que sean el Urim y el Tumimpara tu hombre fiel,

aquel a quien pusiste a prueba en Masah,

aquel con quien contendiste en Meriba,

9 aquel que dijo de su padre y de su madre: «Nunca los he visto»;

aquel que no reconoció a sus hermanos,

ni tampoco reconoció a sus hijos,

aunque sí obedeció tus palabras

y cumplió tu pacto.

10 Él enseña tus preceptos a Jacob,

instruye en tu ley a Israel,

pone delante de ti el incienso

y coloca sobre tu altar el holocausto.

11 Señor, bendice todo lo que él haga

y recibe con agrado la obra de sus manos;

¡hiere de muerte a sus enemigos,

y que jamás se levanten quienes lo odian!

12 A Benjamín le dijo:

El amado del Señor vivirá confiado cerca de él,

y se apoyará sobre sus hombros,

pues el Señor lo protegerá siempre.

13 A José le dijo:

¡Que el Señor bendiga tu tierra

con las mejores lluvias de los cielos

y con las aguas que brotan del abismo!

14 ¡Que el Señor te bendiga

con los mejores frutos del sol

y con los ricos productos de la luna!

15 ¡Que el Señor te bendiga

con los mejores frutos de los montes perennes

y con la abundancia de las montañas eternas;

16 con los mejores dones de toda la tierra

y con el favor del que habita en la zarza!

¡Que todo esto se derrame sobre José,

sobre aquel que es el príncipe de sus hermanos!

17 ¡Su poder es el del primogénito de un toro!

¡Sus astas son recias, como las de un búfalo!

¡Con ellas corneará a todos los pueblos

hasta los confines de la tierra!

¡Así son las diez legiones de Efraín!

¡Así son las cien legiones de Manasés!

18 A Zabulón le dijo:

Tú, Zabulón, te alegras cuando sales;

y tú, Isacar, cuando te quedas en tus tiendas.

19 Llamarán a los pueblos a su monte,

y allí ofrecerán sacrificios de justicia.

Se aprovecharán de la abundancia de los mares,

y de los tesoros escondidos en la arena.

20 A Gad le dijo:

¡Bendito sea el que ensanche a Gad!

Parece reposar como un león,

pero de pronto arrebata brazo y cabeza.

21 Escoge para sí lo mejor de la tierra;

se reserva la parte que es del legislador.

Marcha a la cabeza del pueblo de Israel

y ejecuta los justos mandatos y decretos del Señor.

22 A Dan le dijo:

Tú, Dan, eres un cachorro de león

que salta desde Basán.

23 A Neftalí le dijo:

Tú, Neftalí, estás saciado de favores;

¡rebosas de las bendiciones del Señor!

¡Eres dueño del occidente y del sur!

24 A Aser le dijo:

Tú, Aser, eres el más bendecido de los hijos

y el más amado de los hermanos.

Tus pies se empaparán en aceite.

25 Tendrás cerrojos de hierro y bronce,

y tantas fuerzas como días de vida.

26 No hay Dios como el Dios de Jesurún,

que cabalga sobre las nubes de los cielos

para venir, con su grandeza, en tu ayuda.

27 El Dios eterno es tu refugio;

aquí en la tierra siempre te apoya.

Delante de ti desalojó al enemigo,

y te ordenó que lo destruyeras.

28 Vive confiado, Israel;

habita solitario, fuente de Jacob,

en la tierra de trigo y de vino.

También tus cielos destilan rocío.

29 ¡Bienaventurado tú, Israel!

¿Quién como tú,

pueblo que el Señor ha rescatado?

El Señor es tu escudo y tu socorro;

¡es la espada de tu triunfo!

Tus enemigos serán humillados;

¡tú aplastarás sus lugares altos!

Deuteronomio 34

Muerte y sepultura de Moisés

1 Moisés subió desde los campos de Moab hasta el monte Nebo, hasta la cumbre del Pisga, que está enfrente de Jericó, y allí el Señor le mostró toda la tierra, desde Galaad hasta Dan,

2 y todo Neftalí, y también la tierra de Efraín y de Manasés, es decir, toda la tierra de Judá hasta el mar occidental,

3 el Néguev y la llanura, el llano de Jericó y la ciudad de las palmeras, hasta Soar.

4 Allí el Señor le dijo:

«Ésta es la tierra que juré dar a los descendientes de Abrahán,Isaacy Jacob.Te he permitido verla con tus propios ojos, pero no entrarás en ella.»

5 Allí, en la tierra de Moab, murió Moisés, el siervo del Señor, conforme a lo que el Señor había dicho,

6 y allí mismo lo enterró, en el valle, en la tierra de Moab, frente a Bet Pegor, y hasta el día de hoy nadie conoce el lugar donde fue sepultado.

7 Cuando Moisés murió, tenía ciento veinte años de edad; pero sus ojos nunca se le nublaron, ni perdió su vigor.

8 Los hijos de Israel lloraron a Moisés en los campos de Moab durante treinta días. Así se cumplieron los días de llanto y de luto por la muerte de Moisés.

9 Como Moisés puso sus manos sobre Josué hijo de Nun, éste fue lleno de espíritu de sabiduría, y los hijos de Israel le obedecieron e hicieron lo que el Señor le había ordenado a Moisés.

10 Nunca más surgió en Israel un profeta que, como Moisés, hubiera conocido al Señor cara a cara.

11 Nadie le igualó en todas las señales y prodigios que el Señor le mandó hacer en Egipto, contra el faraón y contra todos sus siervos y su país,

12 ni en el gran poder y en los hechos grandiosos y terribles que hizo a la vista de todo Israel.

Números 1

Censo de Israel en Sinaí

1 El día primero del mes segundo del segundo año de la salida de Egipto, el Señor habló con Moisés en el desierto de Sinaí. En el tabernáculo de reunión le dijo:

2 «Levanten el censode toda la congregación de los hijos de Israel. Cuenten los nombres de todos y cada uno de los varones, y anótenlos por familias y por las familias de sus antepasados.

3 Aarón y tú contarán a todos los israelitas de veinte años para arriba que puedan salir a la guerra, y los agruparán en escuadrones.

4 Con ustedes estará un varón de cada tribu, que sea jefe en la familia de sus antepasados.

5 »Éstos son los nombres de los varones que estarán con ustedes:

»De la tribu de Rubén, Elisur hijo de Sedeur.

6 »De Simeón, Selumiel hijo de Surisaday.

7 »De Judá, Nasón hijo de Aminadab.

8 »De Isacar, Natanael hijo de Suar.

9 »De Zabulón, Eliab hijo de Helón.

10 »De los hijos de José:

»De Efraín, Elisama hijo de Amiud.

»De Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur.

11 »De Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni.

12 »De Dan, Ajiezer hijo de Amisaday.

13 »De Aser, Pagiel hijo de Ocrán.

14 »De Gad, Eliasaf hijo de Deuel.

15 »De Neftalí, Ajirá hijo de Enán.»

16 Éstos eran jefes de las tribus de sus padres y capitanes de los escuadrones de Israel, y fueron nombrados de entre la congregación.

17 Moisés y Aarón tomaron a estos varones designados por nombre,

18 y el día primero del mes segundo reunieron a toda la congregación y fueron agrupando a todos por familias, según las familias de sus antepasados y según la cuenta de los nombres de los mayores de veinte años.

19 Moisés los contó en el desierto de Sinaí, tal y como el Señor se lo había ordenado.

20 De los hijos de Rubén, el primogénito de Israel, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

21 Los contados de la tribu de Rubén fueron cuarenta y seis mil quinientos.

22 De los hijos de Simeón, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

23 Los contados de la tribu de Simeón fueron cincuenta y nueve mil trescientos.

24 De los hijos de Gad, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

25 Los contados de la tribu de Gad fueron cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.

26 De los hijos de Judá, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

27 Los contados de la tribu de Judá fueron setenta y cuatro mil seiscientos.

28 De los hijos de Isacar, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

29 Los contados de la tribu de Isacar fueron cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.

30 De los hijos de Zabulón, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

31 Los contados de la tribu de Zabulón fueron cincuenta y siete mil cuatrocientos.

32 De los hijos de José: de los hijos de Efraín fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

33 Los contados de la tribu de Efraín fueron cuarenta mil quinientos.

34 De los hijos de Manasés, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

35 Los contados de la tribu de Manasés fueron treinta y dos mil doscientos.

36 De los hijos de Benjamín, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

37 Los contados de la tribu de Benjamín fueron treinta y cinco mil cuatrocientos.

38 De los hijos de Dan, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

39 Los contados de la tribu de Dan fueron sesenta y dos mil setecientos.

40 De los hijos de Aser, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

41 Los contados de la tribu de Aser fueron cuarenta y un mil quinientos.

42 De los hijos de Neftalí, fueron contados todos los varones mayores de veinte años que podían salir a la guerra, cada uno por su nombre, descendencia y familia, según las familias de sus antepasados.

43 Los contados de la tribu de Neftalí fueron cincuenta y tres mil cuatrocientos.

44 Éstos fueron los que contaron Moisés y Aarón, con los doce jefes de Israel, uno por cada familia de sus antepasados.

45 Todos los israelitas mayores de veinte años que fueron contados por las familias de sus antepasados, y que podían salir a la guerra,

46 fueron un total de seiscientos tres mil quinientos cincuenta.

Nombramiento de los levitas

47 Los levitas no fueron contados entre ellos según la tribu de sus padres,

48 porque el Señor habló con Moisés y le dijo:

49 «La tribu de Leví será la única a la que no contarás, ni llevarás la cuenta de ellos entre los israelitas,

50 sino que pondrás a los levitas en el tabernáculo del testimonio, y a cargo de todos sus utensilios y de todo lo que le pertenece. Ellos llevarán el tabernáculo y todos sus enseres, y acamparán alrededor del tabernáculo y servirán en él.

51 Cuando el tabernáculo haya de trasladarse, los levitas lo desarmarán, y cuando haya de detenerse, los levitas lo armarán; y el extraño que se acerque será condenado a muerte.

52 Los hijos de Israel acamparán en su respectivo campamento, cada uno junto a su bandera y en el orden de sus ejércitos,

53 pero los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del testimonio, para que no venga la ira sobre la congregación de los hijos de Israel, y se ocuparán de cuidar el tabernáculo del testimonio.»

54 Y los hijos de Israel hicieron todo conforme a todo lo que el Señor le ordenó a Moisés.

Números 2

Campamentos y jefes de las tribus

1 El Señor habló con Moisés y Aarón, y les dijo:

2 «Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su bandera, bajo las enseñas de las familias de sus antepasados. Acamparán alrededor del tabernáculo de reunión.

3 »Al oriente acampará la bandera del campamento de Judá, en el orden de sus ejércitos, cuyo jefe es Nasón hijo de Aminadab.

4 El cuerpo de su ejército es de setenta y cuatro mil seiscientos soldados contados.

5 »Junto a él acamparán los de la tribu de Isacar, cuyo jefe es Natanael hijo de Suar.

6 El cuerpo de su ejército es de cincuenta y cuatro mil cuatrocientos soldados contados.

7 »La tribu de Zabulón, cuyo jefe es Eliab hijo de Helón.

8 El cuerpo de su ejército es de cincuenta y siete mil cuatrocientos soldados contados.

9 »Todos los soldados contados en el campamento de Judá, que son ciento ochenta y seis mil cuatrocientos, marcharán a la vanguardia, en el orden de sus ejércitos.

10 »Al sur acampará la bandera del campamento de Rubén, en el orden de sus ejércitos, cuyo jefe es Elisur hijo de Sedeur.

11 El cuerpo de su ejército es de cuarenta y seis mil quinientos soldados contados.

12 »Junto a él acamparán los de la tribu de Simeón, cuyo jefe es Selumiel hijo de Surisaday.

13 El cuerpo de su ejército es de cincuenta y nueve mil trescientos soldados contados.

14 »La tribu de Gad, cuyo jefe es Eliasaf hijo de Reuel.

15 El cuerpo de su ejército es de cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta soldados contados.

16 »Todos los soldados contados en el campamento de Rubén son ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta, y marcharán en segundo lugar, en el orden de sus ejércitos.

17 »A continuación seguirá el tabernáculo de reunión, con el campamento de los levitas, que está en medio de los campamentos. Cada uno marchará junto a su bandera, en el orden en que acampan.

18 »La bandera del campamento de Efraín estará al occidente, en el orden de sus ejércitos. Su jefe es Elisama hijo de Amiud,

19 y el cuerpo de su ejército es de cuarenta mil quinientos soldados contados.

20 »Junto a él estará la tribu de Manasés, cuyo jefe es Gamaliel hijo de Pedasur.

21 El cuerpo de su ejército es de treinta y dos mil doscientos soldados contados.

22 »Seguirá la tribu de Benjamín, cuyo jefe es Abidán hijo de Gedeoni.

23 El cuerpo de su ejército es de treinta y cinco mil cuatrocientos soldados contados.

24 »Todos los soldados contados en el campamento de Efraín son ciento ocho mil cien, y marcharán en tercer lugar, en el orden de sus ejércitos.

25 »La bandera del campamento de Dan, cuyo jefe es Ajiezer hijo de Amisaday, estará al norte, en el orden de sus ejércitos.

26 El cuerpo de su ejército es de sesenta y dos mil setecientos soldados contados.

27 »Junto a él acamparán los de la tribu de Aser, cuyo jefe es Pagiel hijo de Ocrán.

28 El cuerpo de su ejército es de cuarenta y un mil quinientos soldados contados.

29 »Seguirá la tribu de Neftalí, cuyo jefe es Ajirá hijo de Enán.

30 El cuerpo de su ejército es de cincuenta y tres mil cuatrocientos soldados contados.

31 »Todos los soldados contados en el campamento de Dan son ciento cincuenta y siete mil seiscientos, y marcharán en la retaguardia, siguiendo a sus banderas.»

32 Éstos son los ejércitos de los hijos de Israel, contados por campamentos y en el orden de sus ejércitos, según las familias de sus antepasados. Todos ellos eran seiscientos tres mil quinientos cincuenta.

33 Sólo los levitas no fueron contados entre los hijos de Israel, tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

34 Los hijos de Israel hicieron todo tal y como el Señor se lo ordenó a Moisés. Acamparon en el orden de sus banderas, y marcharon cada uno en el orden de sus familias, según las familias de sus antepasados.

Números 3

Censo y deberes de los levitas

1 Éstos son los descendientes de Aarón y de Moisés, de cuando el Señor habló con Moisés en el monte Sinaí.

2 Éstos son los nombres de los hijos de Aarón:

Nadab, el primogénito; Abiú, Eleazar e Itamar.

3 Éstos son los hijos de Aarón que fueron ungidos como sacerdotes. Aarón mismo los consagró para ejercer el sacerdocio.

4 Nadab y Abiú murieron en presencia del Señor cuando en el desierto de Sinaí ofrecieron un fuego extraño delante de él.Como ellos no tuvieron hijos, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio en lugar de Aarón, su padre.

5 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

6 «Haz que la tribu de Leví se acerque. Diles que se presenten ante el sacerdote Aarón para que le sirvan

7 y desempeñen sus funciones, es decir, que se hagan cargo de toda la congregación delante del tabernáculo de reunión y cumplan con el ministerio del tabernáculo.

8 Diles que cuiden por los hijos de Israel todos los utensilios del tabernáculo de reunión y todo lo relacionado con ellos, y ministren en el servicio del tabernáculo.

9 De entre los hijos de Israel, los levitas quedarán totalmente a las órdenes de Aarón y de sus hijos.

10 Darás a Aarón y a sus hijos la autoridad para ejercer su sacerdocio. Si alguien ajeno al sacerdocio se acerca a mí, será condenado a muerte.»

11 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

12 «Como puedes ver, de entre los hijos de Israel yo he tomado a los levitas en lugar de todos los primogénitos israelitas, así que los levitasson míos.

13 De hecho, todo primogénito es mío. Desde el día en que les quité la vida a todos los primogénitos egipcios, consagré para mí a todos los primogénitos en Israel, y son míos, lo mismo hombres que animales.Yo soy el Señor.»

14 El Señor habló con Moisés en el desierto de Sinaí, y le dijo:

15 «Cuenta a todos los varones hijos de Leví mayores de un mes, por familias y según el orden de las familias de sus antepasados.»

16 Moisés los contó, tal y como le fue ordenado, conforme a la palabra del Señor.

17 Los hijos de Leví, por sus nombres, fueron: Guersón, Coat y Merari.

18 Los hijos de Guersón por sus nombres y familias, fueron: Libni y Simey.

19 Los hijos de Coat, por sus familias, fueron: Amirán, Isar, Hebrón y Uziel.

20 Los hijos de Merari, por sus familias, fueron: Mali y Musi.

Éstas son las familias de Leví, según las familias de sus antepasados.

21 Las familias de Libni y las de Simey eran de la familia de Guersón.

22 Todos los varones mayores de un mes que fueron contados eran siete mil quinientos en total.

23 Las familias de Guersón acampaban en el ala occidental, a espaldas del tabernáculo.

24 El jefe de la tribu de los guersonitas era Eliasaf hijo de Lael.

25 En el tabernáculo de reunión, los hijos de Guersón estaban a cargo del tabernáculo, de la tienda y su cubierta, de la cortina a la entrada del tabernáculo de reunión,

26 de las cortinas del atrio, y de la cortina a la entrada del atrio, es decir, la que estaba junto al tabernáculo y alrededor del altar, lo mismo que de las cuerdas para todo su servicio.

27 Las familias de los amiranitas, isaritas, hebronitas y uzielitas eran de la familia de Coat.

28 El número de todos los varones mayores de un mes era de ocho mil seiscientos, y estaban a cargo de la vigilancia del santuario.

29 Las familias de los hijos de Coat acampaban en el ala sur, a un costado del tabernáculo.

30 El jefe de tribu de las familias de Coat era Elisafán hijo de Uziel.

31 Ellos estaban a cargo del arca, la mesa, el candelero, los altares, los utensilios del santuario con que ministran, y el velo con todo su servicio.

32 El jefe principal de los levitas y jefe de los encargados de vigilar el santuario era Eleazar, hijo del sacerdote Aarón.

33 Las familias de los malitas y musitas eran de las familias de Merari.

34 Los varones mayores de un mes que fueron contados, conforme al número de todos ellos, eran seis mil doscientos.

35 El patriarca de la tribu de Merari era Suriel hijo de Abijaíl. Ellos acampaban en el ala norte, a un costado del tabernáculo.

36 Los hijos de Merari tenían a su cargo la custodia de las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas, sus bases y todos sus enseres, con todo su servicio,

37 las columnas que rodeaban el atrio, y sus bases, estacas y cuerdas.

38 Moisés y Aarón y sus hijos acampaban en el ala oriente, delante del tabernáculo de reunión, y tenían a su cargo la vigilancia del santuario en lugar de los hijos de Israel. Si algún extraño se acercaba, era condenado a muerte.

39 Todos los levitas varones mayores de un mes, que Moisés y Aarón contaron por sus familias, conforme a la palabra del Señor, fueron veintidós mil.

Rescate de los primogénitos

40 El Señor le dijo a Moisés:

«Cuenta a todos los primogénitos de los hijos de Israel, varones mayores de un mes, por sus nombres.

41 Toma para mí a los levitas, en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel. Toma también a los animales de los levitas, en lugar de todas las primeras crías de los animales de los hijos de Israel. Yo soy el Señor.»

42 Y Moisés contó a todos los primogénitos de los hijos de Israel, tal y como el Señor se lo había ordenado.

43 Y todos los primogénitos varones mayores de un mes, conforme al número de sus nombres, fueron veintidós mil doscientos setenta y tres.

44 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

45 «Toma a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, y a los animales de los levitas en lugar de sus animales. Los levitas son míos. Yo soy el Señor.

46 »Para el rescate de los doscientos setenta y tres primogénitos de los hijos de Israel, que exceden a los levitas,

47 tomarás por cabeza cinco monedas de diez gramos de plata cada una, que es el peso oficial del santuario.

48 Ese dinero del rescate por los que exceden se lo darás a Aarón y a sus hijos.»

49 Moisés tomó el dinero del rescate de los que excedían al número de los redimidos por los levitas,

50 así que de los primogénitos de los hijos de Israel recibió un total de mil trescientos sesenta y cinco monedas de plata, de diez gramos cada una, conforme al peso oficial del santuario.

51 Esa plata Moisés la entregó a Aarón y a sus hijos, conforme a la palabra del Señor y según lo que el Señor le había ordenado.

Números 4

Tareas de los levitas

1 El Señor habló con Moisés y Aarón, y les dijo:

2 «De entre los hijos de Leví cuenten a los hijos de Coat por sus familias y según las familias de sus antepasados,

3 a todos los que tengan más de treinta años, y hasta cincuenta años de edad, y anótenlos en los grupos que servirán en el tabernáculo de reunión.

4 Éste va a ser el oficio de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión, en el lugar santísimo:

5 Cuando el campamento haya de mudarse, Aarón y sus hijos vendrán y desarmarán el velo de la tienda, y con él cubrirán el arca del testimonio;

6 y sobre ella pondrán la cubierta de pieles de delfín, y extenderán un paño todo de azul, y le pondrán sus varas.

7 Sobre la mesa de la proposición extenderán un paño azul, y sobre ella pondrán los platones, las cucharas, las copas y los tazones para las libaciones; también sobre ella estará el pan continuo.

8 Extenderán sobre ella un paño carmesí, y lo cubrirán con la cubierta de pieles de delfín; y le pondrán sus varas.

9 Tomarán un paño azul y cubrirán el candelero del alumbrado, sus lamparillas, sus despabiladeras, sus platillos, y todos los utensilios del aceite con que se sirve,

10 y lo pondrán con todos sus utensilios en una cubierta de pieles de delfín, y lo colocarán sobre unas parihuelas.

11 Sobre el altar de oro extenderán un paño azul, y lo cubrirán con la cubierta de pieles de delfín, y le pondrán sus varas.

12 Y tomarán todos los utensilios del servicio que se usan en el santuario, y los pondrán en un paño azul, y los cubrirán con una cubierta de pieles de delfín, y los colocarán sobre unas parihuelas.

13 Quitarán la ceniza del altar y extenderán sobre él un paño de púrpura;

14 pondrán sobre él todos los instrumentos de que se sirve, es decir, las paletas, los garfios, los braseros y los tazones, y todos los utensilios del altar; extenderán sobre él la cubierta de pieles de delfín, y le pondrán las varas.

15 Y cuando Aarón y sus hijos acaben de cubrir el santuario y todos sus utensilios, y haya de mudarse el campamento, vendrán después los hijos de Coat para llevarlos; pero no deberán tocar ninguna cosa santa, para que no mueran.

»Éstas serán las tareas de los hijos de Coat en el tabernáculo de reunión.

16 Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, estará a cargo del aceite del alumbrado, del incienso aromático, de la ofrenda continua y del aceite de la unción; es decir, estará a cargo de todo el tabernáculo y de todo lo que está en él, así como del santuario y de sus utensilios.»

17 El Señor habló con Moisés y Aarón, y les dijo:

18 «No hagan que la tribu de las familias de Coat sea eliminada de entre los levitas.

19 Para que sigan viviendo y no mueran cuando se acerquen al lugar santísimo, deben hacer lo siguiente: Aarón y sus hijos vendrán y les darán a cada uno su oficio y su cargo.

20 Y cuando cubran las cosas santas, no deben entrar para ver; de lo contrario, serán condenados a muerte.»

21 El Señor habló con Moisés, y le dijo:

22 «Levanta también un censo de los hijos de Guersón, según las familias de sus antepasados.

23 Cuenta a todos los varones mayores de treinta años y hasta cincuenta, es decir, todos los que entran en grupos para servir en el tabernáculo de reunión.

24 El oficio de las familias de Guersón para ministrar y llevar será el siguiente:

25 Llevarán las cortinas del tabernáculo, el tabernáculo de reunión, su cubierta, la cubierta de pieles de delfín que va encima del tabernáculo, la cortina de la entrada del tabernáculo de reunión,

26 las cortinas del atrio, la cortina de la puerta del atrio, que está cerca de éste y del altar alrededor, sus cuerdas, todos los instrumentos de su servicio, y todo lo que se hará para ellos. Ése será su servicio.

27 Todo el ministerio de los hijos de Guersón, en todos sus cargos y en todo su servicio, será según lo ordenen Aarón y sus hijos. Ustedes les encomendarán el cuidado de todos sus cargos.

28 Éste será el servicio de las familias de los hijos de Guersón en el tabernáculo de reunión. Su servicio estará bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.

29 »Haz también un censo de los hijos de Merari, según las familias de sus antepasados.

30 Cuenta a todos los varones mayores de treinta años, y hasta cincuenta años, es decir, a todos los que entran en grupos para servir en el tabernáculo de reunión.

31 Las obligaciones de su cargo para todo su servicio en el tabernáculo de reunión serán las siguientes: Llevar las tablas del tabernáculo, sus barras, sus columnas y sus bases,

32 las columnas del atrio alrededor y sus bases, y sus estacas y cuerdas, con todos sus instrumentos y todo su servicio. Consignarás por nombre todos los utensilios que ellos deben transportar.

33 El servicio de las familias de los hijos de Merari para todo su ministerio en el tabernáculo de reunión, estará bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.»

34 Moisés y Aarón y los jefes de la congregación levantaron el censo de los hijos de Coat según las familias de sus antepasados,

35 y contaron a los varones mayores de treinta años de edad, y hasta los de cincuenta años, es decir, a todos los que entraban en grupos para ministrar en el tabernáculo de reunión.

36 Los varones contados, por sus familias, fueron dos mil setecientos cincuenta.

37 Éstos fueron todos los varones contados de las familias de Coat, que ministran en el tabernáculo de reunión. Moisés y Aarón los contaron, tal y como el Señor lo ordenó por medio de Moisés.

38 Los varones contados de los hijos de Guersón, según las familias de sus antepasados,

39 mayores de treinta años y hasta de cincuenta años, es decir, todos los que entran en grupos para ministrar en el tabernáculo de reunión,

40 fueron dos mil seiscientos treinta los contados por sus familias, según las familias de sus antepasados.

41 Éstos son todos los varones contados de las familias de los hijos de Guersón, los cuales ministran en el tabernáculo de reunión, y que Moisés y Aarón contaron por mandato del Señor.

42 Los varones contados de las familias de los hijos de Merari, según las familias de sus antepasados,

43 es decir, todos los mayores de treinta años y hasta de cincuenta años, que entran en grupos para ministrar en el tabernáculo de reunión,

44 fueron tres mil doscientos, contados por sus familias.

45 Éstos fueron los varones de las familias de los hijos de Merari, contados por Moisés y Aarón según lo ordenó el Señor por medio de Moisés.

46 Todos los varones levitas que Moisés y Aarón y los jefes de Israel contaron según las familias de sus antepasados,

47 mayores de treinta años y hasta de cincuenta, es decir, todos los que entraban para ministrar en el servicio y estar a cargo de alguna tarea en el tabernáculo de reunión,

48 fueron ocho mil quinientos ochenta.

49 Cada uno de ellos fue contado según su oficio y según su cargo, tal y como el Señor lo ordenó por medio de Moisés, que los contó tal y como le había sido ordenado.