1 Corintios 10

Amonestaciones contra la idolatría

1 Hermanos, no quiero que ignoren que todos nuestros antepasados estuvieron bajo la nube,y que todos cruzaron el mar.

2 Todos ellos, en unión con Moisés, fueron bautizados en la nube y en el mar.

3 También todos ellos comieron el mismo alimento espiritual,

4 y todos bebieron la misma bebida espiritual,porque bebían de la roca espiritual que los seguía, la cual era Cristo.

5 Pero la mayoría de ellos no agradó a Dios, y por eso quedaron tendidos en el desierto.

6 Pero todo esto sucedió como un ejemplo para nosotros, a fin de que no codiciemos cosas malas, como ellos lo hicieron.

7 No sean idólatras, como lo fueron algunos de ellos, según está escrito: «El pueblo se sentó a comer y a beber, y luego se levantó a divertirse.»

8 No caigamos en la inmoralidad sexual, como lo hicieron algunos de ellos, y por lo cual en un solo día murieron veintitrés mil.

9 Tampoco pongamos a prueba a Cristo, como también algunos de ellos lo hicieron, y murieron por causa de las serpientes.

10 Ni murmuren, como algunos de ellos lo hicieron, y perecieron a manos del destructor.

11 Todo esto les sucedió como ejemplo, y quedó escrito como advertencia para nosotros, los que vivimos en los últimos tiempos.

12 Así que, el que crea estar firme, tenga cuidado de no caer.

13 A ustedes no les ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero Dios es fiel y no permitirá que ustedes sean sometidos a una prueba más allá de lo que puedan resistir, sino que junto con la prueba les dará la salida, para que puedan sobrellevarla.

14 Por tanto, amados míos, huyan de la idolatría.

15 Les hablo como a personas sensatas; juzguen ustedes mismos lo que digo.

16 La copa de bendición por la cual damos gracias, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?

17 Hay un solo pan, del cual todos participamos; por eso, aunque somos muchos, conformamos un solo cuerpo.

18 Fíjense en el pueblo de Israel; los que comen de los animales que se ofrendan, son partícipes del altar.

19 ¿Qué quiero decir con esto? ¿Que el ídolo o los animales que se ofrendan a los ídolos son algo?

20 Lo que quiero decir es que los animales que ofrecen los no judíos, se ofrecen a los demonios, y no a Dios;y yo no quiero que ustedes tengan algo que ver con los demonios.

21 Ustedes no pueden beber de la copa del Señor, y también de la copa de los demonios; no pueden participar de la mesa del Señor, y también de la mesa de los demonios.

22 ¿O vamos a provocar a celos al Señor?¿Acaso somos más fuertes que él?

Todo sea para la gloria de Dios

23 Todo me está permitido, pero no todo es provechoso;todo me está permitido, pero no todo edifica.

24 Ninguno debe buscar su propio bien, sino el bien del otro.

25 Ustedes coman de todo lo que se vende en la carnicería, y no pregunten nada por motivos de conciencia,

26 porque del Señor es la tierra y su plenitud.

27 Si algún incrédulo los invita, y ustedes aceptan la invitación, vayan y coman de todo lo que se les ofrezca, y no pregunten nada por motivos de conciencia.

28 Pero si alguien les dice: «Esto fue sacrificado a los ídolos», no lo coman, por causa de aquel que lo dijo y por motivos de conciencia.

29 Claro que me refiero a la conciencia del otro, no a la tuya. Pues ¿por qué se habría de juzgar mi libertad por la conciencia de otro?

30 Y si yo participo de la comida y doy gracias a Dios, ¿por qué he de ser censurado por aquello por lo cual doy gracias?

31 Así que, si ustedes comen o beben, o hacen alguna otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.

32 No sean motivo de tropiezo para los judíos ni para los no judíos, ni para la iglesia de Dios.

33 Hagan lo que yo, que procuro agradar a todos en todo, y no busco mi propio beneficio sino el de muchos, para que sean salvos.

1 Corintios 11

1 Imítenme a mí,así como yo imito a Cristo.

Atavío de las mujeres

2 Ustedes merecen que los felicite porque se acuerdan de mí en todo, y porque retienen las instrucciones tal como se las entregué.

3 Pero quiero que sepan que Cristo es la cabeza de todo hombre, y que el hombre es la cabeza de la mujer, y que Dios es la cabeza de Cristo.

4 Todo el que ora o profetiza con la cabeza cubierta, deshonra su cabeza.

5 Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, deshonra su cabeza; es como si se hubiera rapado.

6 Si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; pero si le es vergonzoso cortarse el pelo o raparse, entonces que se cubra.

7 El hombre no debe cubrirse la cabeza porque él es la imagen y la gloria de Dios;pero la mujer es la gloria del hombre.

8 Porque el hombre no procede de la mujer, sino que la mujer procede del hombre.

9 Y tampoco fue creado el hombre por causa de la mujer, sino que la mujer fue creada por causa del hombre.

10 Por esta razón, y por causa de los ángeles, la mujer debe llevar sobre su cabeza una señal de autoridad.

11 Pero en el Señor, ni el hombre existe sin la mujer, ni la mujer existe sin el hombre;

12 porque así como la mujer procede del hombre, también el hombre nace de la mujer, y todo procede de Dios.

13 Juzguen ustedes mismos: ¿Está bien que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?

14 ¿Acaso la naturaleza misma no les enseña que al hombre le es deshonroso dejarse crecer el cabello?

15 Por el contrario, para la mujer es motivo de honra dejarse crecer el cabello; porque en lugar de velo le fue dado el cabello.

16 Pero si alguno quiere discutir acerca de esto, yo digo que nosotros no tenemos otra costumbre, ni las iglesias de Dios.

Abusos en la Cena del Señor

17 Pero mi felicitación no se extiende a lo que sigue, porque ustedes no se congregan para buscar lo mejor, sino lo peor.

18 Pues en primer lugar oigo decir que, cuando se reúnen como iglesia, hay divisiones entre ustedes; y en parte lo creo.

19 Porque es preciso que haya disensiones entre ustedes, para que se vea claramente quiénes de ustedes son los que están aprobados.

20 Y es que, cuando ustedes se reúnen, en realidad ya no lo hacen para participar en la cena del Señor,

21 sino que cada uno se adelanta a comer su propia cena; y mientras que unos se quedan con hambre, otros se emborrachan.

22 ¿Acaso no tienen casas, donde pueden comer y beber? ¿O es que menosprecian a la iglesia de Dios, y quieren poner en vergüenza a los que no tienen nada? ¿Qué debo decirles? ¿Que los felicito? ¡No puedo felicitarlos por esto!

Institución de la Cena del Señor

23 Yo recibí del Señor lo mismo que les he enseñado a ustedes: Que la noche que fue entregado, el Señor Jesús tomó pan,

24 y que luego de dar gracias, lo partió y dijo: «Tomen y coman. Esto es mi cuerpo, que por ustedes es partido; hagan esto en mi memoria.»

25 Asimismo, después de cenar tomó la copa y dijo: «Esta copa es el nuevo pactoen mi sangre;hagan esto, cada vez que la beban, en mi memoria.»

26 Por lo tanto, siempre que coman este pan, y beban esta copa, proclaman la muerte del Señor, hasta que él venga.

Participación indigna en la Cena

27 Así que cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor de manera indigna, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor.

28 Por tanto, cada uno de ustedes debe examinarse a sí mismo antes de comer el pan y de beber de la copa.

29 Porque el que come y bebe de manera indigna, y sin discernir el cuerpo del Señor, come y bebe para su propio castigo.

30 Por eso hay entre ustedes muchos enfermos y debilitados, y muchos han muerto.

31 Si nos examináramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados;

32 pero si somos juzgados por el Señor, somos disciplinados por él, para que no seamos condenados con el mundo.

33 Así que, hermanos míos, cuando se reúnan a comer, espérense unos a otros.

34 Si alguno tiene hambre, que coma en su casa, para que sus reuniones no se hagan acreedoras al castigo. Lo demás lo pondré en orden cuando vaya a verlos.

1 Corintios 12

Dones espirituales

1 Hermanos, no quiero que ignoren lo relacionado con los dones espirituales.

2 Ustedes saben que, cuando no eran creyentes, eran arrastrados hacia los ídolos mudos.

3 Por tanto, quiero que sepan que nadie que hable por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; y que nadie puede llamar «Señor» a Jesús, si no es por el Espíritu Santo.

4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo.

5 Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo.

6 Hay diversidad de actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo.

7 Pero la manifestación del Espíritu le es dada a cada uno para provecho.

8 A uno el Espíritu le da palabra de sabiduría; a otro, el mismo Espíritu le da palabra de ciencia;

9 a otro, el mismo Espíritu le da fe; y a otro, dones de sanidades;

10 a otro más, el don de hacer milagros; a otro, el don de profecía; a otro, el don de discernir los espíritus; a otro, el don de diversos géneros de lenguas; y a otro, el don de interpretar lenguas;

11 pero todo esto lo hace uno y el mismo Espíritu, que reparte a cada uno en particular, según su voluntad.

12 Porque así como el cuerpo es uno solo, y tiene muchos miembros, pero todos ellos, siendo muchos, conforman un solo cuerpo, así también Cristo es uno solo.

13 Por un solo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, tanto los judíos como los no judíos, lo mismo los esclavos que los libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.

14 Además, el cuerpo no está constituido por un solo miembro, sino por muchos.

15 Aun cuando el pie diga: «Yo no soy mano, así que no soy del cuerpo», no dejará de ser parte del cuerpo.

16 Y aun cuando la oreja diga: «Yo no soy ojo, así que no soy del cuerpo», tampoco dejará de ser parte del cuerpo.

17 Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Y si todo fuera oído, ¿dónde estaría el olfato?

18 Pero Dios ha colocado a cada miembro del cuerpo donde mejor le pareció.

19 Porque, si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?

20 Lo cierto es que son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.

21 Ni el ojo puede decir a la mano: «No te necesito», ni tampoco puede la cabeza decir a los pies: «No los necesito».

22 En realidad, los miembros del cuerpo que parecen ser los más débiles, son los más necesarios,

23 y a los que nos parecen menos dignos, los vestimos con mayor dignidad; y a los que nos parecen menos decorosos, los tratamos con más decoro.

24 Eso no les hace falta a los que nos parecen más decorosos. Pero Dios ordenó el cuerpo de tal manera, que dio mayor honor al que le faltaba,

25 para que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocupen los unos por los otros.

26 De manera que, si uno de los miembros padece, todos los miembros se conduelen, y si uno de los miembros recibe honores, todos los miembros se regocijan con él.

27 Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es un miembro con una función particular.

28 En la iglesia Dios ha puesto, en primer lugar, apóstoles, luego profetas, y en tercer lugar, maestros;luego están los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, y los que tienen don de lenguas.

29 ¿Son todos apóstoles? ¿Son todos profetas? ¿Son todos maestros? ¿Hacen todos milagros?

30 ¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?

31 Como no es así, ustedes deben procurar los mejores dones. Pero yo les muestro un camino aun más excelente.

1 Corintios 13

La preeminencia del amor

1 Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal resonante, o címbalo retumbante.

2 Y si tuviera el don de profecía, y entendiera todos los misterios, y tuviera todo el conocimiento, y si tuviera toda la fe, de tal manera que trasladara los montes,y no tengo amor, nada soy.

3 Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y entregara mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

4 El amor es paciente y bondadoso; no es envidioso ni jactancioso, no se envanece;

5 no hace nada impropio; no es egoísta ni se irrita; no es rencoroso;

6 no se alegra de la injusticia, sino que se une a la alegría de la verdad.

7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

8 El amor jamás dejará de existir. En cambio, las profecías se acabarán, las lenguas dejarán de hablarse, y el conocimiento llegará a su fin.

9 Y es que sólo conocemos y profetizamos de manera imperfecta,

10 pero cuando venga lo perfecto, lo que es imperfecto se acabará.

11 Cuando yo era niño, mi manera de hablar y de pensar y razonar era la de un niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé atrás las cuestiones típicas de un niño.

12 Ahora vemos con opacidad, como a través de un espejo, pero en aquel día veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero en aquel día conoceré tal y como soy conocido.

13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor. Pero el más importante de todos es el amor.

1 Corintios 14

El hablar en lenguas

1 Ustedes vayan en pos del amor, y procuren alcanzar los dones espirituales, sobre todo el de profecía,

2 pues el que habla en lenguas extrañas le habla a Dios, pero no a los hombres; y nadie le entiende porque, en el Espíritu, habla de manera misteriosa.

3 Pero el que profetiza les habla a los demás para edificarlos, exhortarlos y consolarlos.

4 El que habla en lengua extraña, se edifica a sí mismo; en cambio, el que profetiza, edifica a la iglesia.

5 Así que, yo quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas, pero más quisiera que profetizaran; porque profetizar es más importante que hablar en lenguas, a menos que el que las hable también las interprete, para que la iglesia sea edificada.

6 Hermanos, ¿de qué les serviría a ustedes que yo fuera a visitarlos y les hablara en lenguas, a menos que les comunicara alguna revelación, o conocimiento, o profecía, o enseñanza?

7 Si los instrumentos musicales, como la flauta o la cítara, no tuvieran un sonido claramente distinto, ¿cómo podríamos distinguir entre la música de flauta y la música de cítara?

8 Y si el toque de trompeta resulta incierto, ¿quién se alistará para el combate?

9 Lo mismo pasa con ustedes: si no usan la lengua para comunicar un mensaje claro y comprensible, ¿cómo se va a entender lo que dicen? Es como si hablaran al aire.

10 No hay duda de que en el mundo hay muchos idiomas, y que ninguno de ellos carece de significado.

11 Pero si yo no sé lo que significan las palabras, seré como un extranjero para el que habla, y el que habla será como un extranjero para mí.

12 Lo mismo pasa con ustedes. Puesto que anhelan tener los dones espirituales, procuren abundar en ellos para la edificación de la iglesia.

13 Por lo tanto, el que hable en una lengua extraña, pida en oración poder interpretarla.

14 Porque, si yo oro en una lengua extraña, es mi espíritu el que ora, pero mi entendimiento no se beneficia.

15 Entonces, ¿qué debo hacer? Pues orar con el espíritu, pero también con el entendimiento; cantar con el espíritu, pero también con el entendimiento.

16 Porque si tú alabas a Dios sólo con el espíritu, ¿qué hará el que solamente está escuchando? ¿Cómo dirá «Amén» a tu acción de gracias, si no sabe lo que has dicho?

17 Tu acción de gracias puede ser muy buena, pero el otro no será edificado.

18 Doy gracias a Dios de que hablo en lenguas más que todos ustedes,

19 pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para poder enseñar a los demás, que diez mil palabras en una lengua extraña.

20 Hermanos, no sean como niños en su modo de razonar. Sean como niños en cuanto a la malicia, pero en su modo de razonar actúen como gente madura.

21 En la ley está escrito:

«Yo hablaré con este pueblo

en otras lenguas y con otros labios,

pero ni así me obedecerán,

dice el Señor.»

22 Las lenguas son una señal para los incrédulos, pero no para los creyentes; en cambio, la profecía no es una señal para los incrédulos, sino para los creyentes.

23 Imagínense a toda la iglesia reunida en un solo lugar, y que llegue alguien que sepa poco de la fe cristiana, o que sea incrédulo, y oiga a todos hablar en lenguas extrañas. ¿Acaso no pensará que ustedes están locos?

24 Pero si todos ustedes profetizan, y entra algún incrédulo o alguien que sepa poco de la fe cristiana, esa persona podrá ser reprendida y juzgada por todos ustedes;

25 así los secretos de su corazón quedarán al descubierto, y esa persona se postrará ante Dios y lo adorará, y reconocerá que Dios está realmente entre ustedes.

26 Por lo tanto, hermanos, cuando ustedes se reúnan, tal vez cada uno tenga un salmo, una enseñanza, una revelación, un mensaje en lengua extraña, o una interpretación; pero todo deben hacerlo para la edificación.

27 Si se habla en una lengua extraña, que hablen dos, y hasta tres, pero que lo hagan por turnos, y que uno de ellos interprete lo que se diga.

28 Pero si no hay quien interprete, esa persona debe guardar silencio en la iglesia, y hablar para sí misma y para Dios.

29 De la misma manera, que hablen dos y hasta tres profetas, y que los demás juzguen lo dicho.

30 Si alguien que está sentado recibe una revelación, el primero debe dejar de hablar;

31 así todos podrán profetizar por turno, a fin de que todos aprendan y sean exhortados.

32 El don de profecía debe estar bajo el control de los profetas,

33 pues Dios no es Dios de confusión, sino de paz.

Como en todas las iglesias de los santos,

34 en la congregación las esposas deben guardar silencio, porque no les está permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice.

35 Si la esposa quiere aprender algo, que le pregunte a su esposo en su casa, porque no es apropiado que una mujer hable en la congregación.

36 La palabra de Dios, ¿se originó entre ustedes, o más bien solamente llegó a ustedes?

37 Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que les escribo son mandamientos del Señor;

38 pero si alguien no quiere reconocerlo, que no lo reconozca.

39 Así que, hermanos, procuren profetizar, y no impidan que se hable en lenguas extrañas,

40 siempre y cuando todo se haga decentemente y con orden.

1 Corintios 15

La resurrección de los muertos

1 Además, hermanos, les anuncio el evangelio que les prediqué, que es el mismo que ustedes recibieron y en el cual siguen firmes.

2 Por medio de este evangelio serán salvados, siempre y cuando retengan la palabra que les he predicado. De no ser así, habrán creído en vano.

3 En primer lugar, les he enseñado lo mismo que yo recibí: Que, conforme a las Escrituras, Cristo murió por nuestros pecados;

4 que también, conforme a las Escrituras, fue sepultado y resucitó al tercer día;

5 y que se apareció a Cefas,y luego a los doce.

6 Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos aún viven, y otros ya han muerto.

7 Luego se apareció a Jacobo, después a todos los apóstoles;

8 y por último se me apareció a mí, que soy como un niño nacido fuera de tiempo.

9 A decir verdad, yo soy el más pequeño de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol porque perseguí a la iglesia de Dios.

10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no ha sido en vano, pues he trabajado más que todos ellos, aunque no lo he hecho yo, sino la gracia de Dios que está conmigo.

11 Pero ya sea que lo haga yo, o que lo hagan ellos, esto es lo que predicamos y esto es lo que ustedes han creído.

12 Pero, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo es que algunos de ustedes dicen que los muertos no resucitan?

13 Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó.

14 Y si Cristo no resucitó, nuestra predicación no tiene sentido, y tampoco tiene sentido la fe de ustedes.

15 Entonces resultaríamos testigos falsos de Dios por haber testificado que Dios resucitó a Cristo, lo cual no habría sucedido… ¡si es que en verdad los muertos no resucitan!

16 Porque, si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó;

17 y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no tiene sentido, y ustedes todavía están en sus pecados.

18 En tal caso, también los que murieron en Cristo están perdidos.

19 Si nuestra esperanza en Cristo fuera únicamente para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los hombres;

20 pero el hecho es que Cristo ha resucitado de entre los muertos, como primicias de los que murieron;

21 porque así como la muerte vino por medio de un solo hombre, también por medio de un solo hombre vino la resurrección de los muertos.

22 Pues así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

23 Pero cada uno en su debido orden: en primer lugar, Cristo; y después, cuando Cristo venga, los que son de él.

24 Entonces vendrá el fin, cuando él entregue el reino al Dios y Padre, y haya puesto fin a todo dominio, autoridad y poder.

25 Porque es necesario que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies,

26 y el último enemigo que será destruido es la muerte.

27 Porque Dios sujetó todas las cosas debajo de sus pies.Y cuando dice que todas las cosas quedaron sujetas a él, es evidente que esto no incluye a aquel que puso todas las cosas debajo de sus pies.

28 Pero una vez que todas las cosas queden sujetas a él, entonces el Hijo mismo quedará sujeto al que puso todas las cosas debajo de sus pies, para que Dios sea el todo en todos.

29 Si en verdad los muertos no resucitan, ¿qué ganan los que se bautizan por los muertos? ¿Para qué bautizarse por ellos?

30 ¿Y por qué nosotros estamos a cada momento en peligro de muerte?

31 Hermanos, por el motivo de orgullo que tengo por ustedes en nuestro Señor Jesucristo, yo les aseguro que muero a cada instante.

32 Pero ¿de qué me serviría, desde el punto de vista humano, haber luchado en Éfeso contra fieras? Si los muertos no resucitan, ¡entonces «comamos y bebamos, que mañana moriremos»!

33 No se dejen engañar: las malas compañías corrompen las buenas costumbres;

34 así que vuelvan en sí y vivan con rectitud, y no pequen, porque algunos de ustedes no conocen a Dios. Y esto lo digo para que sientan vergüenza.

35 Tal vez alguien pregunte: ¿Y cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán?

36 No preguntes tonterías. Lo que tú siembras no cobra vida, si antes no muere.

37 Y lo que siembras no es lo que luego saldrá, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de algún otro grano;

38 pero Dios le da el cuerpo que quiso darle, y a cada semilla le da su propio cuerpo.

39 No todos los cuerpos son iguales, sino que uno es el cuerpo de los hombres, y otro muy distinto el de los animales, otro el de los peces, y otro el de las aves.

40 También hay cuerpos celestiales, y cuerpos terrenales; pero la gloria de los celestiales es una, y la de los terrenales es otra.

41 Uno es el esplendor del sol, otro el de la luna, y otro el de las estrellas, pues una estrella es diferente de otra en su magnificencia.

42 Así será también en la resurrección de los muertos: Lo que se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción;

43 lo que se siembra en deshonra, resucitará en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucitará en poder.

44 Se siembra un cuerpo animal, y resucitará un cuerpo espiritual. Porque así como hay un cuerpo animal, hay también un cuerpo espiritual.

45 Así también está escrito: «El primer hombre, Adán, se convirtió en un ser con vida»;y el postrer Adán, un espíritu que da vida.

46 Pero lo espiritual no vino primero, sino lo animal; y luego lo espiritual.

47 El primer hombre es terrenal, de la tierra; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.

48 Semejantes al terrenal, serán también los terrenales; y semejantes al celestial, serán también los celestiales.

49 Y así como hemos llevado la imagen del hombre terrenal, así también llevaremos la imagen del celestial.

50 Pero una cosa les digo, hermanos: ni la carne ni la sangre pueden heredar el reino de Dios, y tampoco la corrupción puede heredar la incorrupción.

51 Presten atención, que les voy a contar un misterio: No todos moriremos, pero todos seremos transformados

52 en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, cuando suene la trompeta final. Pues la trompeta sonará, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.

53 Porque es necesario que lo corruptible se vista de incorrupción, y lo mortal se vista de inmortalidad.

54 Y cuando esto, que es corruptible, se haya vestido de incorrupción, y esto, que es mortal, se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra escrita: «Devorada será la muerte por la victoria».

55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?

56 Porque el pecado es el aguijón de la muerte, y la ley es la que da poder al pecado.

57 ¡Pero gracias sean dadas a Dios, de que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!

58 Así que, amados hermanos míos, manténganse firmes y constantes, y siempre creciendo en la obra del Señor, seguros de que el trabajo de ustedes en el Señor no carece de sentido.

1 Corintios 16

La ofrenda para los santos

1 En cuanto a la ofrenda para los santos,hagan lo que les ordené a las iglesias de Galacia.

2 Cada primer día de la semana, cada uno de ustedes ponga algo aparte, según lo que haya ganado, y guárdelo, para que no se tengan que recoger las ofrendas cuando yo esté allá.

3 Y cuando llegue, enviaré a aquellos que ustedes hayan designado por carta, para que lleven la ofrenda de ustedes a Jerusalén.

4 Si acaso es conveniente que yo también vaya, ellos irán conmigo.

Planes de Pablo

5 Tengo que pasar por Macedonia. Así que luego de pasar por allíiré a visitarlos

6 y tal vez me quede algún tiempo con ustedes, o pase allí el invierno, para que me ayuden a seguir mi camino, cualquiera que éste sea.

7 Porque esta vez no quiero verlos solamente de paso, sino que espero quedarme con ustedes por algún tiempo, si el Señor así lo permite.

8 Pero me quedaré en Éfeso hasta Pentecostés;

9 porque, aunque hay muchos que están en contra de mí,se me ha presentado una gran oportunidad para el trabajo.

10 Si llega Timoteo,asegúrense de que se sienta cómodo entre ustedes, porque él hace la obra del Señor lo mismo que yo.

11 Por tanto, que nadie lo menosprecie; al contrario, ayúdenlo a seguir su camino en paz, para que se reúna conmigo, pues estoy esperándolo junto con los hermanos.

12 En cuanto al hermano Apolos, le insistí mucho que fuera a visitarlos junto con otros hermanos, pero esta vez no hubo manera de convencerlo; sin embargo, lo hará cuando tenga oportunidad.

Salutaciones finales

13 Manténganse atentos y firmes en la fe; sean fuertes y valientes.

14 Háganlo todo con amor.

15 Hermanos, ustedes ya saben que la familia de Estéfanasfue el primer fruto de Acaya, y que ellos se han dedicado a servir a los santos.

16 Les ruego que se sometan a personas como ellos, y a todos los que ayudan y trabajan.

17 Me alegré mucho de que hayan venido Estéfanas, Fortunato y Acaico, pues ellos han suplido la ausencia de ustedes,

18 ya que han fortalecido mi espíritu y el de ustedes. Lleven en cuenta a personas como ellos.

19 Reciban los saludos de las iglesias de Asia. Reciban también muchos saludos en el Señor de parte de Aquila y Priscila,y de la iglesia que está en su casa.

20 Reciban saludos de todos los hermanos; y ustedes, salúdense unos a los otros con un beso santo.

21 Yo, Pablo, les escribo este saludo de mi puño y letra.

22 Si alguno no ama al Señor, quede bajo maldición. ¡El Señor viene!

23 Que la gracia del Señor Jesucristo sea con ustedes,

24 lo mismo que mi amor por ustedes en Cristo Jesús. Amén.

Romanos 1

Saludo

1 Yo, Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol y apartado para el evangelio de Dios,

2 que él ya había prometido por medio de sus profetas en las santas Escrituras,

3 les escribo acerca de su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que conforme a los hombres descendía de David,

4 pero que conforme al Espíritu de santidad fue declarado Hijo de Dios con poder, por su resurrección de entre los muertos.

5 Por medio de Jesucristo recibimos la gracia del apostolado, para que por su nombre llevemos a todas las naciones a obedecer a la fe.

6 Entre esas naciones están también ustedes, llamados a ser de Jesucristo.

7 A todos ustedes que están en Roma, los amados de Dios que fueron llamados a ser santos: Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo sean con ustedes.

Deseo de Pablo de visitar Roma

8 En primer lugar, por medio de Jesucristo doy gracias a mi Dios por todos ustedes y porque su fe se difunde por todo el mundo.

9 Dios, a quien sirvo con todo mi corazón predicando el evangelio de su Hijo, es testigo de que los recuerdo siempre en mis oraciones,

10 y de que en ellas le ruego que, si es su voluntad, me conceda que por fin pueda ir a visitarlos.

11 Porque deseo verlos para impartirles algún don espiritual, a fin de que sean fortalecidos;

12 es decir, para que nos fortalezcamos unos a otros con esta fe que ustedes y yo compartimos.

13 Pero quiero que sepan, hermanos, que muchas veces me propuse ir a visitarlospara tener también entre ustedes algún fruto, como entre los otros hermanos no judíos, pero hasta ahora he encontrado obstáculos.

14 Estoy en deuda con todos, sean griegos o no griegos, sabios o no sabios.

15 Así que, por mi parte, estoy dispuesto a anunciarles el evangelio también a ustedes, los que están en Roma.

El poder del evangelio

16 No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para la salvación de todo aquel que cree: en primer lugar, para los judíos, y también para los que no lo son.

17 Porque en el evangelio se revela la justicia de Dios, que de principio a fin es por medio de la fe, tal como está escrito: «El justo por la fe vivirá.»

La culpabilidad del hombre

18 La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad y maldad de quienes injustamente retienen la verdad.

19 Para ellos, lo que de Dios se puede conocer es evidente, pues Dios se lo reveló;

20 porque lo invisible de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, y pueden comprenderse por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.

21 Pues a pesar de haber conocido a Dios, no lo glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón se llenó de oscuridad.

22 Aunque afirmaban que eran sabios, se hicieron necios,

23 y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes de hombres mortales, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.

24 Por eso Dios los entregó a los malos deseos de su corazón y a la impureza, de modo que degradaron entre sí sus propios cuerpos.

25 Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y honraron y dieron culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.

26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas. Hasta sus mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van en contra de la naturaleza.

27 De la misma manera, los hombres dejaron las relaciones naturales con las mujeres y se encendieron en su lascivia unos con otros. Cometieron hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibieron en sí mismos la retribución que merecía su perversión.

28 Y como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no convienen.

29 Están atiborrados de toda clase de injusticia, inmoralidad sexual, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades.

30 Son murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,

31 necios, desleales, insensibles, implacables, inmisericordes.

32 Y aunque saben bien el juicio de Dios, en cuanto a que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se regodean con los que las practican.

Romanos 2

El justo juicio de Dios

1 Por tanto tú, que juzgas a otros, no tienes excusa, no importa quién seas, pues al juzgar a otros te condenas a ti mismo,porque haces las mismas cosas que hacen ellos.

2 Todos sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas se ciñe a la verdad.

3 Y tú, que juzgas a los demás pero practicas las mismas cosas que ellos, ¿piensas que escaparás del juicio de Dios?

4 ¿No te das cuenta de que menosprecias la benignidad, la tolerancia y la paciencia de Dios, y que ignoras que su benignidad busca llevarte al arrepentimiento?

5 Pero por la obstinación y dureza de tu corazón, vas acumulando ira contra ti mismo para el día de la ira, cuando Dios revelará su justo juicio,

6 en el cual pagará a cada uno conforme a sus obras.

7 Dios dará vida eterna a los que, perseverando en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad;

8 pero castigará con ira a los que por egoísmo se rebelan y no obedecen a la verdad, sino a la injusticia.

9 Habrá sufrimiento y angustia para todos los que hacen lo malo, en primer lugar para los judíos, pero también para los que no lo son.

10 En cambio, habrá gloria, honra y paz para todos los que hacen lo bueno, en primer lugar para los judíos, pero también para los que no lo son;

11 porque ante Dios todas las personas son iguales.

12 Así que todos los que han pecado sin haber tenido la ley, perecerán sin la ley, y todos los que han pecado bajo la ley, serán juzgados por la ley.

13 Porque Dios no considera justos a los que simplemente oyen la ley sino a los que la obedecen.

14 Porque cuando los paganos, que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que la ley demanda, son ley para sí mismos, aunque no tengan la ley;

15 y de esa manera demuestran que llevan la ley escrita en su corazón, pues su propia conciencia da testimonio, y sus propios razonamientos los acusarán o defenderán

16 en el día en que Dios juzgará por medio de Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.

Los judíos y la ley

17 Ahora bien, tú te llamas judío, confías en la ley, y te enorgulleces de tu Dios.

18 Conoces la voluntad de Dios y juzgas lo que es mejor porque la ley así te lo ha enseñado.

19 Estás convencido de que eres guía de los ciegos y luz de los que están en tinieblas,

20 instructor de los ignorantes y maestro de niños, y que tienes en la ley la clave del conocimiento y de la verdad.

21 Pues bien, tú que enseñas a otros, ¿no te enseñas a ti mismo? Tú que predicas que no se debe robar, ¿robas?

22 Tú que dices que no se debe cometer adulterio, ¿adulteras? Tú que detestas a los ídolos, ¿robas en los templos?

23 Tú que te sientes orgulloso de la ley, ¿deshonras a Dios quebrantando la ley?

24 Porque, como está escrito: «Por causa de ustedes el nombre de Dios es blasfemado entre los paganos.»

25 Es verdad que, si obedeces a la ley, la circuncisión es provechosa, pero si la desobedeces, será como si no estuvieras circuncidado.

26 Por lo tanto, si el que no está circuncidado obedece lo que la ley ordena, ¿no se lo considerará como si estuviera circuncidado?

27 Y el que no está físicamente circuncidado, pero obedece la ley, te condenará a ti, que desobedeces la ley a pesar de que tienes la ley y estás circuncidado.

28 Porque lo exterior no hace judío a nadie, y estar circuncidado no es una señal externa solamente.

29 El verdadero judío lo es en su interior, y la circuncisión no es la literal sino la espiritual, la del corazón. El que es judío de esta manera es aprobado, no por los hombres, sino por Dios.

Romanos 3

1 Entonces, ¿qué ventaja tiene el judío? ¿De qué sirve la circuncisión?

2 De mucho, y por muchas razones. En primer lugar, a los judíos se les confió la palabra de Dios.

3 Pero entonces, si algunos de ellos no fueron fieles, ¿su falta de fe anulará la fidelidad de Dios?

4 ¡De ninguna manera! Dios es siempre veraz aunque todo hombre sea mentiroso. Como está escrito:

«Para que seas justificado en tus palabras,

y salgas airoso cuando seas juzgado.»

5 Entonces, ¿qué diremos si nuestra injusticia hace resaltar la justicia de Dios? ¿Que Dios es injusto cuando nos castiga? (Hablo como hombre.)

6 ¡De ninguna manera! Pues si Dios fuera injusto, ¿cómo juzgaría al mundo?

7 Pero si mi mentira sirve para que la verdad de Dios abunde para su gloria, ¿por qué todavía soy juzgado como pecador?

8 ¿Y por qué no decir: «Hagamos males para que vengan bienes»? Así nos calumnian algunos que afirman que eso es lo que enseñamos. ¡Estas personas se tienen bien merecida la condenación!

No hay justo

9 ¿Entonces, qué? ¿Somos nosotros mejores que ellos? ¡De ninguna manera! Porque ya hemos demostrado que todos, judíos y no judíos, están bajo el pecado.

10 Como está escrito:

«¡No hay ni uno solo que sea justo!

11 No hay quien entienda;

no hay quien busque a Dios.

12 Todos se desviaron, a una se han corrompido.

No hay quien haga lo bueno, ¡no hay ni siquiera uno!

13 Su garganta es un sepulcro abierto,

y con su lengua engañan.

¡En sus labios hay veneno de serpientes!

14 Su boca está llena de maldición y de amargura.

15 Sus pies son veloces para derramar sangre.

16 Destrucción y desgracia hay en sus caminos,

17 Y no conocen el camino de la paz.

18 No hay temor de Dios delante de sus ojos.»

19 Pero sabemos que todo lo que dice la ley, se lo dice a los que están bajo la ley, para que todos callen y caigan bajo el juicio de Dios,

20 ya que nadie será justificado delante de Dios por hacer las cosas que la ley exige,pues la ley sirve para reconocer el pecado.

La justicia viene por medio de la fe

21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, y de ello dan testimonio la ley y los profetas.

22 La justicia de Dios, por medio de la fe en Jesucristo,es para todos los que creen en él. Pues no hay diferencia alguna,

23 por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios;

24 pero son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que proveyó Cristo Jesús,

25 a quien Dios puso como sacrificio de expiación por medio de la fe en su sangre. Esto lo hizo Dios para manifestar su justicia, pues en su paciencia ha pasado por alto los pecados pasados,

26 para manifestar su justicia en este tiempo, a fin de que él sea el justo y, al mismo tiempo, el que justifica al que tiene fe en Jesús.

27 Entonces, ¿dónde está la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿Por la de las obras? No, sino por la ley de la fe.

28 Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que el hombre es justificado por la fe, sin las obras de la ley.

29 ¿Acaso Dios es solamente Dios de los judíos? ¿No es también Dios de los no judíos? Ciertamente, también es Dios de los no judíos.

30 Porque Dios es uno, y él justificará por la fe a los que están circuncidados, y por medio de la fe a los que no lo están.

31 Entonces, ¿por la fe invalidamos la ley? ¡De ninguna manera! Más bien confirmamos la ley.