1 Crónicas 9

El retorno de Babilonia

1 Todo Israel fue contado según cada genealogía, y registrado en el libro de los reyes de Israel. Los de Judá fueron llevados cautivos a Babilonia por causa de su rebelión.

2 Los primeros en asentarse en sus patrimonios familiares y en las ciudades israelitas fueron los sacerdotes, los levitas y los sirvientes del templo.

3 Parte de los descendientes de Judá, Benjamín, Efraín y Manasésse establecieron en Jerusalén.

4 De los descendientes de Fares hijo de Judá se estableció Utay hijo de Amiud, descendiente en línea directa de Omri, Imri y Bani.

5 De los silonitas, Asaías, que era el primogénito, y sus hijos.

6 De los descendientes de Zeraj, Jeuel y sus hermanos, en total, seiscientas noventa personas.

7 De los descendientes de Benjamín,Salú hijo de Mesulán, descendiente en línea directa de Hodavías, Asenúa,

8 Ibneías, Jeroán, Elá, Uzi y Micri, y Mesulán hijo de Sefatías, descendiente en línea directa de Reuel y de Ibnías.

9 Sus parientes, según sus linajes, eran un total de novecientas cincuenta y seis personas. Todos ellos eran jefes de familia en sus casas paternas.

10 De los sacerdotes: Jedaías, Joyarib, Jaquín

11 y Azarías hijo de Hilcías, descendiente en línea directa de Mesulán, Sadoc, Merayot, Ajitob (príncipe del templo de Dios),

12 Adaías, Jeroán, Pasjur, Malquías, Masay, Adiel, Yazera, Mesulán, Mesilemit e Imer,

13 y sus parientes, que eran jefes de sus casas paternas y sumaban mil setecientos sesenta hombres, todos muy eficaces en el ministerio en el templo de Dios.

14 De los levitas: Semaías hijo de Jasub, descendiente en línea directa de Azricán, Jasabías, Merari,

15 Bacbacar, Heres, Galal, Matanías, Micaía, Zicri, Asaf,

16 Abdías, Semaías, Galal, Jedutún, Berequías, Asa y Elcana. Este último habitó en las aldeas de los netofatitas.

17 Los porteros:Salún, Acub, Talmón, y Ajimán y sus hermanos. Salún era el jefe.

18 Entre las cuadrillas de los levitas, éstos han sido hasta ahora los porteros en la puerta oriental del rey.

19 Salún hijo de Coré, descendiente en línea directa de Ebiasaf y de Coré, tuvo a su cargo, junto con sus parientes coreítas por parte de su padre, la obra del ministerio, y vigilaba la entrada al tabernáculo así como sus antepasados vigilaban la entrada al campamento del Señor.

20 Antes de él, Finés hijo de Eleazar había sido jefe de ellos, y el Señor lo apoyaba.

21 Zacarías hijo de Meselemías era el portero a la entrada del tabernáculo de reunión.

22 Todos estos, a los cuales constituyeron en su oficio David y Samuel el vidente para vigilar las puertas, eran doscientos doce cuando fueron escogidos y contados en sus villas, según el orden de sus linajes.

23 Ellos y sus hijos se turnaban como porteros a la entrada del templo del Señor, y de la tienda del tabernáculo.

24 Había porteros a los cuatro lados, es decir, al oriente, al occidente, al norte y al sur.

25 Sus parientes en las aldeas acudían cada siete días, según su turno, para estar con ellos,

26 porque los cuatro porteros principales de los levitas estaban en el oficio y tenían a su cargo las cámaras y los tesoros del templo de Dios.

27 Éstos vivían cerca del templo de Dios porque tenían a su cargo su vigilancia y tenían que abrirlo todas las mañanas.

28 Algunos de ellos tenían a su cargo los utensilios para el ministerio, que eran contados al sacarlos y al guardarlos.

29 Otros tenían a su cargo la vajilla y todos los utensilios del santuario, y la harina, el vino, el aceite, el incienso y las especias.

30 Algunos de los hijos de los sacerdotes hacían los perfumes aromáticos.

31 Uno de los levitas, llamado Matatías, que era el primogénito de Salún el coreíta, tenía a su cargo todo lo que se hacía en sartén.

32 Algunos de los coatitas, y de sus parientes, tenían a su cargo los panes de la proposición, los cuales ponían por orden cada día de reposo.

33 Había también jefes de familia de los levitas que eran cantores. Éstos vivían en las cámaras del templo, exentos de otros servicios, porque de día y de noche estaban ocupados en aquella obra.

34 Según sus linajes, eran jefes de familia de los levitas, y vivían en Jerusalén.

Genealogía de Saúl

35 En Gabaón vivía Yeguiel, que era padre de Gabaón. El nombre de su mujer era Macá;

36 su hijo primogénito fue Abdón, al que siguieron Sur, Cis, Baal, Ner, Nadab,

37 Gedor, Ajió, Zacarías y Miclot.

38 Miclot fue el padre de Simán. Éstos vivían también en Jerusalén, con sus hermanos.

39 Ner fue el padre de Cis, Cis fue el padre de Saúl, y Saúl fue el padre de Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Esbaal.

40 Meribaal fue hijo de Jonatán y padre de Micaía.

41 Los hijos de Micaía fueron Pitón, Melec, Tarea y Ajaz.

42 Ajaz fue el padre de Jara, Jara fue el padre de Alemet, Azmavet y Zimri. Zimri fue el padre de Mosá,

43 y Mosá fue el padre de Bina, cuyo hijo fue Refaías, cuyo hijo fue Elasa, cuyo hijo fue Azel.

44 Azel tuvo seis hijos, y éstos son sus nombres: Azricán, Bocru, Ismael, Searías, Abdías y Janán. Éstos fueron los hijos de Azel.

1 Crónicas 10

Muerte de Saúl y de sus hijos

1 Los filisteos pelearon contra los israelitas y los pusieron en fuga, y muchos israelitas murieron en el monte Gilboa.

2 Los filisteos persiguieron a Saúl y a sus hijos, y de ellos mataron a Jonatán, Abinadab y Malquisúa.

3 Al arreciar la batalla contra Saúl, los flecheros lo alcanzaron y lo hirieron.

4 Saúl dijo entonces a su escudero: «Saca tu espada y clávamela, no sea que estos incircuncisos vengan y se burlen de mí.» Pero su escudero no quiso hacerlo, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl sacó su propia espada, y se arrojó sobre ella.

5 Cuando su escudero vio muerto a Saúl, también él se arrojó sobre su espada y se mató.

6 Así murieron Saúl y sus tres hijos, y con él murió toda su familia.

7 Cuando todos los israelitas que habitaban en el valle vieron que el ejército huía, y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron sus ciudades y huyeron, y los filisteos llegaron y las ocuparon.

8 Y al día siguiente, cuando los filisteos llegaron para despojar a los muertos, hallaron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte Gilboa.

9 Entonces lo despojaron, le quitaron la cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por toda la tierra de los filisteos para dar la noticia a sus ídolos y al pueblo.

10 Pusieron las armas de Saúl en el templo de sus dioses, y su cabeza la colgaron en el templo de Dagón.

11 Y cuando todos los de Jabés de Galaad supieron lo que los filisteos habían hecho con Saúl,

12 todos los más aguerridos fueron a recoger los cuerpos de Saúl y de sus hijos, y los llevaron a Jabés, y allí en Jabés enterraron sus huesos debajo de una encina, y ayunaron siete días.

13 Así fue como Saúl murió por haberse rebelado y por pecar contra el Señor y contra su palabra, la cual no obedeció,pues prefirió consultar a una adivina

14 en vez de consultarlo a él. Por eso el Señor le quitó la vida y entregó el reino a David hijo de Yesé.

1 Crónicas 11

David es proclamado rey de Israel

1 Todo Israel se reunió en torno a David en Hebrón, para decirle:

«Mira, nosotros somos carne de tu carne.

2 Incluso antes de ahora, cuando Saúl era rey, tú eras el que guiaba a Israel en sus guerras, y quien lo volvía a traer. Además, el Señor tu Dios te ha dicho: “Tú apacentarás a mi pueblo Israel, y serás el príncipe de Israel, mi pueblo.”»

3 También todos los ancianos de Israel fueron a ver al rey en Hebrón, y David hizo un pacto con ellos delante del Señor, y ellos ungieron a David como rey de Israel, según la palabra del Señor comunicada por medio de Samuel.

David toma la fortaleza de Sión

4 David se fue entonces a Jerusalén, que también es Jebús, con todos los israelitas. En aquel tiempo los jebuseos habitaban en esa región,

5 y los habitantes de Jebús le dijeron a David: «Aquí no entrarás.» Sin embargo, David tomó la fortaleza de Sión, que es la ciudad de David.

6 Además, David había dicho: «El primero que derrote a los jebuseos será capitán y jefe.» Y Joab hijo de Seruyá fue el primero en atacar, y fue nombrado jefe.

7 David habitó en la fortaleza, y por esto fue llamada «la Ciudad de David».

8 También edificó los alrededores de la ciudad, desde Milo hasta la muralla, y Joab reconstruyó el resto de la ciudad.

9 Y David avanzaba y se hacía fuerte, y el Señor de los ejércitos estaba con él.

Los valientes de David

10 Éstos son los principales guerreros de David, que junto con todo Israel le ayudaron en su reino para hacerlo su rey, conforme a la palabra del Señor.

11 Y éste es el número de los guerreros que David tuvo:

Yasobeán hijo de Jacmoní, caudillo de los treinta, que en cierta ocasión blandió su lanza contra trescientos y los mató.

12 Le seguía Eleazar hijo de Dodo, el ajojita, que era de los tres más valientes.

13 Eleazar estuvo con David en Pasdamín, combatiendo con él a los filisteos. Allí había una parcela sembrada de cebada. Cuando el pueblo huía de los filisteos,

14 ellos se pusieron en medio de la parcela y la defendieron, y vencieron a los filisteos porque el Señor los favoreció con una gran victoria.

15 Tres de los treinta principales bajaron a la peña donde estaba David, es decir, a la cueva de Adulán, mientras los filisteos estaban acampando en el valle de Refayin.

16 En aquel tiempo David se encontraba en la fortaleza; en Belén había entonces una guarnición de los filisteos.

17 David tuvo sed y exclamó:

«¡Cómo quisiera beber un poco de agua del pozo que está a la entrada de Belén!»

18 Aquellos tres irrumpieron en el campamento de los filisteos y sacaron agua del pozo que está a la entrada de Belén, y se la llevaron a David, pero él no la quiso beber; al contrario, la derramó en honor del Señor y dijo:

19 «¡Dios me libre de hacer esto! ¿Cómo podría yo beber la sangre y la vida de estos hombres, que por traerme agua han puesto en peligro su vida?»

Y no la quiso beber. Tal fue la hazaña de esos tres valientes.

20 El jefe de los treinta era Abisay, hermano de Joab, que blandió su lanza contra trescientos enemigos, y los mató, con lo que se hizo famoso junto con los tres.

21 Aunque fue el más destacado de los treinta, y era su jefe, nunca igualó a los tres primeros.

22 Benaías hijo de Joyadá era hijo de un valiente de Cabsel, que realizó grandes hazañas: Venció a dos moabitas muy aguerridos, y durante el invierno mató a un león en medio de un foso,

23 y con sus propias manos venció a un egipcio de más de dos metros de estatura. El egipcio blandía una lanza semejante al rodillo de un tejedor, pero Benaías se enfrentó a él con un palo, le arrebató de la mano la lanza, y con su misma lanza lo mató.

24 Por estos hechos de Benaías hijo de Joyadá, fue incluido entre los tres valientes,

25 y aunque fue el más distinguido de los treinta, nunca igualó a los tres primeros. A éste, David lo incluyó en su guardia personal.

26 Los guerreros más valientes eran:

Asael, que era hermano de Joab;

Eljanán hijo de Dodo, el de Belén;

27 Samot el harodita,

Heles el pelonita,

28 Ira hijo de Iques, el tecoíta;

Abiezer el anatotita,

29 Sibecay el husatita,

Ilay el ajojita,

30 Maray el netofatita,

Jéled hijo de Baná, el netofatita;

31 Itay hijo de Ribay, el benjaminita de Gabaa;

Benaías el piratonita,

32 Juray, el del río Gaas;

Abiel el arbatita,

33 Azmavet el barhumita,

Elijaba el salbonita,

34 los hijos de Hasem el gizonita,

Jonatán hijo de Sage, el ararita;

35 Ajían hijo de Sacar, el ararita;

Elifal hijo de Ur,

36 Jéfer el mequeratita,

Ajías el pelonita,

37 Hezro el carmelita,

Naray hijo de Ezbay,

38 Joel, el hermano de Natán;

Mibejar hijo de Hagrí,

39 Selec el amonita,

Najaray el berotita, que era escudero de Joab hijo de Seruyá;

40 Ira el itrita,

Gareb el itrita,

41 Urías el hitita,

Zabad hijo de Ajlay,

42 Adina hijo de Siza el rubenita, que era príncipe de los rubenitas, más los treinta que lo acompañaban;

43 Janán hijo de Macá,

Josafat el mitnita,

44 Uzías el astarotita,

Samá y Yeguiel, hijos de Jotán el aroerita;

45 Jediael hijo de Simerí,

Yojá el tizita, hermano de Jediael;

46 Eliel el mahavita,

Yerebay y Josavía, hijos de Elnaam;

Itma el moabita,

47 Eliel, Obed y Jasiel el mesobaíta.

1 Crónicas 12

El ejército de David

1 Éstos son los valientes que ayudaron a David en la guerra, y que se le unieron en Siclag, mientras él se encontraba en prisión por culpa de Saúl hijo de Cis.

2 Eran certeros arqueros, capaces de usar las dos manos para lanzar piedras con honda y disparar flechas.

De los hermanos de Saúl de Benjamín:

3 En primer lugar, Ajiezer; y en segundo, Joás. Estos dos eran hijos de Semagá el gabaatita.

Jeziel y Pelet, hijos de Azmavet; Beraca, Jehú el anatotita,

4 Ismaías el gabaonita, uno de los treinta valientes, y el más valiente de los treinta; Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad el gederatita;

5 Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías, Sefatías el harufita,

6 Elcana, Isías, Azareel, Joezer y Yasobeán, todos ellos coreítas,

7 y Joela y Zebadías, hijos de Jeroán de Gedor.

8 También algunos gaditas se unieron a David mientras éste estaba en la fortaleza del desierto. Eran hombres muy valientes y aguerridos, que sabían manejar el escudo; su rostro reflejaba la fiereza de los leones, y eran ligeros de pies, como las gacelas en los montes.

9 El primero era Ezer, y le seguían, en ese orden, Abdías, Eliab,

10 Mismana, Jeremías,

11 Atay, Eliel,

12 Johanán, Elzabad,

13 Jeremías y Macbanay.

14 Éstos fueron capitanes del ejército gadita. El menor de ellos valía por cien soldados, y el mayor de ellos valía por mil.

15 Todos ellos cruzaron el Jordán en el mes primero, cuando el río se había desbordado por completo, y pusieron en fuga a todos los que vivían en los valles al oriente y al poniente.

16 También algunos de los benjaminitas y de la tribu de Judá se unieron a David en la fortaleza.

17 David habló con ellos, y les dijo: «Si ustedes han venido a verme en son de paz, y quieren ayudarme, yo me uniré a ustedes de todo corazón; pero si lo que quieren es entregarme a mis enemigos, que el Dios de nuestros padres lo vea y lo juzgue, pues yo no he cometido ninguna maldad.»

18 Entonces el espíritu se apoderó de Amasay, jefe de los treinta, y dijo:

«¡Por ti, David hijo de Yesé, y contigo! ¡Paz, paz contigo! ¡Y paz también con quienes te ayudan, pues también tu Dios te ayuda!»

Así David los recibió y los nombró capitanes de la tropa.

19 También algunos de Manasés se pusieron de parte de David cuando éste acompañó a los filisteos a la batalla contra Saúl. (En realidad no los ayudó, pues los jefes de los filisteos acordaron despedirlo porque dijeron: «Nuestra cabeza peligra si David se pasa al bando de su señor Saúl.»)

20 Cuando David llegó a Siclag, se le unieron algunos de Manasés, que fueron Adnas, Jozabad, Jediaiel, Micael, Jozabad, Eliú y Siletay, que en su tribu eran jefes de legiones.

21 Éstos ayudaron a David contra las bandas de malhechores, pues todos ellos eran aguerridos y capitaneaban el ejército.

22 A decir verdad, todos los días le llegaba ayuda a David, hasta que logró hacerse de un ejército muy numeroso.

23 Éste es el número de los jefes que estaban en pie de guerra y que, conforme a la palabra del Señor, llegaron a Hebrón para entregarle a David el trono de Saúl:

24 De los hijos de Judá que portaban escudo y lanza, seis mil ochocientos hombres listos para la guerra.

25 De los hijos de Simeón, siete mil cien hombres valientes y esforzados para la guerra.

26 De los hijos de Leví, cuatro mil seiscientos hombres.

27 Joyadá, que era jefe de los aaronitas, y sus tres mil setecientos hombres.

28 Sadoc, joven valiente y esforzado, con veintidós jefes de la familia de su padre.

29 De los benjaminitas parientes de Saúl, tres mil hombres. Hasta entonces, muchos de ellos se habían mantenido fieles a la familia de Saúl.

30 De los hijos de Efraín, veinte mil ochocientos hombres aguerridos, muy valientes y famosos en las familias de sus antepasados.

31 De la media tribu de Manasés, dieciocho mil hombres, designados de manera especial para ir y proclamar a David como rey.

32 De los hijos de Isacar, doscientos jefes, cuyas palabras eran respetadas por todos sus parientes, pues sabían cuándo actuar y qué debía hacer Israel.

33 De Zabulón, cincuenta mil hombres listos para entrar en batalla y que sabían manejar toda clase de armas. Siempre estaban dispuestos a pelear sin dar ni pedir cuartel.

34 De Neftalí, mil capitanes, más treinta y siete mil hombres con escudo y lanza.

35 De los danitas, veintiocho mil seiscientos hombres dispuestos a entrar en combate.

36 De Aser, cuarenta mil hombres dispuestos y preparados para entrar en combate.

37 De los rubenitas y gaditas y de la media tribu de Manasés, al otro lado del Jordán, ciento veinte mil hombres armados hasta los dientes.

38 Todos estos guerreros estaban dispuestos a entrar en combate, así que fueron a Hebrón con el corazón en la mano, para proclamar a David como rey de todo Israel. En realidad todos en Israel compartían el mismo deseo de proclamar como rey a David.

39 Y estuvieron allí tres días comiendo y bebiendo con David, pues sus parientes habían preparado todo para ellos.

40 También Isacar, Zabulón y Neftalí, que vivían cerca, llevaron asnos, camellos, mulos y bueyes cargados de víveres y de provisiones de harina, de tortas de higos y pasas, y vino y aceite, y muchos bueyes y ovejas, porque todos en Israel estaban alegres.

1 Crónicas 13

David propone trasladar el arca a Jerusalén

1 Entonces David pidió consejo a los jefes de millares y de centenas, y al resto de los jefes.

2 Y dijo David a toda la asamblea de Israel:

«Si les parece bien, y si es la voluntad del Señor nuestro Dios, convocaremos a nuestros hermanos que están esparcidos por todo Israel, lo mismo que a los sacerdotes y levitas que están con ellos en sus ciudades y ejidos, para que se reúnan con nosotros.

3 Traigamos aquí el arca de nuestro Dios, porque desde los días de Saúl no la hemos consultado.»

4 Toda la asamblea estuvo de acuerdo en que se hiciera así, pues a todos les pareció bien.

David intenta traer el arca

5 Entonces David reunió a todos los israelitas, desde Sijor de Egipto hasta la entrada de Jamat, para que trasladaran el arca de Dios desde Quiriat Yearín.

6 Y fue David con todo Israel a Baalá de Quiriat Yearín, que está en Judá, para trasladar de allí el arca sobre la cual se invoca el nombre de Dios el Señor, que habita entre los querubines.

7 Desde la casa de Abinadab llevaron el arca de Dios en un carro nuevo, y Uzá y Ajió guiaban el carro,

8 mientras David y todo Israel se regocijaban con todas sus fuerzas delante de Dios, entre cánticos y música de arpas, salterios, tamboriles, címbalos y trompetas.

9 Cuando llegaron a la era de Quidón, los bueyes tropezaron, y para sostener el arca Uzá extendió la mano.

10 Entonces el furor del Señor se encendió contra Uzá por haber extendido su mano hacia el arca, y lo hirió de muerte, y Uzá murió allí, delante de Dios.

11 A David le pesó que el Señor hubiera fulminado a Uzá; por eso llamó a ese lugar Peres Uzá,y hasta el día de hoy se llama así.

12 Ese día David temió a Dios, y dijo:

«¿Y cómo voy a llevar el arca de Dios a mi casa?»

13 Así que ya no llevó el arca a su casa, en la ciudad de David, sino que la llevó a la casa de Obed Edom, el de Gat.

14 Y el arca de Dios se quedó tres meses en la casa de Obed Edom, con su familia, y el Señor bendijo la casa de Obed Edomy todo lo que él tenía.

1 Crónicas 14

Jirán envía embajadores a David

1 El rey Jirán de Tiro envió embajadores a David, y también madera de cedro, albañiles y carpinteros, para que le construyeran una casa.

2 Con esto David entendió que el Señor lo había confirmado como rey de Israel, y que había exaltado su reino sobre su pueblo Israel.

Hijos de David nacidos en Jerusalén

3 David tomó otras mujeres en Jerusalén, y tuvo más hijos e hijas.

4 Éstos son los nombres de los hijos que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,

5 Ibejar, Elisúa, Elpelet,

6 Noga, Nefeg, Jafía,

7 Elisama, Beeliada y Elifelet.

David derrota a los filisteos

8 Cuando los filisteos supieron que David había sido ungido rey de todo Israel, fueron en su busca. Pero al saberlo David, salió a enfrentarse con ellos.

9 Al llegar, los filisteos se extendieron por el valle de Refayin.

10 Entonces David consultó a Dios, y le dijo:

«¿Debo atacar a los filisteos? ¿Los entregarás en mi mano?»

Y el Señor le dijo:

«Atácalos, que yo los entregaré en tus manos.»

11 Los filisteos llegaron a Baal Perasín, y allí David los derrotó. Después de eso, David dijo:

«Con mi mano Dios partió en dos a mis enemigos, como si abriera en dos las aguas.»

Por eso el nombre de aquel lugar fue llamado «Baal Perasín».

12 Allí los filisteos dejaron a sus dioses, y David ordenó que los quemaran.

13 Pero los filisteos volvieron a extenderse por el valle,

14 así que David volvió a consultar a Dios, y Dios le dijo:

«No los ataques de frente, sino rodéalos, para que los ataques frente a las balsameras.

15 Así, cuando oigas un estruendo por las copas de las balsameras, lánzate a la batalla, porque yo saldré delante de ti y heriré al ejército de los filisteos.»

16 David hizo lo que Dios le ordenó, y derrotaron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Guézer.

17 Y la fama de David se extendió por todas aquellas tierras, y el Señor infundió el temor ante David en todas las naciones.

1 Crónicas 15

David lleva el arca a Jerusalén

1 David también se construyó casas en la ciudad de David, y preparó un lugar para el arca de Dios y le instaló una tienda.

2 Luego dijo:

«El arca de Dios debe ser llevada sólo por los levitas; porque fue a ellos a quienes el Señor eligió para que la lleven y le sirvan siempre.»

3 Y David congregó a todo Israel en Jerusalén para que se llevara el arca del Señor al lugar que le había preparado.

4 David reunió además a los aaronitas y a los levitas.

5 De los descendientes de Coat, reunió a Uriel, que era su jefe, y a sus parientes: ciento veinte personas.

6 De los descendientes de Merari, a Asaías, que era su jefe, y a sus parientes: doscientas veinte personas.

7 De los hijos de Guersón, a Joel, que era su jefe, y a sus parientes: ciento treinta personas.

8 De los hijos de Elisafán, a Semaías, que era su jefe, y a sus parientes: doscientas personas.

9 De los hijos de Hebrón, a Eliel, que era su jefe, y a sus parientes: ochenta personas.

10 De los hijos de Uziel, a Aminadab, que era su jefe, y a sus parientes: ciento doce personas.

11 Después, David llamó a los sacerdotes Sadoc y Abiatar, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab,

12 y les dijo:

«Ustedes son los principales padres de familia de los levitas, así que santifíquense, ustedes y sus hermanos, y lleven el arca del Señor, Dios de Israel, al lugar que le he preparado.

13 Como ustedes no lo hicieron así la primera vez, el Señor nuestro Dios nos castigó, pues no lo consultamos como debimos hacerlo.»

14 Los sacerdotes y los levitas se santificaron para transportar el arca del Señor, el Dios de Israel.

15 Por medio de las barras, los descendientes de los levitas llevaron el arca de Dios sobre sus hombros, conforme a la palabra del Señory tal y como lo había ordenado Moisés.

16 Además, David les dijo a los jefes de los levitas que de entre sus parientes designaran cantores con instrumentos musicales, es decir, con salterios y arpas y címbalos, y que los tocaran y levantaran alegremente la voz.

17 Los levitas designaron a Hemán hijo de Joel, y de sus parientes designaron a Asaf hijo de Berequías.

De los descendientes de Merari y de sus parientes, designaron a Etán hijo de Cusaías.

18 Además de todos ellos, designaron como porteros a sus parientes del orden inmediato, es decir, a Zacarías, Jaziel, Semiramot, Yejiel, Uní, Eliab, Benaías, Maseías, Matatías, Elifelu, Micnías, Obed Edom y Yejiel.

19 Hemán, Asaf y Etán, que eran cantores, tocaban címbalos de bronce.

20 Zacarías, Aziel, Semiramot, Yejiel, Uní, Eliab, Maseías y Benaías, tocaban salterios sobre Alamot.

21 Matatías, Elifelu, Micnías, Obed Edom, Yeguiel y Azazías tenían arpas afinadas y fungían como directores.

22 Quenanías, que era jefe de los levitas, fue nombrado director de los cantos, pues sabía mucho de música.

23 Berequías y Elcana vigilaban el arca.

24 Los sacerdotes Sebanías, Josafat, Natanael, Amasay, Zacarías, Benaías y Eliezer tocaban las trompetas delante del arca de Dios.

Obed Edom y Yejías estaban también a cargo de la vigilancia del arca.

25 Con gran alegría David y los ancianos de Israel y los capitanes de legiones fueron a trasladar el arca del pacto del Señor, de casa de Obed Edom.

26 Dios el Señor ayudó a los levitas a llevar el arca del pacto, y se sacrificaron siete novillos y siete carneros.

27 David iba vestido de lino fino, y además llevaba sobre sí un efod de lino. Todos los levitas que llevaban el arca, y los cantores, iban vestidos de lino. Entre los cantores, Quenanías era el maestro de canto.

28 Fue así como todo Israel transportó el arca del pacto del Señor, en medio de jubilosos sonidos de bocinas, trompetas y címbalos, y al son de salterios y arpas.

29 Mical, la hija de Saúl, miraba por una ventana cuando el arca del pacto del Señor llegó a la ciudad de David, y al ver que el rey David saltaba y danzaba, sintió en su corazón mucho desprecio por él.

1 Crónicas 16

1 Así fue como el arca de Dios fue transportada y puesta en medio de la tienda que David había mandado levantar para ella. Y se ofrecieron delante de Dios holocaustos y sacrificios de paz,

2 y cuando David acabó de ofrecer el holocausto y los sacrificios de paz, bendijo al pueblo en el nombre del Señor

3 y repartió entre todos y cada uno de los israelitas, hombres y mujeres, una torta de pan, un trozo de carne y una torta de pasas.

4 David puso algunos levitas delante del arca del Señor, para que ministraran, e invocaran, confesaran y alabaran al Señor, Dios de Israel.

5 En primer lugar puso a Asaf, seguido de Zacarías, Yeguiel, Semiramot, Yejiel, Matatías, Eliab, Benaías, Obed Edom y Yeguiel, todos ellos con sus salterios y arpas, pero Asaf tocaba los címbalos.

6 También los sacerdotes Benaías y Jahaziel tocaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios.

Salmo de acción de gracias

7 Ese día, David puso por primera vez a Asaf y sus parientes a cargo de las alabanzas al Señor. Y cantaron:

8 ¡Alaben al Señor, invoquen su nombre!

¡Que los pueblos reconozcan sus obras!

9 ¡Canten, sí, cántenle salmos!

¡Proclamen todas sus maravillas!

10 ¡Regocíjense en su santo nombre!

¡Alégrense de corazón los que buscan al Señor!

11 ¡Busquen el poder del Señor!

¡Busquen siempre a Dios!

12 ¡Recuerden sus grandes maravillas,

sus hechos prodigiosos y sus sabias sentencias!

13 Ustedes son los descendientes de Abrahán;

ustedes son los hijos de Jacob, sus escogidos.

14 El Señor es nuestro Dios;

en toda la tierra prevalecen sus juicios.

15 Nunca se olvida de su pacto,

de la palabra que dictó para mil generaciones.

16 Fue un acuerdo que hizo con Abrahán,

y que lo confirmó con Isaac.

17 Con Jacob lo estableció como decreto;

con Israel lo hizo un pacto duradero

18 cuando dijo: «Te daré la tierra de Canaán

como la herencia que te corresponde.»

19 Ellos no eran numerosos;

eran unos simples forasteros.

20 Andaban de nación en nación,

y de un reino a otro reino;

21 pero Dios no dejó que lo agraviaran,

sino que por ellos castigó a los reyes

22 y dijo: «¡No toquen a mis ungidos!

¡No les hagan daño a mis profetas!»

23 ¡Canten al Señor todos en la tierra!

¡Anuncien su salvación todos los días!

24 ¡Canten entre los pueblos su gloria!

¡Anuncien entre los pueblos sus maravillas!

25 El Señor es grande, y digno de alabanza;

¡es temible, más que todos los dioses!

26 Todos los dioses de los pueblos son ídolos,

pero el Señor es quien creó los cielos.

27 En su presencia hay alabanza y magnificencia;

en su santuario hay poder y gloria.

28 Ustedes, familias de los pueblos,

¡tributen al Señor la gloria y el poder!

29 ¡Tributen al Señor la honra que merece su nombre!

¡Traigan sus ofrendas, y vengan a su presencia!

¡Adoren al Señor en la hermosura de la santidad!

30 ¡Tiemblen ante él todos en la tierra!

El Señor afirmó el mundo, y no será conmovido.

31 ¡Que se alegren los cielos y se regocije la tierra!

Digan entre las naciones: «¡El Señor es rey!»

32 ¡Que brame el mar y todo lo que contiene!

¡Que se alegre el campo y todo lo que hay en él!

33 ¡Que todos los árboles del bosque rebosen de gozo

delante del Señor, que viene a juzgar la tierra!

34 ¡Aclamen al Señor, porque él es bueno;

porque su misericordia es eterna!

35 Digan: «¡Sálvanos, Dios de nuestra salvación!

¡Vuelve a reunirnos, y líbranos de las naciones!

¡Así alabaremos tu santo nombre

y nos alegraremos con tus alabanzas!»

36 ¡Bendito sea el Señor y Dios de Israel,

desde la eternidad y hasta la eternidad!

Y todo el pueblo dijo «Amén», y alabó al Señor.

Los levitas encargados del arca

37 David dejó a Asaf y a sus parientes delante del arca del pacto del Señor, para que ministraran todo el tiempo delante del arca, cada cosa en su día.

38 Al cuidado del arca puso a Obed Edom y a sus sesenta y ocho parientes, y también a Obed Edom hijo de Jedutún y a Josá.

39 Al sacerdote Sadoc y a sus parientes los sacerdotes los puso delante del tabernáculo del Señor, en el lugar alto que estaba en Gabaón,

40 para que todos los días, a mañana y tarde, ofrecieran sacrificios y holocaustos al Señor en el altar del holocausto, conforme a todo lo que está escrito en la ley que el Señor prescribió a Israel.

41 Con ellos puso a Hemán y Jedutún y a los otros escogidos por nombre, para que glorificaran al Señor, cuya misericordia es eterna.

42 Para alabar a Dios, Hemán y Jedutún tocaban las trompetas y los címbalos y otros instrumentos musicales. Los hijos de Jedutún vigilaban la entrada.

43 Después de esto, todo el pueblo se fue a su casa, y también David se fue a bendecir su propia casa.

1 Crónicas 17

Pacto de Dios con David

1 David ocupaba ya el trono en su palacio cuando le dijo al profeta Natán:

«¡Mírame aquí, entronizado en un palacio de cedro, mientras el arca del pacto del Señor está debajo de unas cortinas!»

2 Y Natán le contestó:

«Haz todo lo que de corazón te propongas hacer, que cuentas con el apoyo de Dios.»

3 En esa misma noche la palabra de Dios vino a Natán, y le dijo:

4 «Ve y dile a mi siervo David que yo, el Señor, he dicho: “No serás tú quien me edifique casa para que la habite.

5 Desde el día en que saqué a los israelitas, y hasta el día de hoy, yo no he habitado en ninguna casa. Al contrario, anduve de tienda en tienda, y de enramada en enramada.

6 Por dondequiera que he andado con todo Israel, jamás dije nada a ninguno de los jueces de Israel, a los que ordené apacentar a mi pueblo; jamás le pedí que me edificaran un palacio de cedro.”

7 Así que ve a decirle a mi siervo David que yo, el Señor de los ejércitos, he dicho: “Yo te tomé del redil, cuando andabas detrás de las ovejas, para que fueras el príncipe de mi pueblo Israel.

8 Yo he estado contigo por dondequiera que has andado, y he derrotado a todos los enemigos que has enfrentado. Y ahora voy a hacerte famoso, tan famoso como los más importantes de la tierra.

9 Además, he preparado un lugar para mi pueblo Israel, y allí lo plantaré, para que se establezca y no vuelva a ser removido, ni la gente malvada vuelva a consumirlo como en el pasado,

10 cuando puse jueces sobre mi pueblo Israel. Yo humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber también que yo, el Señor, te edificaré una casa.

11 Cuando llegue el momento de que te reúnas con tus antepasados, yo haré que uno de entre tus hijos se levante para sucederte, y yo también afirmaré su reinado.

12 Él me edificará casa, y yo confirmaré su trono para siempre.

13 Yo seré su padre, y él será mi hijo,y jamás le negaré mi misericordia, como se la negué a quien reinó antes de ti;

14 más bien, lo confirmaré en mi casa y en mi reino para siempre, y para siempre se afirmará su trono.”»

15 Y Natán le repitió a David todas estas palabras y toda esta visión.

16 Entonces el rey David se presentó delante del Señor, y dijo:

«Señor y Dios, ¿quién soy yo, y quién es mi familia, para que me hayas traído hasta aquí?

17 ¡Y aun esto te ha parecido poco, Dios mío! Tú, mi Señor y Dios, hablas en futuro de la casa de tu siervo, y me ves como si fuera yo un hombre excelente.

18 ¿Qué más puedo yo, tu siervo David, añadir y pedir de ti, para mi propia gloria? ¡Tú conoces a este siervo tuyo!

19 Tú, Señor, has hecho todos estos portentos, por amor a tu siervo y según tu corazón, para dar a conocer tu grandeza.

20 Señor, no hay nada semejante a ti, y hasta donde sabemos, no hay más Dios que tú.

21 ¿Qué otro pueblo hay en la tierra como tu pueblo Israel, redimido por su propio Dios, para dar a conocer tu nombre por medio de grandes maravillas, al desalojar las naciones de delante de tu pueblo, el pueblo que tú rescataste de Egipto?

22 Tú has hecho de Israel tu propio pueblo para siempre; ¡tú, Señor, has llegado a ser su Dios!

23 »Ahora, Señor, que la palabra que has hablado acerca de tu siervo y de su casa, se afirme para siempre. Que se haga lo que tú has dicho.

24 Que tu nombre permanezca y sea engrandecido para siempre, a fin de que se diga: “El Señor de los ejércitos es el Dios de Israel”, y que la casa de tu siervo David se afirme en tu presencia.

25 Tú, Dios mío, le has revelado a tu siervo tu intención de edificarle casa. Por eso tu siervo ha hallado motivo para orar en tu presencia.

26 Tú, Señor, eres el Dios que le ha revelado a tu siervo tal bondad;

27 eres tú quien ha querido bendecir la casa de este siervo tuyo, para que permanezca para siempre delante de ti. Tú, Señor, la has bendecido, y bendita será para siempre.»

1 Crónicas 18

David extiende sus dominios

1 Después de eso, sucedió que David derrotó y humilló a los filisteos, y les arrebató la ciudad de Gat y sus villas.

2 También derrotó a los moabitas, y los hizo sus esclavos y los obligó a pagarle tributo.

3 Derrotó además en Jamat a Hadad Ezer, rey de Soba, cuando éste pretendía asegurar su dominio en la ribera del río Éufrates.

4 David le quitó mil carros de guerra, siete mil soldados de caballería y veinte mil soldados de infantería, y además desjarretó a los caballos que tiraban todos los carros, con la excepción de los caballos para cien carros.

5 Cuando los sirios vinieron de Damasco en ayuda de Hadad Ezer, rey de Soba, David hirió a veintidós mil de ellos;

6 luego puso una guarnición en Siria de Damasco, y obligó a los sirios a servirle y a pagarle tributo, pues el Señor le daba la victoria a David por dondequiera que iba.

7 David se apoderó de los escudos de oro que llevaban los siervos de Hadad Ezer, y los llevó a Jerusalén.

8 También se apoderó del mucho bronce que había en Tibejat y Cun, ciudades de Hadad Ezer, y con ese bronce hizo Salomón el mar de bronce, las columnas y los utensilios de bronce.

9 Cuando el rey Toy de Jamat supo que David había derrotado totalmente al ejército de Hadad Ezer, rey de Soba,

10 envió a su hijo Hadorán para que saludara a David y lo bendijera por haber peleado con Hadad Ezer y haberlo vencido. Como Toy estaba en guerra contra Hadad Ezer, le envió al rey David toda clase de utensilios de oro, plata y bronce,

11 y el rey David dedicó todo esto al Señor, junto con la plata y el oro que les había quitado a todas las naciones de Edom, Moab, Amón, Filistea y Amalec.

12 Además de esto, Abisay hijo de Seruyá derrotó en el valle de la Sal a dieciocho mil edomitas,

13 y puso una guarnición en Edom y obligó a todos los edomitas a servir a David, pues el Señor daba el triunfo a David por dondequiera que éste iba.

Oficiales de David

14 David llegó a ser rey de todo Israel, y gobernó con justicia y rectitud a todo su pueblo.

15 Joab hijo de Seruyá era el general de su ejército, y Josafat hijo de Ajilud era el canciller.

16 Sadoc hijo de Ajitob y Abimelec hijo de Abiatar eran sacerdotes, y Savsá era el secretario.

17 Benaías hijo de Joyadá estaba al mando de los cretenses y peleteos, y los hijos de David eran los príncipes que rodeaban al rey.