1 Crónicas 19

Derrotas de amonitas y sirios

1 Después de esto, murió Najás, el rey de los amonitas, y en su lugar reinó su hijo.

2 Entonces dijo David:

«Voy a tratar con misericordia a Janún hijo de Najás, porque también su padre me trató con misericordia.»

Entonces envió unos mensajeros para expresarle sus condolencias por la muerte de su padre. Pero cuando los mensajeros de David llegaron a la tierra de los amonitas para consolar a Janún,

3 los jefes amonitas le dijeron a Janún:

«¿Y crees que David rinde honores a tu padre, al enviarte estos consoladores? ¿Acaso sus siervos no vienen más bien a espiarte, y a investigar y reconocer la tierra?»

4 Janún tomó entonces a los mensajeros de David y los rapó, les rasgó los vestidos por la mitad, hasta las nalgas, y los mandó de vuelta.

5 Los mensajeros se fueron, y cuando David se enteró de lo que les había sucedido, mandó gente a que los recibieran, porque estaban muy ofendidos. Pero el rey mandó que les dijeran:

«Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba. Entonces volverán.»

6 Cuando los amonitas vieron que se habían hecho odiosos ante David, Janún y los amonitas enviaron treinta y tres mil kilos de plata a Mesopotamia, Siria, Macá y Soba, para contratar allá carros de guerra y gente de caballería.

7 Y contrataron treinta y dos mil carros de guerra, y al rey de Macá y a su ejército, los cuales vinieron y acamparon frente a Medeba. También los amonitas se juntaron en sus ciudades y salieron a la guerra.

8 Pero David lo supo y envió a Joab y a todo el ejército de sus hombres más valientes.

9 Los amonitas salieron a la entrada de la ciudad y se presentaron en orden de batalla, mientras que los reyes que habían venido se quedaron en el campo.

10 Y al ver Joab que el ataque contra él se había dispuesto por el frente y por la retaguardia, escogió a los mejores soldados israelitas, y con ellos se preparó para enfrentar a los sirios.

11 El resto del ejército lo puso en manos de su hermano Abisay, y los dispuso para enfrentar a los amonitas.

12 Le dijo:

«Si los sirios resultan ser más fuertes que yo, tú vendrás en mi ayuda; pero si los amonitas resultan ser más fuertes que tú, yo iré a ayudarte.

13 ¡Ánimo! ¡Luchemos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios, y que sea lo que el Señor quiera!»

14 Al avanzar Joab y su ejército para pelear contra los sirios, éstos huyeron de él.

15 Y al ver los amonitas que los sirios huían, también ellos huyeron delante de Abisay, el hermano de Joab, y se metieron en la ciudad. Entonces Joab volvió a Jerusalén.

16 Cuando los sirios vieron que habían sido vencidos por los israelitas, enviaron mensajeros para que vinieran en su ayuda los sirios que estaban al otro lado del Éufrates, y que eran capitaneados por Sofac, general del ejército de Hadad Ezer.

17 Pero tan pronto como David recibió la noticia, reunió a todos los israelitas, cruzó el Jordán, y se dispuso a presentar batalla contra ellos. En cuanto David ordenó su tropa contra los sirios, éstos lo atacaron,

18 pero huyeron delante de los israelitas. Y David mató a siete mil sirios de los carros de guerra, a cuarenta mil hombres de infantería, y además mató a Sofac, que era el general del ejército.

19 Y al ver los siervos de Hadad Ezer que habían sido derrotados por los israelitas, hicieron la paz con David y fueron sus siervos. Y nunca más los sirios quisieron ayudar a los amonitas.

1 Crónicas 20

David captura a Rabá

1 A la vuelta de un año, y mientras David estaba en Jerusalén,Joab llevó a campaña al ejército en pleno y fue y sitió la ciudad de Rabá y la conquistó, destruyendo por completo la tierra de los amonitas. Esto sucedió en los días en que los reyes acostumbran salir a la guerra.

2 David le quitó al rey de Rabá la corona de oro, la cual pesaba treinta y tres kilos y estaba adornada de piedras preciosas, y con ella fue coronado David. Además de esto, David sacó de la ciudad cuantioso botín de guerra,

3 y sacó también a la gente que estaba en ella y la puso a trabajar con sierras, trillos de hierro y hachas. Esto mismo lo hizo David con todas las ciudades amonitas, y después de eso David volvió a Jerusalén con todo su ejército.

Los hombres de David matan a los gigantes

4 Después de esto se desató en Guézer la guerra contra los filisteos. Sibecay el husatita mató a Sipay, que descendía de los gigantes, y los filisteos fueron derrotados.

5 Pero hubo otra guerra contra los filisteos, y Eljanán hijo de Yaír mató a Lamí, que era hermano de Goliat de Gat, el que blandía una lanza parecida al rodillo de un telar.

6 Y se desató en Gat una guerra más, en la que participó un guerrero de gran estatura, el cual tenía seis dedos en cada mano y en cada pie, es decir, un total de veinticuatro dedos. Éste era descendiente de los gigantes,

7 y se puso a insultar a los israelitas, pero Jonatán hijo de Simea, hermano de David, lo mató.

8 Éstos fueron los descendientes de los gigantes de Gat, que perdieron la vida a manos de David y de sus siervos.

1 Crónicas 21

David censa al pueblo

1 Pero Satanás se puso en contra de Israel e indujo a David a levantar un censo en Israel.

2 Entonces David ordenó a Joab y a los jefes del pueblo:

«Vayan y levanten un censo de Israel desde Berseba hasta Dan, y tráiganme el informe de cuántos son. Quiero saberlo.»

3 Joab le dijo:

«Mi señor y rey: ¡Que el Señor multiplique cien veces más el número de su pueblo! ¿Acaso no están todos estos al servicio de mi señor? ¿Para qué quiere mi señor hacer tal cosa? ¡Eso le contará a Israel como pecado!»

4 Pero la orden del rey pudo más que Joab. Así que Joab salió y recorrió todo Israel, y volvió a Jerusalén para entregar a David el número del pueblo censado.

5 En todo Israel había un millón cien mil hombres que manejaban la espada, y en Judá había cuatrocientos setenta mil hombres que manejaban la espada.

6 No fueron contados los levitas ni los benjaminitas, porque para Joab la orden del rey era repugnante.

7 Esto desagradó a Dios, e hirió de muerte a Israel.

8 Entonces David le dijo a Dios:

«Con esto que he hecho he pecado gravemente. Te ruego que perdones a este siervo tuyo por su maldad, porque he actuado sin pensar.»

9 El Señor habló con Gad, que era el vidente de David, y le dijo:

10 «Ve y habla con David, y dile que yo, el Señor, he dicho: “Te propongo tres cosas. Escoge de ellas la que quieras que yo haga contigo.”»

11 Gad fue a hablar con David, y le dijo:

«Así ha dicho el Señor:

12 “Escoge qué prefieres: tres años de hambre, o ser derrotado durante tres meses por la espada de tus enemigos, o que haya peste en la tierra durante tres días, y que la espada del Señor, es decir, el ángel del Señor, traiga destrucción por todo Israel.” Dime qué debo responder al que me ha enviado.»

13 Y David le dijo a Gad:

«Estoy en un gran aprieto. Permíteme caer en las manos del Señor, porque su misericordia es grande en extremo. ¡No me dejes caer en las manos de ningún hombre!»

14 Fue así como el Señor envió una peste sobre Israel, y murieron setenta mil israelitas.

15 El Señor envió al ángel a Jerusalén, para que la destruyera; pero cuando el Señor lo vio destruirla, le pesó haberle enviado ese mal y le dijo al ángel destructor:

«¡Basta ya! ¡Detente!»

En ese momento el ángel del Señor estaba junto a la era de Ornán el jebuseo.

16 David levantó los ojos y, al ver al ángel del Señor, que estaba entre el cielo y la tierra, y con la espada en la mano, desenvainada y extendida contra Jerusalén, tanto David como los ancianos se postraron sobre sus rostros y se cubrieron de cilicio.

17 Entonces David le dijo a Dios:

«¿Acaso no fui yo quien ordenó que se contara el pueblo? ¡Yo, y nadie más, ha pecado! ¡Yo soy quien ha actuado mal! Pero estas ovejas, ¿qué mal han hecho? Señor y Dios mío, deja caer tu mano sobre mí y sobre la casa de mi padre. ¡Que no venga la peste sobre tu pueblo!»

18 El ángel del Señor le ordenó a Gad decir a David que construyera un altar al Señor en la era de Ornán el jebuseo,

19 y conforme a la palabra de Gad de parte del Señor, David fue a hacerlo así.

20 Pero Ornán, que estaba trillando el trigo, se volvió y vio al ángel, y los cuatro hijos suyos que estaban con él corrieron a esconderse.

21 Entonces David fue a hablar con Ornán y, cuando éste miró a David, salió de la era y se postró en tierra ante David.

22 Entonces David le dijo a Ornán:

«Concédeme este lugar, para edificar un altar al Señor. Véndemelo por lo que realmente vale, para que el pueblo ya no siga muriendo.»

23 Y Ornán le respondió:

«Mi señor el rey puede tomar la era y hacer con ella lo que le parezca mejor. Yo le daré todo lo que necesite, hasta los bueyes para el holocausto, los trillos para la leña, y el trigo para la ofrenda.»

24 Entonces el rey David le dijo a Ornán:

«De ninguna manera. Yo te compraré la era por su precio justo. No voy a tomar para el Señor lo que es tuyo, ni voy a ofrecer ningún holocausto que nada me cueste.»

25 Y David pesó y le pagó a Ornán por la era seiscientas monedas de oro.

26 Allí edificó David un altar al Señor, y en él ofreció holocaustos y ofrendas de paz, e invocó al Señor, quien le respondió desde los cielos enviando fuego sobre el altar del holocausto.

27 Entonces el Señor habló con el ángel, para que éste devolviera su espada a la vaina.

El lugar para el templo

28 Al ver David que el Señor le había atendido en el caso de la era de Ornán el jebuseo, ofreció sacrificios allí.

29 En aquel tiempo el tabernáculo del Señor que Moisés había hecho en el desierto, y el altar del holocausto, estaban en el lugar alto de Gabaón,

30 pero como David tenía miedo por causa de la espada del ángel del Señor, no podía ir allá para consultar a Dios.

1 Crónicas 22

1 Entonces David dijo:

«Éste será el lugar de la casa de Dios el Señor, y aquí tendrá Israel el altar del holocausto.»

Preparativos para el templo

2 Después de eso, David mandó reunir a los extranjeros que había en la tierra de Israel, y escogió algunos de ellos como canteros, para que labraran piedras y edificaran la casa de Dios.

3 Preparó también mucho hierro para los clavos y las bisagras de las puertas, y mucho bronce y madera de cedro.

4 Y es que los sidonios y los tirios habían traído a David abundante madera de cedro.

5 Entonces dijo David:

«Salomón, mi hijo, es todavía un niño de tierna edad, pero la casa que debe edificarse al Señor tiene que ser una obra excelente, de gran renombre en todo lugar. Así que voy a prepararle todo lo necesario.»

Y antes de su muerte, David hizo abundantes preparativos.

6 Llamó entonces David a Salomón, su hijo, y le mandó edificar una casa para el Señor, el Dios de Israel.

7 Le dijo:

«Hijo mío, la intención de mi corazón era edificar un templo al nombre del Señor mi Dios.

8 Pero la palabra del Señor vino a mí, y me dijo: “Tú has derramado mucha sangre; has librado muchas batallas. Es tanta la sangre que has derramado en la tierra delante de mí, que no edificarás casa a mi nombre.

9 Pero te nacerá un hijo, el cual será un hombre de paz. Yo haré que esté en paz con todos los enemigos que lo rodean; por eso se llamará Salomón.Durante su vida yo le daré a Israel paz y reposo.

10 Él edificará una casa para honrar mi nombre, y él será mi hijo, y yo seré su padre, y para siempreafirmaré sobre Israel el trono de su reino.”

11 Así que, hijo mío, que el Señor esté contigo, y que seas prosperado y edifiques la casa del Señor tu Dios, como él lo ha dicho.

12 Que el Señor te dé entendimiento y prudencia, para que cuando gobiernes a Israel cumplas la ley del Señor tu Dios.

13 Si pones por obra los estatutos y decretos que el Señor le entregó a Moisés para Israel, serás prosperado. Esfuérzate y cobra ánimo; no temas ni desmayes.

14 Toma en cuenta que yo, con grandes esfuerzos, he preparado para la casa del Señor tres mil trescientas toneladas de oro, treinta y tres mil toneladas de plata, y muchísimo bronce y hierro, porque en realidad es mucho. También he preparado madera y piedra, pero puedes añadir más.

15 Tú cuentas con muchos obreros, canteros, albañiles y carpinteros, y con gente experta en distintos trabajos.

16 La cantidad de oro, plata, bronce y hierro es incalculable. Así que levántate y pon manos a la obra, y que el Señor esté contigo.»

17 David mandó también a todos los jefes de Israel que ayudaran a su hijo. Les dijo:

18 «¿No es verdad que el Señor su Dios les ha dado a ustedes paz por todas partes? Él ha entregado en mis manos a los habitantes de la tierra, y la tierra ha sido sometida delante del Señor y de su pueblo.

19 Dispongan ahora su corazón y su ánimo a buscar al Señor su Dios. Levántense y edifiquen el santuario de Dios, el Señor, para trasladar a la casa edificada al nombre del Señor el arca del pacto y los utensilios consagrados a Dios.»

1 Crónicas 23

Distribución y deberes de los levitas

1 Cuando David ya era viejo y tenía muchos años, declaró a su hijo Salomón rey de Israel.

2 Además, juntó a todos los jefes de Israel y a los sacerdotes y levitas,

3 contando a los levitas mayores de treinta años, y el número total de ellos, contados uno por uno, resultó ser de treinta y ocho mil.

4 De éstos, veinticuatro mil debían dirigir la obra de la casa del Señor, y seis mil fungirían como gobernadores y jueces;

5 cuatro mil serían porteros, y los cuatro mil restantes se dedicarían a alabar al Señor con los instrumentos que David había hecho para tributar alabanzas.

6 David los repartió en grupos, siguiendo el orden de los hijos de Leví, es decir, de Guersón, Coat y Merari.

7 Los hijos de Guersón fueron Laadán y Simey.

8 Los hijos de Laadán fueron tres: Yejiel, el primero, seguido de Zetán y Joel.

9 Los hijos de Simey fueron tres: Selomit, Jaziel y Harán. Éstos fueron los jefes de las familias de Laadán.

10 Y los hijos de Simey fueron Yajat, Zina, Jeús y Beria. Estos cuatro fueron los hijos de Simey.

11 Yajat fue el primero, y Zina el segundo; pero Jeús y Beria no tuvieron muchos hijos, así que fueron contados como una sola familia.

12 Los hijos de Coat fueron cuatro: Amirán, Isar, Hebrón y Uziel.

13 Los hijos de Amirán fueron Aarón y Moisés. Aarón fue apartado, junto con sus hijos, para dedicarse siempre a las cosas más santas, para quemar incienso delante del Señor, y para servirle y bendecir en su nombre siempre.

14 Los hijos de Moisés, hombre de Dios, fueron contados en la tribu de Leví,

15 y fueron Guersón y Eliezer.

16 El hijo de Guersón fue el jefe Sebuel.

17 El hijo de Eliezer fue el jefe Rejabías.

Eliezer no tuvo otros hijos, pero Rejabías sí tuvo muchos hijos.

18 El hijo de Isar fue el jefe Selomit.

19 Los hijos de Hebrón fueron el jefe Jerías, seguido de Amarías, Jahaziel y Jecamán.

20 Los hijos de Uziel fueron el jefe Micaía, seguido de Isías.

21 Los hijos de Merari fueron Mali y Musi.

Los hijos de Mali fueron Eleazar y Cis.

22 Eleazar murió sin haber tenido hijos, pero tuvo hijas, y sus parientes, los hijos de Cis, las tomaron por mujeres.

23 Los hijos de Musi fueron tres: Mali, Edar y Jeremot.

24 Éstos fueron los descendientes de Leví por las familias de sus padres. Según el censo, eran jefes de familia, mayores de veinte años, cada uno contado por nombre, y todos ellos trabajaban en el ministerio de la casa del Señor.

25 Y es que David dijo:

«El Señor, el Dios de Israel, ha dado paz a su pueblo, y habitará en Jerusalén para siempre.

26 Los levitas no tendrán que volver a cargar el tabernáculo y todos los utensilios para su ministerio.»

27 Fue así como, de acuerdo con las últimas palabras de David, se hizo la cuenta de los hijos de Leví mayores de veinte años.

28 Todos ellos estaban bajo las órdenes de los hijos de Aarón para ministrar en la casa del Señor, en los atrios, en las cámaras, y en la purificación de todo objeto santificado, lo mismo que en la obra restante del ministerio de la casa de Dios,

29 y para los panes de la proposición, para la flor de harina para el sacrificio, para las hojuelas sin levadura, para lo preparado en sartén, para lo tostado, para toda medida y cuenta,

30 y para asistir todos los días por la mañana y por la tarde para dar gracias y tributar alabanzas al Señor,

31 y para ofrecer delante del Señor, continuamente, todos los holocaustos en los días de reposo, y en las lunas nuevas y fiestas solemnes, según su número y de acuerdo con su rito,

32 y para que en el ministerio de la casa del Señorestuvieran a cargo del tabernáculo de reunión y del santuario, bajo las órdenes de sus hermanos, los hijos de Aarón.

1 Crónicas 24

1 También los hijos de Aarón fueron distribuidos en grupos.

Los hijos de Aarón fueron Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar.

2 Como Nadab y Abiú murieron antes que su padre,y no tuvieron hijos, Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio.

3 David, junto con Sadoc, de los hijos de Eleazar, y Ajimélec, de los hijos de Itamar, los repartió por sus turnos en el ministerio.

4 Había más hombres importantes de los hijos de Eleazar que de los hijos de Itamar, y quedaron repartidos así:

De los hijos de Eleazar, dieciséis jefes de casas paternas.

De los hijos de Itamar, ocho jefes de casas paternas.

5 Fueron repartidos por sorteo los unos con los otros, porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Itamar hubo jefes del santuario y príncipes de la casa de Dios.

6 El escriba de los levitas Semaías hijo de Natanael escribió sus nombres en presencia del rey y de los príncipes, y delante del sacerdote Sadoc, de Ajimélec hijo de Abiatar y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas, designando por sorteo una casa paterna para Eleazar y otra para Itamar.

7 La primera suerte le tocó a Joyarib,

la segunda a Jedaías,

8 la tercera a Jarín,

la cuarta a Segorín,

9 la quinta a Malquías,

la sexta a Mijamín,

10 la séptima a Cos,

la octava a Abías,

11 la novena a Josué,

la décima a Secanías,

12 la undécima a Eliasib,

la duodécima a Yaquín,

13 la decimotercera a Jupá,

la decimocuarta a Jesebeab,

14 la decimoquinta a Bilgá,

la decimosexta a Imer,

15 la decimoséptima a Hezir,

la decimoctava a Afses,

16 la decimonovena a Petajías,

la vigésima a Ezequiel,

17 la vigesimoprimera a Jaquín,

la vigesimosegunda a Gamul,

18 la vigesimotercera a Delaía,

la vigesimocuarta a Magasías.

19 Éstos fueron distribuidos para su ministerio, para que entraran en la casa del Señor, según les fue ordenado por Aarón su padre, de la manera que le había mandado el Señor, el Dios de Israel.

20 Los restantes hijos de Leví fueron:

De los hijos de Amirán, Subael;

de los hijos de Subael, Yejedías;

21 de los hijos de Rejabías, el jefe Isías;

22 de los isaritas, Selomot y Yajat, su hijo;

23 de los hijos de Hebrón, el jefe Jerías, seguido de Amarías, Jahaziel y Jecamán;

24 Micaía hijo de Uziel,

Samir hijo de Micaía,

25 Isías, hermano de Micaía;

Zacarías hijo de Isías,

26 Mali y Musi, hijos de Merari;

Beno hijo de Jazías.

27 Los hijos de Merari, por parte de Jazías: Beno, Soán, Zacur e Ibri.

28 Por parte de Mali, Eleazar, que no tuvo hijos.

29 Yeramel hijo de Cis.

30 Los hijos de Musi fueron Mali, Edar y Jerimot.

Éstos fueron los descendientes de los levitas, por sus casas paternas.

31 También éstos fueron sorteados, como sus parientes aaronitas, delante del rey David, de Sadoc y Ajimélec, y de los jefes de las casas paternas de los sacerdotes y levitas, lo mismo el jefe de los padres que el menor de sus parientes.

1 Crónicas 25

Distribución de músicos y cantores

1 Para el ministerio, y para que profetizaran con arpas, salterios y címbalos, David y los jefes del ejército apartaron a los hijos de Asaf, de Hemán y de Jedutún. El número de ellos, que eran hombres idóneos para la obra de su ministerio, fue el siguiente:

2 De los hijos de Asaf: Zacur, José, Netanías y Asarela, hijos de Asaf. Éstos estaban bajo la dirección de Asaf, el cual profetizaba bajo las órdenes del rey.

3 De los hijos de Jedutún: Gedalías, Serí, Jesaías, Jasabías, Matatías y Simey. Estos seis estaban bajo la dirección de Jedutún, su padre, el cual profetizaba al son del arpa, para aclamar y alabar al Señor.

4 De los hijos de Hemán: Buquías, Matanías, Uziel, Sebuel, Jeremot, Jananías, Jananí, Eliata, Gidalti, Romanti Ezer, Josbecasa, Maloti, Hotir y Majaziot.

5 Todos estos fueron hijos de Hemán, que era el vidente del rey en todo lo relacionado con Dios y exaltaba su poder. Dios le dio a Hemán catorce hijos y tres hijas.

6 Todos ellos estaban en la casa del Señor bajo la dirección musical de su padre, con címbalos, salterios y arpas, para el ministerio del templo de Dios. Asaf, Jedutún y Hemán estaban allí por disposición del rey.

7 El número de todos los aptos e instruidos en el canto para honrar al Señor, era de doscientos ochenta y ocho, incluyendo a sus hermanos.

8 Los turnos para ministrar fueron sorteados, sin distinguir entre pequeños y grandes, ni entre maestros y discípulos.

9 El primero en salir sorteado fue Asaf, de José.

El segundo fue Gedalías, que con sus hermanos e hijos eran doce.

10 El tercero fue Zacur, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

11 El cuarto fue Izri, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

12 El quinto fue Netanías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

13 El sexto fue Buquías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

14 El séptimo fue Jesarela, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

15 El octavo fue Jesahías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

16 El noveno fue Matanías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

17 El décimo fue Simey, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

18 El undécimo fue Azareel, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

19 El duodécimo fue Jasabías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

20 El decimotercero fue Subael, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

21 El decimocuarto fue Matatías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

22 El decimoquinto fue Jeremot, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

23 El decimosexto fue Jananías, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

24 El decimoséptimo fue Josbecasa, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

25 El decimoctavo fue Jananí, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

26 El decimonoveno fue Maloti, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

27 El vigésimo fue Eliata, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

28 El vigesimoprimero fue Hotir, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

29 El vigesimosegundo fue Gidalti, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

30 El vigesimotercero fue Majaziot, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

31 El vigesimocuarto fue Romanti Ezer, que con sus hijos y sus hermanos eran doce.

1 Crónicas 26

Porteros y oficiales

1 Los porteros fueron distribuidos de la siguiente manera:

De los coreítas: Meselemías hijo de Coré, de los hijos de Asaf.

2 De los hijos de Meselemías: Zacarías, el primogénito, seguido de Jediael, Zebadías, Jatniel,

3 Elam, Johanán y Elioguenay, en ese orden.

4 De los hijos de Obed Edom: Semaías, el primogénito, seguido de Jozabad, Yoaj, Sacar, Natanael,

5 Amiel, Isacar y Peultay, en ese orden. Y es que Dios había bendecido a Obed Edom.

6 Semaías hijo de Obed también tuvo hijos que fueron jefes de la familia de sus padres. Eran hombres muy valientes y esforzados.

7 Sus hijos fueron Otni, Rafael, Obed y Elzabad, y sus hermanos Eliú y Samaquías, que eran hombres esforzados.

8 Todos estos eran descendientes de Obed Edom. Todos ellos, con sus hijos y hermanos, eran sesenta y dos hombres robustos y fuertes para el servicio.

9 Los hijos de Meselemías y sus hermanos fueron dieciocho hombres valientes.

10 De Josá, que era de los descendientes de Merari: el jefe Simerí (que no era el primogénito, pero su padre lo nombró jefe),

11 seguido de Hilcías, Tebalías y Zacarías, en ese orden. En total, los hijos de Josá y sus hermanos fueron trece.

12 La distribución de los porteros se hizo entre éstos, y los más importantes se alternaban con sus hermanos en la vigilancia para servir en la casa del Señor.

13 La vigilancia de cada puerta se decidió por sorteo, según sus casas paternas y sin distinguir entre pequeños y grandes.

14 La puerta del oriente le tocó por suerte a Selemías. Luego se sorteó la puerta del norte, y ésta le tocó a su hijo Zacarías, que era un consejero muy inteligente.

15 A Obed Edom le tocó la puerta del sur, y a sus hijos, la casa de provisiones del templo.

16 Sufán y Josá compartían la vigilancia de la puerta de Salequet, al occidente, en el camino de la cuesta.

17 Al oriente había seis levitas; al norte, cuatro de día; al sur, cuatro de día; y en la casa de provisiones, dos en cada turno.

18 En la cámara de los utensilios, al occidente, cuatro vigilaban el camino, y dos vigilaban la cámara.

19 Ésta fue la distribución de los porteros coreítas y meraritas.

20 De los levitas, Ajías estaba a cargo de los tesoros de la casa de Dios, y de los tesoros de los objetos santificados.

21 En cuanto a los hijos de Laadán hijo de Guersón, los jefes de las casas paternas de Laadán guersonita fueron los jehielitas.

22 Los hijos de Yejieli, Zetán y su hermano Joel estaban a cargo de los tesoros de la casa del Señor.

23 De entre los amiranitas, isaritas, hebronitas y uzielitas,

24 el jefe sobre los tesoros era Sebuel hijo de Guersón, hijo de Moisés.

25 En cuanto a su hermano Eliezer, su hijo era Rejabías, y sus descendientes en línea directa eran Jesaías, Jorán, Zicri y Selomit.

26 Tanto Selomit como sus hermanos estaban a cargo de todos los tesoros y de todos los objetos santificados que habían consagrado el rey David, los jefes de las casas paternas, los capitanes de millares y de centenas, y los jefes del ejército.

27 Todo lo habían consagrado de los botines de guerra, para reparar la casa del Señor.

28 También estaba a cargo de Selomit y de sus hermanos todo lo que habían consagrado el vidente Samuel, Saúl hijo de Cis, Abner hijo de Ner y Joab hijo de Seruyá, y todo lo que otros consagraban.

29 De los isaritas, Quenanías y sus hijos eran los gobernadores y jueces de Israel en asuntos exteriores.

30 De los hebronitas, Jasabías y sus parientes, que eran mil setecientos hombres aguerridos, gobernaban a Israel en la ribera occidental del Jordán, en todo lo concerniente a cuestiones del Señor y del rey.

31 Jerías era el jefe de los hebronitas, repartidos por sus linajes y por sus familias. Fueron registrados en el año cuarenta del reinado de David, y se encontró que entre ellos había hombres fuertes y aguerridos en Jazer de Galaad.

32 Sus parientes, también hombres valientes, eran dos mil setecientos jefes de familia. El rey David los puso al mando de los rubenitas y gaditas, y de la media tribu de Manasés, para todo lo relacionado con Dios y con el rey.

1 Crónicas 27

Otros oficiales de David

1 Éstos son los jefes israelitas, jefes de familias y de millares y de centenas, oficiales que servían al rey en todos los asuntos relacionados con las divisiones que cada mes, y durante todo el año, entraban y salían. Cada división estaba formada por veinticuatro mil hombres.

2 La primera división del primer mes la comandaba Yasobeán hijo de Zabdiel, y había en su división veinticuatro mil hombres.

3 De los descendientes de Fares, Yasobeán fue el jefe de todos los capitanes de las compañías del primer mes.

4 Al mando de la división del segundo mes estaba Doday el ajojita. Miclot era el jefe de su división, en la que también había veinticuatro mil hombres.

5 El jefe de la tercera división para el tercer mes era Benaías hijo de Joyadá, el sumo sacerdote. En su división había veinticuatro mil hombres.

6 Este Benaías era uno de los treinta valientes, y comandaba a los treinta. En su división estaba su hijo Amisabad.

7 El cuarto jefe para el cuarto mes era Asael, hermano de Joab, seguido de su hijo Zebadías. En su división había veinticuatro mil hombres.

8 El quinto jefe para el quinto mes era Samut el izraíta. En su división había veinticuatro mil hombres.

9 El sexto jefe para el sexto mes era Ira hijo de Iques, el de Tecoa. En su división había veinticuatro mil hombres.

10 El séptimo jefe para el séptimo mes era Heles el pelonita, de los efrainitas. En su división había veinticuatro mil hombres.

11 El octavo jefe para el octavo mes era Sibecay el husatita, de los zerajitas. En su división había veinticuatro mil hombres.

12 El noveno jefe para el noveno mes era Abiezer el anatotita, de los benjaminitas. En su división había veinticuatro mil hombres.

13 El décimo jefe para el décimo mes era Maray el netofatita, de los zerajitas. En su división había veinticuatro mil hombres.

14 El undécimo jefe para el undécimo mes era Benaías el piratonita, de los efrainitas. En su división había veinticuatro mil hombres.

15 El duodécimo jefe para el duodécimo mes era Jelday el netofatita, de los descendientes de Otoniel. En su división había veinticuatro mil hombres.

16 Al mando de las tribus de Israel estaban:

Eliezer hijo de Zicri, jefe de los rubenitas;

Sefatías hijo de Macá, jefe de los simeonitas;

17 Jasabías hijo de Kemuel, jefe de los levitas;

Sadoc, jefe de los aaronitas;

18 Eliú, uno de los hermanos de David, de Judá;

Omri hijo de Micael, de los de Isacar;

19 Ismaías hijo de Abdías, de los de Zabulón;

Jerimot hijo de Azriel, de los de Neftalí;

20 Oseas hijo de Azazías, de los efrainitas;

Joel hijo de Pedaías, de la media tribu de Manasés;

21 Iddo hijo de Zacarías, de la otra media tribu de Manasés, en Galaad;

Jasiel hijo de Abner, de los benjaminitas;

22 Azareel hijo de Jeroán, de los danitas.

Éstos eran los jefes de las tribus de Israel.

23 David no incluyó a los que eran menores de veinte años porque el Señor había prometido hacer a Israel tan numeroso como las estrellas del cielo.

24 Joab hijo de Seruyá había empezado a hacer el censo, pero no lo concluyó porque el castigo de Dios sobre Israelvino por causa de eso, y por lo tanto el número no se incluyó en el registro de las crónicas del rey David.

25 Azmavet hijo de Adiel tenía a su cargo los tesoros del rey, y Jonatán hijo de Uzías tenía a su cargo los tesoros de los campos, de las ciudades, de las aldeas y de las torres.

26 Ezri hijo de Quelub estaba a cargo de los que cultivaban las tierras.

27 Simey el ramatita estaba a cargo de las viñas, y Zabdi el sifmita del fruto de las viñas para las bodegas.

28 Baal Janán el gederita estaba a cargo de los olivares y de las higueras de la Sefela; y Joás, de los almacenes de aceite.

29 Sitray el saronita tenía a su cargo el ganado que pastaba en Sarón, y Safat hijo de Adlay se ocupaba del ganado que había en los valles.

30 De los camellos se ocupaba Obil el ismaelita; de las asnas, Yejedías el meronotita;

31 y de las ovejas, Jaziz el agareno. Todos estos eran administradores de las propiedades del rey David.

32 Jonatán, el tío de David, que era un hombre prudente, era consejero y escriba; y Yejiel hijo de Jacmoní cuidaba a los hijos del rey.

33 También Ajitofel era consejero del rey, y Jusay el arquita era amigo del rey.

34 Después de Ajitofel estaba Joyadá hijo de Benaías, y Abiatar. Joab era el general del ejército del rey.

1 Crónicas 28

Salomón sucede a David

1 David reunió en Jerusalén a todos los jefes de las tribus de Israel, a los jefes de las divisiones al servicio del rey, a los jefes de millares y de centenas, a los administradores de todas las propiedades del rey y de sus hijos, a los oficiales y a sus hombres más aguerridos y valientes.

2 Una vez reunidos, el rey David se puso de pie y dijo:

«Hermanos y pueblo mío: escúchenme. Yo tenía la intención de edificar una casa en donde el arca del pacto del Señor pudiera reposar; en donde nuestro Dios pudiera descansar sus pies. Ya tenía yo todo preparado para edificar,

3 pero Dios me dijo: “Tú no edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre.”

4 Sin embargo, el Señor, el Dios de Israel, me eligió de entre toda la casa de mi padre, para que fuera yo rey de Israel para siempre. A Judá lo escogió como caudillo, y de la casa de Judá escogió a la familia de mi padre, y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí para hacerme rey de todo Israel.

5 El Señor me ha dado muchos hijos, y de entre todos ellos eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino del Señor y gobierne a Israel.

6 El Señor me ha dicho: “Tu hijo Salomón edificará mi casa y mis atrios. Yo lo he escogido para que sea mi hijo, y yo seré para él su padre.

7 Yo confirmaré su reino para siempre, siempre y cuando él se esfuerce por practicar mis mandamientos y mis decretos, como lo hace ahora.”

8 Así que ahora, teniendo como testigo a todo Israel, la congregación del Señor, y hablando en presencia de nuestro Dios, procuren cumplir todos los preceptos del Señor su Dios, para que posean esta buena tierra, y se la dejen a sus hijos después de ustedes como herencia perpetua.

9 »Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con ánimo voluntario, porque el Señor escudriña los corazones de todos y entiende toda intención de los pensamientos. Si tú lo buscas, lo hallarás; pero si lo dejas, él te desechará para siempre.

10 Date cuenta ahora de que el Señor te ha elegido para que edifiques casa para el santuario. ¡Esfuérzate, y hazla!»

11 Luego David entregó a su hijo Salomón el plano del pórtico del templo y de sus casas, tesorerías, aposentos y salas, y de la casa del propiciatorio.

12 También le entregó el plano de todo lo que pensaba hacer para los atrios de la casa del Señor, para todas las salas en derredor, para las tesorerías de la casa de Dios, y para las tesorerías de los objetos santificados,

13 lo mismo que para los grupos de los sacerdotes y de los levitas, para toda la obra del ministerio de la casa del Señor, y para todos los utensilios del ministerio de la casa del Señor.

14 Pesó el oro para los objetos de oro, para todos los utensilios de cada servicio, y pesó también la plata para todos los objetos de plata, para todos los utensilios de cada servicio.

15 Pesó el oro para los candeleros de oro y para sus lámparas; y pesó también el oro para cada candelero y sus lámparas, y pesó la plata para los candeleros de plata y sus lámparas, según el servicio de cada candelero.

16 También pesó el oro para cada una de las mesas de la proposición, lo mismo que la plata para las mesas de plata,

17 y oro puro para los garfios, los lebrillos, las copas y las tazas de oro. Pesó el oro para cada taza de oro, y la plata para cada una de las tazas de plata.

18 Además, pesó oro puro para el altar del incienso y para el carro de los querubines de oro, que con sus alas extendidas cubrían el arca del pacto del Señor,

19 pues dijo David: «Todo esto me fue diseñado por la mano del Señor. Él me dio a conocer cada detalle del diseño.»

20 Además, David le dijo a su hijo Salomón: «¡Anímate y esfuérzate! Pon manos a la obra, y no temas ni desmayes. El Señor mi Dios estará contigo. No te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la casa del Señor.

21 Mira, en toda la obra estarán contigo, para todo el ministerio de la casa de Dios, los grupos de los sacerdotes y de los levitas, y todos los voluntarios capaces de realizar toda forma de servicio; además, los jefes y todo el pueblo están dispuestos a ejecutar todas tus órdenes.»