Génesis 22

Dios ordena a Abrahán sacrificar a Isaac

1 Después de esto, sucedió que Dios puso a prueba a Abrahán, y lo llamó: «¡Abrahán!» Y él respondió: «¡Aquí estoy!»

2 Y Dios le dijo: «Toma ahora a Isaac, tu único hijo, al que tanto amas, y vete a la tierra de Moriah. Allí me lo ofrecerás en holocausto, sobre uno de los montes que yo te diré.»

3 Al día siguiente, Abrahán se levantó, le puso la albarda a su asno, y se llevó consigo a dos de sus siervos y a su hijo Isaac. Cortó leña para el holocausto, y se dispuso a ir al lugar que Dios le dijo.

4 Tres días después, Abrahán levantó los ojos y a lo lejos vio el lugar.

5 Entonces Abrahán dijo a sus siervos:

«Esperen aquí, con el asno, y el niño y yo iremos hasta ese lugar; allí adoraremos, y luego volveremos aquí mismo.»

6 Y tomó Abrahán la leña del holocausto, y la echó sobre Isaac, su hijo; luego, tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y juntos siguieron caminando.

7 Entonces Isaac le habló a Abrahán, su padre, y le dijo:

«Padre mío…»

Y él respondió:

«Aquí estoy, hijo mío.»

Isaac dijo:

«Aquí están el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?»

8 Y Abrahán respondió:

«Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.»

Y juntos siguieron caminando.

9 Cuando llegaron al lugar que Dios le había dicho, Abrahán edificó allí un altar, luego acomodó la leña, y atando a Isaac su hijo lo puso en el altar,sobre la leña.

10 Entonces extendió Abrahán su mano y tomó el cuchillo para degollar a su hijo.

11 Pero el ángel del Señor lo llamó desde el cielo, y le dijo:

«¡Abrahán, Abrahán!»

Y él respondió:

«¡Aquí estoy!»

12 Y el ángel dijo:

«No extiendas tu mano sobre el niño, ni le hagas nada. Yo sé bien que temes a Dios, pues no me has negado a tu único hijo.»

13 Abrahán levantó entonces los ojos, y vio que a sus espaldas había un carnero, trabado por los cuernos en un zarzal. Y Abrahán fue y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.

14 A ese lugar Abrahán le puso por nombre «El Señor proveerá.»Por eso es que aún hoy se dice: «En un monte el Señor proveerá.»

15 Por segunda vez, el ángel del Señor llamó a Abrahán desde el cielo

16 y le dijo:

«Yo, el Señor, he jurado por mí mismo que, por esto que has hecho, de no negarme a tu único hijo,

17 ciertamente te bendeciré; multiplicarétu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que hay a la orilla del mar;¡tu descendencia conquistará las ciudades de sus enemigos!

18 En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra,por cuanto atendiste a mi voz.»

19 Y Abrahán volvió a donde estaban sus siervos, y juntos se levantaron de allí y se fueron a Berseba. Allí en Berseba Abrahán se quedó a vivir.

20 Después de todo esto, le fueron a dar esta noticia a Abrahán:

«¡Fíjate que también Milca le ha dado hijos a tu hermano Najor!»

21 Su primogénito fue Uz; luego nació su hermano Buz, y luego Kemuel, padre de Aram;

22 Quesed, Jazó, Pildas, Yidlaf y Betuel.

23 Este Betuel fue el padre de Rebeca. Éstos son los ocho hijos que tuvo Milca de Najor, el hermano de Abrahán.

24 También su concubina, que se llamaba Reúma, dio a luz a Teba, Gaján, Tajás y Macá.

Génesis 23

Muerte y sepultura de Sara

1 Sara llegó a vivir ciento veintisiete años,

2 y murió Sara en Quiriat Arbá, que es Hebrón, en la tierra de Canaán. Abrahán fue a llorar por Sara y a hacer duelo por ella.

3 Cuando Abrahán dejó de llorar a su muerta, fue a hablar con los hititas; les dijo:

4 «Yo soy entre ustedes un extranjero, un forastero.Pero denme entre ustedes una propiedad para sepultura,y sepultaré allí a mi muerta.»

5 Los hititas le respondieron a Abrahán:

6 «Señor nuestro, escúchanos: para nosotros tú eres un príncipe de Dios; sepulta a tu muerta en el mejor de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro, ni te impedirá que entierres a tu muerta.»

7 Abrahán se puso de pie, e inclinándose ante los hititas, el pueblo de aquella tierra,

8 les dijo:

«Si es la voluntad de ustedes que yo sepulte a mi muerta, préstenme atención e intercedan por mí ante Efrón hijo de Sojar,

9 para que me dé la cueva de Macpela, la que tiene en los límites de su heredad. Pídanle que me la ceda por su justo precio, para que yo tenga entre ustedes una sepultura.»

10 Este Efrón estaba allí, entre los hititas, pues allí vivía, así que en presencia de los hititas y de todos los que entraban por la puerta de su ciudad le respondió a Abrahán. Le dijo:

11 «No, señor mío, escúchame: yo te cedo la heredad, y te cedo también la cueva que está en ella; te la cedo en presencia de los hijos de mi pueblo. Sepulta a tu muerta.»

12 Entonces Abrahán se inclinó ante el pueblo de la tierra,

13 y en presencia del pueblo de la tierra le respondió a Efrón. Le dijo:

«Más bien, si te parece, te ruego que me escuches. Yo mismo te daré el precio de la heredad, y entonces sepultaré allí a mi muerta.»

14 Pero Efrón le respondió a Abrahán, y le dijo:

15 «Señor mío, escúchame: la tierra vale cuatrocientas monedas de plata; ¿qué es esa cantidad entre tú y yo? Ve y entierra a tu muerta.»

16 Y Abrahán aceptó el precio fijado por Efrón, y ante los hititas como testigos le entregó a Efrón la cantidad establecida, es decir, cuatrocientas monedas, de buena ley entre mercaderes.

17 Así fue como la heredad que Efrón tenía en Macpela, al oriente de Mamre, es decir, la heredad con la cueva que estaba en ella, más todos los árboles que había en la heredad y en todos sus contornos, quedó

18 como propiedad de Abrahán, teniendo como testigos a los hititas y a todos los que entraban por la puerta de la ciudad.

19 Después de esto Abrahán sepultó a Sara, su mujer, en la cueva de la heredad de Macpela, al oriente de Mamre, que es Hebrón, en la tierra de Canaán.

20 Y la heredad y la cueva que en ella había quedó como una posesión de Abrahán para sepultura, cedida por los hititas.

Génesis 24

Abrahán busca esposa para Isaac

1 Abrahán ya era viejo, y muy entrado en años; y el Señor había bendecido a Abrahán en todo.

2 Y Abrahán le dijo a uno de sus criados, el más viejo de todos, y que era el que administraba todo lo que tenía:

«Pon ahora tu mano debajo de mi muslo.

3 Voy a hacer que me jures por el Señor, el Dios de los cielos y la tierra, que no tomarás para mujer de mi hijo a ninguna de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito.

4 Más bien, irás a mi tierra, con mis parientes, y allí tomarás mujer para mi hijo Isaac.»

5 El criado le respondió:

«Tal vez la mujer no quiera venir conmigo a esta tierra. ¿Debo entonces llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?»

6 Y Abrahán le dijo:

«Ten mucho cuidado de no llevar a mi hijo allá.

7 El Señor, el Dios de los cielos, me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes; él mismo me habló, y con juramento me dijo: “Esta tierra se la daré a tu descendencia”, así que él enviará a su ángel delante de ti, y de allá tomarás una mujer para mi hijo.

8 Si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre del juramento que me has hecho. ¡Pero de ninguna manera lleves allá a mi hijo!»

9 Entonces el criado puso su mano debajo del muslo de Abrahán, su señor, y le hizo un juramento en cuanto a este asunto;

10 luego tomó diez de los camellos de su señor y se puso en camino. Llevaba consigo todos los mejores regalos que tenía su señor. Cuando llegó a la ciudad de Najor, en Mesopotamia,

11 hizo que los camellos se arrodillaran fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua. Era la hora de la tarde en que las jóvenes salen por agua.

12 Entonces dijo:

«Señor, Dios de mi señor Abrahán, te ruego que me concedas tener hoy un buen encuentro. Ten misericordia de mi señor Abrahán.

13 Mírame aquí, junto a la fuente de agua, ahora que las hijas de los hombres de esta ciudad salen por agua.

14 Permite que la joven a quien le diga: “Por favor, baja tu cántaro para que yo beba”, y que me responda: “Bebe, y también les daré de beber a tus camellos”, sea la joven que tú has elegido para tu siervo Isaac. Así sabré que tú has tenido misericordia de mi señor.»

15 Sucedió que, antes de que él acabara de hablar, apareció Rebeca, que había salido con su cántaro al hombro. Rebeca era hija de Betuel, quien era hijo de Milca, la mujer de Najor, el hermano de Abrahán.

16 Esta joven era de aspecto muy hermoso, y aún virgen, pues no había conocido varón; ella bajó a la fuente, llenó su cántaro, y se dispuso a volver.

17 Pero el criado corrió hacia ella y le dijo:

«Te ruego que me des a beber un poco de agua de tu cántaro.»

18 Ella respondió:

«Bebe, señor mío.»

Y presurosa bajó el cántaro que llevaba, y le dio a beber.

19 Cuando acabó de darle de beber, dijo:

«También sacaré agua para tus camellos, hasta que acaben de beber.»

20 Y rápidamente vació su cántaro en el bebedero, y todavía corrió al pozo para sacar agua, y sacó para todos los camellos.

21 El hombre estaba admirado de ella, pero callaba, para saber si el Señor había prosperado su viaje, o no.

22 Cuando los camellos acabaron de beber, el hombre le dio a ella un pendiente de oro que pesaba cinco gramos y dos brazaletes que pesaban cien gramos,

23 y le dijo:

«Dime, por favor, ¿de quién eres hija? ¿Y habrá en la casa de tu padre un lugar donde pasemos la noche?»

24 Ella le respondió:

«Soy hija de Betuel, el hijo que Milca tuvo de Najor.»

25 Y añadió:

«Además, en nuestra casa hay paja y mucho forraje, y lugar para pasar la noche.»

26 Entonces el hombre se inclinó y adoró al Señor.

27 Dijo:

«Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abrahán, que no le negó a mi amo su misericordia y su verdad, pues me puso el Señor en el camino a la casa de los hermanos de mi amo.»

28 Rebeca corrió a la casa de su madre, y contó allí estas cosas.

29 Ella tenía un hermano que se llamaba Labán, y Labán salió corriendo a ver al hombre, que estaba junto a la fuente.

30 Y es que vio el pendiente y los brazaletes en las manos de su hermana, cuando dijo: «Así me habló aquel hombre.»

Labán salió a ver a ese hombre, y lo encontró junto a la fuente, con los camellos.

31 Entonces le dijo:

«Bendito del Señor, ¿por qué te quedas afuera? Ven que ya he preparado la casa, y lugar para los camellos.»

32 El hombre fue a la casa, y Labán desató los camellos y les dio paja y forraje. Al hombre y a quienes lo acompañaban les dio agua para que se lavaran los pies,

33 y le sirvieron de comer. Pero él dijo:

«No comeré hasta que haya dicho lo que tengo que decir.»

Y Labán le dijo:

«Habla.»

34 El hombre dijo:

«Yo soy criado de Abrahán.

35 Y el Señor ha bendecido mucho a mi amo, y lo ha engrandecido; le ha dado ovejas, vacas, plata, oro, siervos y siervas, camellos y asnos.

36 Sara, la mujer de mi amo, tuvo en su vejez un hijo de mi señor, y mi señor le ha dado a su hijo todo cuanto tiene.

37 Y mi amo me puso bajo juramento. Me dijo: “No tomes como mujer para mi hijo a ninguna de las hijas de los cananeos, en cuya tierra habito;

38 más bien, irás a la casa de mi padre, con mis parientes, y allí tomarás mujer para mi hijo.”

39 Yo le dije: “Tal vez la mujer no querrá seguirme.”

40 Entonces él me respondió: “Yo he andado siempre en presencia del Señor, así que él enviará su ángel para que vaya contigo y prospere tu camino. Y tú tomarás para mi hijo una mujer de mi familia y de la casa de mi padre.

41 Así quedarás libre de mi juramento. Si vas con mi familia, y ellos no te dan a la joven, entonces quedarás libre de mi juramento.”

42 Hoy, al llegar a la fuente, dije: “Señor, Dios de mi señor Abrahán, si tú quieres, prospera el camino por el cual ando.

43 Aquí estoy ahora, junto a la fuente de agua. Permite que la joven que salga por agua, y a la que yo le diga: ‘Por favor, dame de beber un poco de agua de tu cántaro’,

44 y que me responda: ‘Bebe, y sacaré también agua para tus camellos’, que sea ésta la mujer elegida por ti, el Señor, para el hijo de mi señor.”

45 Antes de que yo terminara de hablar en mi corazón, vi que Rebeca salía con su cántaro al hombro, y que bajaba a la fuente y sacaba agua. Entonces le dije: “Te ruego que me des de beber.”

46 Enseguida ella bajó su cántaro, y me dijo: “Bebe, y también les daré de beber a tus camellos.” Y yo bebí, y también a mis camellos les dio de beber.

47 Entonces le pregunté: “¿De quién eres hija?” Y ella me respondió: “Soy hija de Betuel, el hijo que Najor tuvo con Milca.” Y le puse un pendiente en la nariz, y brazaletes en los brazos;

48 luego me incliné y adoré al Señor. Bendije al Señor, Dios de mi señor Abrahán, por haberme guiado por el camino de verdad para tomar para su hijo la hija del hermano de mi señor.

49 Y ahora, si ustedes van a tratar a mi señor con misericordia y verdad, díganmelo; y si no, díganmelo también; así sabré a qué atenerme.»

50 Labán y Betuel le respondieron así:

«Esto viene del Señor, y no podemos decirte ni bueno ni malo.

51 Aquí tienes a Rebeca; tómala y vete, y que sea la mujer del hijo de tu señor, tal y como lo ha dicho el Señor.»

52 Cuando el criado de Abrahán les oyó decir estas palabras, se inclinó hasta el suelo delante del Señor;

53 luego sacó el criado alhajas de oro y plata, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También a su hermano y a su madre les dio cosas preciosas.

54 Luego él y los varones que venían con él comieron y bebieron, y allí pasaron la noche. Al día siguiente se levantaron, y el criado dijo:

«Envíenme a mi señor.»

55 Pero su hermano y su madre respondieron:

«Que se quede la joven con nosotros por lo menos unos diez días, y después de eso partirá.»

56 Pero él les dijo:

«Ya que el Señor ha prosperado mi camino, no me detengan más. Despídanme, y entonces volveré a mi señor.»

57 Entonces ellos respondieron:

«Llamemos a la joven, y preguntémosle a ella.»

58 Y llamaron a Rebeca, y le dijeron:

«¿Quieres irte con este varón?»

Y ella respondió:

«Sí, quiero irme con él.»

59 Y así, dejaron ir a su hermana Rebeca y a su nodriza, y también al criado de Abrahán y a sus hombres.

60 A Rebeca la bendijeron así:

«Hermana nuestra, que seas la madre de miles y miles, y que tus descendientes conquisten las ciudades de sus enemigos.»

61 Rebeca se levantó entonces, junto con sus doncellas, y montando en los camellos siguieron al criado, el cual tomó a Rebeca y se fue.

62 Isaac, que vivía en el Néguev, regresaba del pozo llamado «El que vive y me ve».

63 Era la hora de la tarde, e Isaac había salido al campo, para meditar. Pero al levantar los ojos, vio que se acercaban los camellos.

64 También Rebeca levantó los ojos, y vio a Isaac. Entonces se bajó del camello,

65 y le preguntó al criado:

«¿Quién es este varón que anda por el campo y viene a nuestro encuentro?»

Y el criado le respondió:

«Es mi señor.»

Entonces ella tomó el velo y se cubrió,

66 y el criado le contó a Isaac todo lo que había hecho.

67 Isaac tomó entonces a Rebeca por mujer, y la llevó a la tienda de Sara, su madre, y la amó. Así se consoló Isaac después de la muerte de su madre.

Génesis 25

Los descendientes de Abrahán y Cetura

1 Abrahán tomó otra mujer, cuyo nombre era Cetura.

2 Ésta le dio a luz a Zimram, Jocsán, Medán, Madián, Isbac y Súaj.

3 Jocsán engendró a Sebá y a Dedán. Los hijos de Dedán fueron Asurim, Letusim y Leumim.

4 Los hijos de Madián fueron Efa, Efer, Janoc, Abidá y Eldá. Todos estos fueron hijos de Cetura.

5 Y Abrahán le dio a Isaac todo cuanto tenía.

6 A los hijos de sus concubinas, Abrahán les dio regalos mientras todavía vivía, y los envió hacia el oriente, a la tierra oriental, lejos de su hijo Isaac.

Muerte y sepultura de Abrahán

7 Abrahán llegó a vivir ciento setenta y cinco años,

8 y murió en buena vejez, anciano y lleno de años. Exhaló el espíritu, y fue reunido a su pueblo.

9 Sus hijos Isaac e Ismael lo sepultaron en la cueva de Macpela, que fue heredad de Efrón hijo de Sojar, el hitita, y que está frente a Mamre.

10 Esa heredad la compró Abrahán de los hititas,y allí fueron sepultados Abrahán y Sara, su mujer.

11 Después de la muerte de Abrahán, Dios bendijo a su hijo Isaac, y éste se quedó a vivir junto al pozo «El que vive y me ve».

Los descendientes de Ismael

12 Éstos son los descendientes de Ismael, el hijo que Abrahán tuvo con Agar la egipcia, sierva de Sara.

13 Los nombres de los hijos de Ismael, nombrados por orden de nacimiento, fueron: Nebayot, primogénito de Ismael; le siguieron Cedar, Adbel, Mibsán,

14 Misma, Duma, Massa,

15 Hadar, Tema, Jetur, Nafís y Quedemá.

16 Éstos son los hijos de Ismael, y sus nombres, en el orden de sus villas y campamentos: doce príncipes de sus pueblos.

17 Ismael llegó a vivir ciento treinta y siete años. Después de eso exhaló el espíritu y murió, y fue reunido a su pueblo.

18 Murió en presencia de todos sus hermanos. Y los ismaelitas se asentaron desde Javilá hasta Shur, que cuando se viene de Asiria queda frente a Egipto.

Nacimiento de Jacob y Esaú

19 Éstos son los descendientes de Isaac, hijo de Abrahán: Abrahán engendró a Isaac.

20 Isaac tenía cuarenta años cuando tomó por mujer a Rebeca, hija de Betuel, el arameo de Padán Aram, y hermana de Labán el arameo.

21 Isaac rogó al Señor por Rebeca, su mujer, porque era estéril; y el Señor escuchó sus ruegos, y ella concibió.

22 Pero los hijos luchaban dentro de ella, así que ella dijo:

«Si esto es así, ¿para qué estoy aquí?»

Fue entonces a consultar al Señor;

23 y el Señor le respondió:

«En tu seno hay dos naciones.

Dos pueblos serán divididos desde tus entrañas;

un pueblo será más fuerte que el otro,

y el mayor servirá al menor.»

24 Cuando se cumplieron sus días para que diera a luz, resultó que en su vientre había gemelos.

25 El primero en salir era rubio y todo velludo; y le pusieron por nombre Esaú.

26 Después salió su hermano, con la mano aferrada al talón de Esaú; y le pusieron por nombre Jacob.Isaac tenía sesenta años de edad cuando ella los dio a luz.

Esaú vende su primogenitura

27 Los niños crecieron, y Esaú fue un hombre de campo y un cazador experto; pero Jacob era un hombre tranquilo, que habitaba en tiendas.

28 Isaac amaba a Esaú, porque comía de lo que cazaba; pero Rebeca amaba a Jacob.

29 Cierto día, Jacob preparó un guiso, y Esaú, que volvía del campo, cansado,

30 le dijo a Jacob:

«Por favor, dame a comer de ese guiso rojo, que estoy muy cansado.»

Por eso fue llamado Edom.

31 Y Jacob le respondió:

«Pues véndeme hoy tu primogenitura.»

32 Esaú dijo:

«¿Y para qué me sirve la primogenitura, si estoy a punto de morir?»

33 Jacob le dijo:

«Pues júramelo hoy mismo.»

Y Esaú le hizo un juramento a Jacob, y le vendió su primogenitura.

34 Entonces Jacob le dio a Esaú pan y el guiso de lentejas, y Esaú comió y bebió; luego se levantó y se fue. Así fue como Esaú menospreció la primogenitura.

Génesis 26

Isaac en Gerar

1 Sucedió que hubo hambre en la tierra, además de la que hubo en los días de Abrahán. Así que Isaac se fue a vivir en Gerar, con Abimelec, rey de los filisteos.

2 Y el Señor se le apareció y le dijo:

«No vayas a Egipto. Quédate a vivir en la tierra que yo te diré.

3 Habita como extranjero en esta tierra, y yo estaré contigo y te bendeciré. A ti y a tu descendencia les daré todas estas tierras, y así confirmaré el juramento que le hice a Abrahán, tu padre.

4 Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y a tu descendencia le daré todas estas tierras. Todas las naciones de la tierra serán bendecidas en tu simiente,

5 porque Abrahán escuchó mi voz, y guardó mis preceptos, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes.»

6 Y así, Isaac se quedó a vivir en Gerar.

7 Los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer, y él respondió: «Es mi hermana»;y es que tuvo miedo de decir: «Es mi mujer», al pensar que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto.

8 Después de que él estuvo allí muchos días, sucedió que Abimelec, el rey de los filisteos, al asomarse por una ventana vio que Isaac acariciaba a Rebeca, su mujer.

9 Entonces Abimelec llamó a Isaac y le dijo:

«¿Así que en realidad ella es tu mujer? ¿Por qué, entonces, dijiste que era tu hermana?»

Isaac le respondió:

«Es que pensé: “Tal vez por causa de ella puedo morir.”»

10 Pero Abimelec le dijo:

«¿Por qué nos has hecho esto? Un poco más y alguno del pueblo hubiera dormido con tu mujer, ¡y nos habrías hecho pecar!»

11 Entonces Abimelec ordenó a todo su pueblo:

«El que toque a este hombre, o a su mujer, puede darse por muerto.»

12 Isaac sembró en aquella tierra y Dios lo bendijo, y ese año cosechó cien veces lo sembrado

13 y se hizo rico y prosperó. Tanto se engrandeció que llegó a tener mucho poder.

14 Tuvo rebaños de ovejas y manadas de vacas, y mucha servidumbre. Los filisteos lo envidiaban.

15 Todos los pozos que en los días de Abrahán, su padre, habían abierto sus criados, los filisteos los habían tapado y rellenado con tierra.

16 Por su parte, Abimelec le dijo a Isaac:

«Apártate de nosotros, pues ya eres más poderoso que nosotros.»

17 Entonces Isaac se fue y acampó en el valle de Gerar, y allí se quedó a vivir;

18 volvió a abrir los pozos de agua que en los días de Abrahán su padre se habían abierto, y que después de la muerte de Abrahán los filisteos habían cegado, y volvió a ponerles los nombres que su padre les había dado.

19 Luego los siervos de Isaac cavaron en el valle, y encontraron allí un manantial de agua viva;

20 entonces los pastores de Gerar contendieron con los pastores de Isaac, pues decían: «Esta agua es nuestra.» Por eso Isaac llamó a ese pozo «Esek»,porque habían contendido con él.

21 Abrieron otro pozo, y también riñeron por él; y le puso por nombre «Sitna».

22 Luego Isaac se apartó de allí, y abrió otro pozo, y ya no riñeron por él, así que le puso por nombre «Rejobot»,pues dijo: «Ahora el Señor nos ha hecho prosperar, así que fructificaremos en la tierra.»

23 De allí, Isaac se fue a Berseba.

24 Y esa misma noche el Señor se le apareció y le dijo: «Yo soy el Dios de Abrahán tu padre. No tengas miedo, pues yo estoy contigo; y por causa de Abrahán, mi siervo, yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia.»

25 Isaac edificó allí un altar, e invocó el nombre del Señor; luego plantó allí mismo su tienda, y sus siervos abrieron un pozo.

26 Abimelecfue desde Gerar a visitarlo. Lo acompañaban su amigo Ajuzat y Ficol, el capitán de su ejército.

27 Y les dijo Isaac:

«¿Por qué vienen a mí, si ustedes me odian, y hasta me echaron de entre ustedes?»

28 Pero ellos respondieron:

«Nos hemos dado cuenta de que el Señor está contigo. Por eso dijimos: “Que haya ahora un juramento entre nosotros, entre tú y nosotros.” Queremos hacer un pacto contigo,

29 de que no nos hagas ningún daño, así como nosotros no te hemos tocado. Nosotros sólo te hemos tratado bien, y te dejamos ir en paz, y ahora tú eres bendecido por el Señor.»

30 Entonces Isaac les ofreció un banquete, y ellos comieron y bebieron.

31 Al día siguiente se levantaron de madrugada, y el uno al otro se hicieron juramentos. Luego Isaac los despidió, y ellos se marcharon en paz.

32 Ese mismo día los criados de Isaac fueron a darle buenas noticias acerca del pozo que habían abierto, y le dijeron: «Hemos hallado agua.»

33 Isaac lo llamó «Sebá»; de allí que el nombre de aquella ciudad sea Berseba, hasta este día.

34 Esaú tenía cuarenta años cuando tomó por mujeres a Judit, la hija de Berí el hitita, y a Basemat, la hija de Elón el hitita,

35 las cuales fueron motivo de amargura para Isaac y Rebeca.

Génesis 27

Jacob recibe la bendición de Isaac

1 Un día, cuando Isaac ya era anciano y sus ojos se le habían nublado hasta perder la vista, llamó a Esaú, su hijo mayor, y le dijo:

«¡Hijo mío!»

Y Esaú respondió:

«¡Aquí estoy!»

2 Isaac le dijo:

«Mira, ya soy viejo, y puedo morir en cualquier momento.

3 Así que toma tus armas, es decir, tu aljaba y tu arco, y ve al campo y caza algo para mí;

4 hazme luego un guisado, como a mí me gusta, y tráemelo para que lo coma. Así, yo te bendeciré antes de que muera.»

5 Mientras Isaac hablaba con su hijo Esaú, Rebeca escuchaba. Y Esaú se fue al campo para cazar algo y traerlo.

6 Entonces Rebeca fue a hablar con su hijo Jacob, y le dijo:

«Acabo de oír a tu padre hablar con tu hermano Esaú. Le dijo:

7 “Caza algo, y tráemelo; hazme un guisado, para que yo lo coma y ante el Señor te bendiga antes de que muera.”

8 Así que, hijo mío, escúchame y haz lo que voy a ordenarte:

9 Ve al ganado ahora mismo, y de entre las cabras tráeme de allí dos buenos cabritos. Con ellos haré para tu padre un guiso, como a él le gusta.

10 Luego tú se lo llevarás a tu padre, para que él coma y te bendiga antes de que muera.»

11 Pero Jacob le dijo a su madre:

«Si te fijas, mi hermano Esaú es muy velludo, pero yo soy lampiño.

12 Puede ser que mi padre me palpe; entonces creerá que me estoy burlando de él, y en vez de bendición recibiré maldición.»

13 Y su madre le respondió:

«Hijo mío, ¡que caiga sobre mí tu maldición! Tú, hazme caso y ve a traerme los cabritos.»

14 Jacob fue por los cabritos, y se los llevó a su madre; y ella hizo un guisado, como le gustaba a Isaac.

15 Luego, tomó Rebeca la ropa de Esaú, su hijo mayor, la mejor ropa que ella tenía en casa, y con ella vistió a Jacob, su hijo menor;

16 además, con la piel de los cabritos le cubrió las manos y la parte del cuello donde no tenía vello,

17 y puso en las manos de Jacob, su hijo, el guisado y el pan que ella había preparado.

18 Entonces Jacob fue a ver a su padre, y le dijo:

«¡Padre mío!»

Isaac respondió:

«Aquí estoy. ¿Quién eres tú, hijo mío?»

19 Jacob le dijo a su padre:

«Soy Esaú, tu hijo primogénito. Ya hice lo que me pediste. Así que ven y siéntate a comer de lo que he cazado, para que me bendigas.»

20 Isaac le dijo a su hijo:

«¿Cómo fue que tan pronto hallaste algo que cazar, hijo mío?»

Y él respondió:

«Es porque el Señor, tu Dios, me permitió encontrarlo.»

21 Isaac le dijo a Jacob:

«Acércate, hijo mío, que voy a palparte para saber si eres mi hijo Esaú, o no.»

22 Jacob se acercó a Isaac, su padre, y éste lo palpó y dijo:

«La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú.»

23 Y no lo reconoció, pues tenía las manos velludas como las de Esaú, así que lo bendijo,

24 aunque le preguntó:

«¿Eres tú mi hijo Esaú?»

Y Jacob respondió:

«Sí, yo soy.»

25 Dijo también Isaac:

«Acércame lo que cazaste, hijo mío, para que yo coma y luego te bendiga.»

Y Jacob le acercó el guiso, y además le llevó vino, e Isaac comió y bebió.

26 Entonces Isaac le dijo:

«Ahora, hijo mío, acércate y dame un beso.»

27 Jacob se acercó y lo besó. Cuando Isaac percibió el olor de su ropa, lo bendijo así:

«¡Fíjense en el aroma de mi hijo!

¡Es como el aroma del campo que el Señor ha bendecido!

28 ¡Que Dios te dé del rocío del cielo

y de las grosuras de la tierra!

¡Que te dé abundante trigo y vino!

29 ¡Que te sirvan los pueblos!

¡Que las naciones se inclinen ante ti!

¡Conviértete en señor de tus hermanos,

y que ante ti se inclinen los hijos de tu madre!

¡Malditos sean los que te maldigan,

y benditos sean los que te bendigan!»,

30 Pero sucedió que, cuando Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de la presencia de su padre, su hermano Esaú volvió de andar cazando.

31 También él hizo un guisado, y se lo llevó a su padre y le dijo:

«Levántate, padre mío, y come de lo que tu hijo ha cazado, para que me bendigas.»

32 Isaac, su padre, le dijo:

«¿Y tú quién eres?»

Y él le contestó:

«Pues soy Esaú, tu hijo primogénito.»

33 A Isaac le sobrevino un gran estremecimiento, y dijo:

«¿Y quién es el que vino aquí, y trajo lo que cazó, y me dio a comer de todo ello antes de que tú vinieras? Yo le di mi bendición, y ha quedado bendito.»

34 Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, lanzó una grande y amarga exclamación, y dijo:

«¡Bendíceme también a mí, padre mío!»

35 Isaac dijo:

«Es que vino tu hermano, y con engaños tomó tu bendición.»

36 Y Esaú respondió:

«¡Qué bien le queda el nombre Jacob! ¡Ya me ha suplantado dos veces! ¡Primero me arrebató mi primogenitura,y ahora me ha arrebatado mi bendición!»

Y añadió:

«¿No has reservado una bendición para mí?»

37 Isaac le respondió a Esaú:

«Es que yo lo he puesto como señor tuyo, y le he entregado a todos sus hermanos para que sean sus siervos; además, lo he provisto de trigo y de vino; ¿qué puedo hacer ahora por ti, hijo mío?»

38 Esaú respondió a su padre:

«Padre mío, ¿acaso no tienes más que una sola bendición? ¡Bendíceme también a mí, padre mío!»

Y levantó Esaú el tono de su voz, y lloró.

39 Entonces Isaac, su padre, le respondió así:

«Tendrás tu habitación en lo mejor de la tierra,

y gozarás del rocío de los cielos de arriba.

40 Vivirás gracias a tu espada, y servirás a tu hermano;

y una vez que te hayas fortalecido

te quitarás del cuello su yugo.»,

Jacob huye de Esaú

41 Esaú llegó a odiar a Jacob por causa de la bendición que había recibido de su padre, y dijo en su corazón: «Ya están cerca los días de guardar luto por mi padre. Entonces mataré a mi hermano Jacob.»

42 Cuando llegaron a oídos de Rebeca estas palabras de Esaú, su hijo mayor, ella mandó llamar a Jacob, su hijo menor, y le dijo:

«Mira, tu hermano Esaú halla consuelo cuando piensa en matarte.

43 Así que hazme caso, hijo mío, y prepárate a huir a la casa de mi hermano Labán, que vive en Jarán.

44 Quédate a vivir con él por algún tiempo, hasta que se calme el enojo de tu hermano.

45 Cuando se haya aplacado la ira de tu hermano contra ti, y olvide lo que le has hecho, yo te haré volver de allá. ¿Por qué voy a perderlos a ustedes dos en un solo día?»

46 A Isaac, Rebeca le dijo:

«Mi vida es un fastidio, por culpa de las hititas que viven en esta tierra. Si Jacob toma como mujer a alguna de estas hititas, ¿para qué quiero seguir viviendo?»

Génesis 28

1 Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo. Además, le ordenó:

«No tomes como mujer a ninguna cananea.

2 Levántate y vete a Padán Aram, a casa de Betuel, tu abuelo materno, y toma allí por mujer a una de las hijas de Labán, el hermano de tu madre.

3 ¡Que el Dios omnipotente te bendiga y haga que te reproduzcas y te multipliques, hasta que seas un gran conjunto de pueblos!

4 ¡Que Dios te dé la bendición de Abrahán,a ti y a tu descendencia, para que heredes la tierra donde ahora vives, y que él le dio a Abrahán!»

5 Así despidió Isaac a Jacob, y éste se fue a Padán Aram, donde vivía Labán, que era hijo de Betuel el arameo y hermano de Rebeca, la madre de Jacob y de Esaú.

6 Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob, y que lo había enviado a Padán Aram para tomar de allí una mujer. También vio que, al bendecirlo, le había dado la orden de no tomar por mujer a una cananea,

7 y que Jacob había obedecido a su padre y a su madre, y se había ido a Padán Aram.

8 Esaú vio igualmente que a Isaac, su padre, no le agradaban las cananeas,

9 así que se fue a ver a Ismael y, además de sus otras mujeres, Esaú tomó allí por mujer a Majalat, que era hermana de Nebayot e hija de Ismael, el hijo de Abrahán.

Dios se aparece a Jacob en Betel

10 Jacob salió de Berseba y se fue a Jarán.

11 Al llegar a cierto lugar, se quedó allí a pasar la noche, porque el sol ya se había puesto. Tomó una de las piedras de aquel lugar y la puso como cabecera, y allí se acostó para dormir.

12 Entonces tuvo un sueño, en el que veía una escalera apoyada en la tierra, y cuyo extremo tocaba el cielo, y veía que los ángeles de Dios subían y bajaban por ella.

13 En lo alto de la escalera, veía al Señor, que le decía:

«Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra donde ahora estás acostado.

14 Tu descendencia será como el polvo de la tierra, y te esparcirás hacia el occidente y el oriente, hacia el norte y el sur. En ti y en tu simiente serán bendecidas todas las familias de la tierra.

15 Date cuenta de que yo estoy contigo. Yo te protegeré por dondequiera que vayas, y volveré a traerte a esta tierra. No te dejaré ni un momento, hasta que haya hecho lo que te he dicho.»

16 Cuando Jacob despertó de su sueño, dijo: «Realmente el Señor está en este lugar, y yo no lo sabía.»

17 Sintió miedo, y dijo: «¡Qué terrible es este lugar! ¡No es otra cosa que la casa de Dios y la puerta del cielo!»

18 Por la mañana Jacob se levantó y tomó la piedra que había puesto de cabecera, la levantó como un pilar, y sobre ella derramó aceite.

19 A ese lugar le puso por nombre Betel,aunque el primer nombre de esa ciudad era Luz.

20 Allí Jacob hizo este voto: «Si Dios me acompaña y me protege en este viaje que ahora hago, y me da pan para comer y ropa para vestirme,

21 y me hace volver en paz a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios.

22 Esta piedra, que he levantado como pilar, será casa de Dios; y de todo lo que me des, apartaré el diezmo para ti.»

Génesis 29

Jacob sirve a Labán por Raquel y Lea

1 Jacob siguió su camino, y llegó a la tierra de los orientales.

2 Se fijó, y vio en el campo un pozo; cerca de él había tres rebaños de ovejas, porque de ese pozo bebían los ganados. Una piedra muy grande tapaba la boca del pozo.

3 Cuando todos los rebaños se reunían, se removía la piedra que tapaba el pozo, y se daba de beber a las ovejas; después se volvía a poner la piedra sobre la boca del pozo.

4 Jacob les dijo:

«Hermanos míos, ¿de dónde son ustedes?»

Y ellos respondieron:

«Somos de Jarán.»

5 Les dijo entonces:

«¿Conocen ustedes a Labán, el hijo de Najor?»

Y ellos dijeron:

«Sí, lo conocemos.»

6 Jacob les dijo:

«¿Se encuentra bien?»

Y ellos contestaron:

«Él se encuentra bien. De hecho, aquí viene su hija Raquel con las ovejas.»

7 Entonces él dijo:

«Como pueden ver, aún es muy de día. Todavía no es tiempo de recoger el ganado. Denles agua a las ovejas, y llévenlas a los pastos.»

8 Pero ellos le respondieron:

«No podemos hacerlo, hasta que se junten todos los rebaños. Entonces se quitará la piedra de la boca del pozo, y les daremos agua a las ovejas.»

9 Todavía estaba él hablando con ellos, cuando llegó Raquel con el rebaño de su padre, pues ella era la pastora.

10 Raquel era hija de Labán, hermano de la madre de Jacob, y el rebaño era de Labán. Cuando Jacob vio a Raquel, se acercó y removió la piedra de la boca del pozo, y dio de beber al rebaño,

11 luego besó a Raquel, y sin más se echó a llorar.

12 Entonces Jacob le dijo a Raquel que él era sobrino de su padre, pues era hijo de Rebeca. Ella corrió entonces a dar esta noticia a su padre.

13 Al oír Labán estas noticias de Jacob, hijo de su hermana, corrió a recibirlo, y lo abrazó y lo besó, y lo llevó a su casa; allí Jacob le contó a Labán todas estas cosas.

14 Y Labán le dijo: «Ciertamente, tú eres de mi propia sangre.» Y Jacob se quedó con él todo un mes.

15 Entonces Labán le dijo a Jacob:

«¿Vas a trabajar para mí de balde, sólo porque eres mi sobrino? ¡Dime cuánto quieres que te pague!»

16 Labán tenía dos hijas. La mayor se llamaba Lea, y la menor se llamaba Raquel.

17 Los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel tenía una bella presencia y era de hermoso parecer.

18 Jacob se enamoró de Raquel, y dijo:

«Por Raquel, tu hija menor, yo te serviré siete años.»

19 Y Labán respondió:

«Es mejor que te la dé a ti, y no a otro hombre. Quédate conmigo.»

20 Así fue como Jacob trabajó siete años por Raquel; pero le parecieron unos cuantos días, porque la amaba.

21 Un día, Jacob le dijo a Labán:

«Mi plazo se ha cumplido. Dame a mi mujer, para unirme a ella.»

22 Labán juntó entonces a todos los varones de aquel lugar, y ofreció un banquete.

23 Cuando llegó la noche, Labán tomó a su hija Lea, y se la llevó a Jacob; y él se unió a ella.

24 Además, Labán le dio a su hija Lea, por criada, a su sierva Zilpa.

25 Cuando llegó la mañana, Jacob vio que estaba con Lea; así que le dijo a Labán:

«¿Qué es lo que me has hecho? ¿Acaso no te he servido por Raquel? ¿Por qué me has engañado?»

26 Y Labán respondió:

«Aquí no acostumbramos dar a la hija menor antes que a la mayor.

27 Cumple esta semana, y se te dará también la otra, si trabajas para mí otros siete años.»

28 Jacob lo hizo así. Cumplió aquella semana, y Labán le dio a su hija Raquel por mujer.

29 A su hija Raquel, Labán le dio por criada a su sierva Bilá.

30 Y Jacob se unió también a Raquel, y la amó mucho más que a Lea; y trabajó para Labán siete años más.

Los hijos de Jacob

31 Al ver el Señor que Lea era menospreciada, le dio hijos; pero Raquel era estéril.

32 Y Lea concibió y dio a luz un hijo, y le puso por nombre Rubén,pues dijo: «El Señor ha mirado mi aflicción, así que ahora mi marido me amará.»

33 Volvió a concebir, y dio a luz un hijo. Entonces dijo: «El Señor oyóque yo era menospreciada, así que también me ha dado este hijo.» Por eso le puso por nombre Simeón.

34 Concibió una vez más, y dio a luz un hijo. Y dijo: «Esta vez mi marido se uniráconmigo, pues ya le he dado tres hijos.» Por eso le puso por nombre Leví.

35 Todavía concibió otra vez, y dio a luz un hijo. Entonces dijo: «Esta vez alabaréal Señor.» Por eso le puso por nombre Judá. Y dejó de dar a luz.

Génesis 30

1 Al ver Raquel que ella no le daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana y le dijo a Jacob:

«¡Dame hijos, pues de lo contrario me muero!»

2 Jacob se enojó con Raquel, y le dijo:

«¿Acaso soy Dios, que le ha impedido a tu vientre dar fruto?»

3 Ella le dijo:

«Aquí tienes a mi sierva Bilá. Únete a ella. Así ella dará a luz sobre mis rodillas, y también yo tendré hijos de ella.»

4 Y Raquel le dio a su sierva Bilá por mujer, y Jacob se unió a ella.

5 Y Bilá concibió, y le dio a Jacob un hijo.

6 Entonces dijo Raquel: «Dios me juzgó, y oyó también mi voz, y me dio un hijo.» Por eso le puso por nombre Dan.

7 Bilá, la sierva de Raquel, concibió otra vez y le dio a Jacob un segundo hijo.

8 Y Raquel dijo: «Tremendas luchas he libradocon mi hermana, y la he vencido.» Y llamó a su hijo Neftalí.

9 Al ver Lea que ella había dejado de dar a luz, tomó a su sierva Zilpa y se la dio a Jacob por mujer.

10 Y Zilpa, la sierva de Lea, le dio a Jacob un hijo.

11 Entonces dijo Lea: «¡Llegó la buena suerte!», así que le puso por nombre Gad.

12 Zilpa, la sierva de Lea, le dio otro hijo a Jacob;

13 y Lea dijo: «¡Qué felicidad la mía! ¡Las mujeres me considerarán feliz!» Y le puso por nombre Aser.

14 Durante la siega del trigo, Rubén fue al campo y encontró mandrágoras, las cuales llevó a Lea, su madre. Y Raquel le dijo a Lea:

«Por favor, dame algunas de las mandrágoras de tu hijo.»

15 Y ella le respondió:

«¿Te parece poco haberme quitado a mi marido, que ahora quieres quitarme también las mandrágoras de mi hijo?»

Y Raquel le propuso:

«Pues a cambio de las mandrágoras de tu hijo, Jacob dormirá contigo esta noche.»

16 En la tarde, cuando Jacob volvió del campo, Lea salió a su encuentro y le dijo:

«Únete conmigo. Francamente, te he alquilado a cambio de las mandrágoras de mi hijo.»

Y Jacob durmió con ella aquella noche.

17 Y Dios oyó a Lea, y ésta concibió y le dio a Jacob su quinto hijo.

18 Y dijo Lea: «Dios me ha recompensado,por haberle dado mi marido a mi sierva.» Por eso le puso por nombre Isacar.

19 Después Lea volvió a concebir, y le dio a Jacob su sexto hijo.

20 Entonces dijo Lea: «¡Que bello regalo me ha hecho Dios! Ahora mi marido viviráconmigo, pues ya le he dado seis hijos.» Y le puso por nombre Zabulón.

21 Después dio a luz una hija, y le puso por nombre Dina.

22 Pero Dios se acordó de Raquel. La escuchó y le concedió tener hijos.

23 Y ella concibió y dio a luz un hijo. Entonces dijo: «Dios ha borrado mi vergüenza»,

24 y le puso por nombre José,pues dijo: «¡Quiera el Señor darme un hijo más!»

Tretas de Jacob y de Labán

25 Por el tiempo en que Raquel dio a luz a José, sucedió que Jacob le dijo a Labán:

«Déjame ir, y volveré a mi lugar, a mi propia tierra.

26 Entrégame a mis mujeres y mis hijos, por quienes te he servido, y déjame ir. Tú bien sabes cómo he trabajado para ti.»

27 Y Labán le respondió:

«Si merezco que me trates con bondad, quédate. Se me ha revelado que gracias a ti el Señor me ha bendecido.»

28 Y añadió:

«Dime cuánto quieres ganar, que yo te lo pagaré.»

29 Y Jacob respondió:

«Tú bien sabes cómo he trabajado para ti, y cómo ha estado tu ganado conmigo.

30 Lo poco que tenías antes de mi llegada, ha crecido en gran número. Con mi llegada el Señor te ha bendecido, pero ¿cuándo haré algo también por mi propia casa?»

31 Y Labán le dijo:

«¿Qué quieres que te dé?»

Y Jacob respondió:

«No me des nada. Si quieres hacer algo por mí, haz lo siguiente y yo volveré a cuidar de tus ovejas.

32 Hoy pasaré por todo tu rebaño, y apartaré todas las ovejas manchadas y salpicadas de color, y todas las ovejas de color oscuro, más las cabras que sean manchadas y salpicadas de color. Ésta será mi paga.

33 Así el día de mañana, cuando vengas a reconocer mi paga, mi honradez responderá por mí. Toda cabra que no sea pintada ni manchada, y toda oveja entre mis ovejas que no sea de color oscuro, se me achacará como robada.»

34 Labán dijo entonces:

«Pues bien, que sea como tú dices.»

35 Ese mismo día, Labán apartó los machos cabríos manchados y rayados, y todas las cabras manchadas y salpicadas de color, y toda la que tenía en sí algo de blanco, y todas las ovejas de color oscuro, y las puso a cargo de sus hijos.

36 Luego puso tres días de camino entre él y Jacob. Mientras tanto, Jacob cuidaba el resto de las ovejas de Labán.

37 Jacob tomó entonces varas verdes de álamo, avellano y castaño, y les quitó la corteza para que se viera lo blanco de las varas;

38 luego puso las varas sin corteza en los abrevaderos, donde las ovejas venían a beber agua, y éstas se apareaban delante de las varas cuando venían a beber.

39 Así las ovejas concebían delante de las varas, y parían borregos listados, pintados y salpicados de diversos colores.

40 Entonces Jacob apartaba los corderos, y todos los oscuros y listados del hato de Labán los ponía entre su propio rebaño; luego ponía aparte su hato, y no lo juntaba con las ovejas de Labán.

41 Y cada vez que las ovejas más fuertes estaban en celo, Jacob ponía las varas en los abrevaderos, delante de las ovejas, para que concibieran a la vista de las varas;

42 pero cuando venían las ovejas más débiles, no las ponía. Así, las más débiles eran para Labán, y las más fuertes para Jacob.

43 Fue así como este varón llegó a ser muy rico, y tuvo muchas ovejas, y siervas y siervos, además de camellos y asnos.

Génesis 31

1 Pero Jacob se enteraba de las habladurías de los hijos de Labán, pues decían: «Jacob se ha quedado con todo lo que era de nuestro padre. Toda su riqueza la obtuvo de lo que era de nuestro padre.»

2 Además, Jacob miraba el semblante de Labán, y podía ver que ya no lo trataba como antes.

3 Entonces el Señor le dijo a Jacob: «Regresa a la tierra de tus padres, con tus parientes, que yo estaré contigo.»

4 Jacob mandó llamar a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas,

5 y les dijo:

«Me doy cuenta de que el padre de ustedes ya no me trata como antes. Pero el Dios de mi padre está conmigo.

6 Ustedes saben que yo he servido a su padre con todas mis fuerzas,

7 y que su padre me ha engañado, pues varias veces me ha cambiado la paga. Pero Dios no le ha permitido hacerme daño.

8 Si él decía: “Te voy a pagar con los pintados”, entonces todas las ovejas parían corderos pintados; y si decía: “Te voy a pagar con los listados”, entonces todas las ovejas parían corderos listados.

9 Así Dios le quitó al padre de ustedes el ganado, y me lo dio a mí.

10 Y resulta que, cuando las ovejas estaban en celo, yo levanté la vista, y en sueños vi que los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados.

11 Entonces el ángel de Dios me habló en sueños, y yo me dispuse a escucharlo.

12 Y me dijo: “Levanta ahora los ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados. Yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.

13 Yo soy el Dios de Betel, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto.Levántate ahora y sal de esta tierra, y regresa a tu tierra natal.”»

14 Raquel y Lea respondieron:

«¿Acaso tenemos todavía nosotras alguna porción o herencia en la casa de nuestro padre?

15 ¿Acaso no nos considera unas extrañas, y hasta nos vendió y se ha comido por completo nuestro precio?

16 La verdad es que todas las riquezas que Dios le ha quitado a nuestro padre, ¡son de nosotras y de nuestros hijos! Así que, haz todo lo que Dios te ha dicho.»

Jacob huye de Labán

17 Entonces Jacob se preparó y sentó a sus hijos y sus mujeres sobre los camellos,

18 luego puso en marcha todo su ganado, y todo el ganado que había adquirido, que era su ganancia de Padán Aram, y se dispuso a volver a Isaac, su padre, en la tierra de Canaán.

19 Como Labán había ido a trasquilar sus ovejas, Raquel hurtó los ídolos de su padre.

20 Jacob, por su parte, engañó a Labán el arameo al no hacerle saber que iba a fugarse.

21 Y se fugó, llevándose todo lo que tenía. Se dispuso a cruzar el Éufrates, y se enfiló hacia el monte de Galaad.

22 Al tercer día fueron a decirle a Labán que Jacob se había fugado.

23 Entonces Labán se hizo acompañar de sus parientes, y se fue tras Jacob. Después de siete días de camino, lo alcanzó en el monte de Galaad.

24 Pero esa noche Dios se le apareció en un sueño a Labán el arameo, y le dijo: «Mucho cuidado con comenzar a hablarle a Jacob bien, y acabar mal.»

25 Labán alcanzó a Jacob cuando éste había plantado su tienda en el monte, así que Labán y sus parientes acamparon en el monte de Galaad.

26 Y Labán le dijo a Jacob:

«¿Qué es lo que has hecho? ¿Por qué me engañaste y trajiste a mis hijas como prisioneras de guerra?

27 ¿Por qué te fugaste a escondidas? ¿Por qué me engañaste, y no me dijiste nada? ¡Yo te habría despedido con alegría y con cantos, con tamborines y arpas!

28 ¡Ni siquiera me dejaste besar a mis hijos y mis hijas! ¡Lo que has hecho es una locura!

29 Yo tengo poder para hacerles daño; pero el Dios de tu padre me habló anoche y me dijo: “Mucho cuidado con comenzar a hablarle a Jacob bien, y acabar mal.”

30 Pero ya que tantas ganas tenías de irte a la casa de tu padre, ¿por qué me robaste mis dioses?»

31 Jacob le respondió así a Labán:

«Es que tuve miedo. Yo pensé que tal vez me quitarías tus hijas por la fuerza.

32 Pero al que encuentres con tus dioses en su poder, no quedará con vida. En presencia de nuestros hermanos, reconoce lo que sea tuyo y esté en mi poder, y llévatelo.»

Pero Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.

33 Labán entró en la tienda de Jacob, luego en la tienda de Lea y en la tienda de las dos siervas, y no halló nada; entonces salió de la tienda de Lea y entró en la tienda de Raquel.

34 Pero Raquel tomó los ídolos y los puso bajo la albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; así que Labán buscó en toda la tienda, y no los halló.

35 Y ella le dijo a su padre:

«No se enoje mi señor. Es que no me puedo levantar delante de ti, porque estoy con la costumbre de las mujeres.»

Y Labán buscó los ídolos, pero no los halló.

36 Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán. Le reclamó:

«¿En qué te he faltado? ¿Cuál es mi pecado, para que me persigas con tanto ardor?

37 Ya que has rebuscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí, delante de mis hermanos y de los tuyos, ¡y que juzguen entre nosotros!

38 Veinte años han sido los que he estado contigo, y nunca abortaron tus ovejas ni tus cabras, ni me comí un solo carnero de tus ovejas.

39 Nunca te traje lo que las fieras arrebataron, y si algo se robaban de día o de noche, me hacías responsable y a mí me lo cobrabas.

40 De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño se me iba.

41 Esta clase de vida he tenido en tu casa durante veinte años. Catorce te serví por tus dos hijas, y seis por tu ganado, y varias veces me has cambiado la paga.

42 Si no estuviera conmigo el Dios de mi padre, el Dios de Abrahán, el Dios a quien Isaac temía, estoy seguro de que me dejarías ir ahora con las manos vacías. Pero Dios ha visto mi aflicción y el trabajo de mis manos, y por eso te reprendió anoche.»

43 Labán le respondió a Jacob:

«Las hijas son mis hijas, y los hijos son mis hijos; las ovejas son mis ovejas. ¡Todo lo que aquí ves me pertenece! Pero ¿qué puedo hacerles hoy a estas hijas mías, o a los hijos que ellas han tenido?

44 Ven ahora, y hagamos un pacto tú y yo, y que éste sea un testimonio entre nosotros dos.»

45 Entonces Jacob tomó una piedra, y la levantó como señal.

46 Jacob les dijo a sus parientes: «Recojan piedras». Y ellos tomaron piedras e hicieron un montón, y allí sobre el montón de piedras comieron.

47 Labán lo llamó «Yegar Sadutá»,y Jacob lo llamó «Galaad»

48 porque Labán dijo: «Este montón de piedras es hoy testigo entre nosotros dos». Por eso se le conoce por el nombre de Galaad

49 y de Mispá,pues dijo:

«Que el Señor nos vigile a ti y a mí, ahora que nos separemos el uno del otro.

50 Si acaso humillas a mis hijas, o si tomas otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros, pero Dios nos ve y es testigo entre nosotros dos.»

51 Además, Labán le dijo a Jacob:

«Mira este montón de piedras y esta señal, que he levantado entre nosotros dos.

52 Que este montón de piedras y esta señal nos sirvan de testigos, de que ni tú ni yo pasaremos más allá de este montón de piedras, ni de esta señal, para hacernos daño.

53 Que el Dios de Abrahán y el Dios de Najor, el Dios de sus padres, juzgue entre nosotros.»

Y Jacob juró por aquel que era el temor de Isaac, su padre.

54 Luego Jacob ofreció sacrificios en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan. Después de comer, pasaron la noche en el monte.

55 A la mañana siguiente Labán se levantó y besó a sus hijos y sus hijas, y los bendijo; después de eso se fue de regreso a su lugar.