Hebreos 8

El mediador de un nuevo pacto

1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que el sumo sacerdote que tenemos es tal que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en los cielos.

2 Él es ministro del santuario, de ese tabernáculo verdadero, levantado por el Señor y no por los hombres.

3 Todo sumo sacerdote es designado para presentar ofrendas y sacrificios, y por eso es necesario que también tenga algo que ofrecer.

4 Si estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, porque aquí ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas de acuerdo con la ley.

5 Estos sacerdotes sirven a lo que no es más que modelo y sombra de las cosas celestiales, tal y como se le advirtió a Moisés cuando iba a levantar el tabernáculo: «Ten cuidado de hacer todas las cosas según el modelo que se te ha mostrado en el monte.»

6 Pero nuestro Sumo Sacerdote ha recibido un ministerio mucho mejor, pues es mediador de un pacto mejor, establecido sobre mejores promesas.

7 Si el primer pacto hubiera sido perfecto, no habría sido necesario un segundo pacto.

8 Pero Dios, al reprocharles sus defectos, dice:

«Vienen días (dice el Señor)

en que estableceré un nuevo pacto

con la casa de Israel y la casa de Judá.

9 Ese pacto no será semejante

al que hice con sus antepasados

el día en que los tomé de la mano

para sacarlos de la tierra de Egipto,

pues ellos no fueron fieles a mi pacto,

y por eso los abandoné (dice el Señor).

10 Éste es el pacto que haré

con la casa de Israel:

Después de aquellos días (dice el Señor)

pondré mis leyes en su mente,

y las escribiré sobre su corazón.

Yo seré su Dios,

y ellos serán mi pueblo.

11 Ya nadie enseñará a su prójimo,

ni le dirá a su hermano: “Conoce al Señor”,

porque todos me conocerán,

desde el más pequeño hasta el más grande.

12 Seré misericordioso con sus injusticias,

y nunca más me acordaré de sus pecados

ni de sus iniquidades.»

13 Al decir «nuevo pacto», se ha dado por viejo al primero; y lo que es viejo y anticuado está en vías de desaparecer.

Hebreos 9

1 Ahora bien, incluso el primer pacto tenía reglas para el culto, y un santuario terrenal.

2 En efecto, el tabernáculoestaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro,la mesa y los panes de la proposición.

3 Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo,

4 el cual tenía un incensario de oroy el arca del pacto, totalmente recubierta de oro;en el arca había una urna de oro que contenía el maná,la vara de Aarón que reverdeció,y las tablas del pacto.

5 Por encima del arca estaban los querubines de la gloria, los cuales cubrían el propiciatorio.Pero de esto no se puede hablar ahora en detalle.

6 Con todo esto dispuesto así, los sacerdotes entran continuamente en la primera parte del tabernáculo para celebrar los oficios del culto;

7 pero en la segunda parte entra únicamente el sumo sacerdote, y esto sólo una vez al año, y siempre llevando sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados involuntarios que el pueblo comete.

8 Con esto el Espíritu Santo nos da a entender que, mientras la primera parte del tabernáculo siga en pie, el camino que lleva al Lugar Santísimo aún no estará abierto.

9 Todo esto es un símbolo para el tiempo presente, de que las ofrendas y sacrificios que allí se presentan no pueden perfeccionar la conciencia de los que adoran así,

10 ya que tienen que ver sólo con comidas y bebidas, y con diversas ceremonias de purificación y ordenanzas externas, cuyo valor tiene vigencia hasta que llegue el tiempo de reformarlo todo.

11 Pero Cristo vino ya, y es el sumo sacerdote de los bienes venideros, a través del tabernáculo más amplio y más perfecto, el cual no ha sido hecho por los hombres, es decir, que no es de esta creación,

12 y no por medio de la sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por medio de su propia sangre. Entró una sola vez y para siempre en el Lugar Santísimo, y así obtuvo para nosotros la redención eterna.

13 Si la sangre de los toros y de los machos cabríos,y las cenizas de la becerrarociadas sobre los impuros, santifican para la purificación de la carne,

14 ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por medio del Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará de obras muertas nuestra conciencia, para que sirvamos al Dios vivo!

15 Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto,para que los llamados reciban la promesa de la herencia eterna, pues con su muerte libera a los hombres de los pecados cometidos bajo el primer pacto.

16 Porque cuando hay un testamento,es necesario que haya constancia de la muerte del que lo hizo,

17 ya que un testamento no tiene ningún valor mientras el que lo hizo siga con vida.

18 Por eso, ni siquiera el primer pacto se estableció sin sangre,

19 porque después de que Moisés anunció todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos junto con agua, lana escarlata y una rama de hisopo, y roció el libro de la ley y a todo el pueblo.

20 Entonces le dijo al pueblo: «Ésta es la sangre del pacto que Dios les ha mandado.»

21 Además de esto, con la sangre roció también el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.

22 Según la ley, casi todo es purificado con sangre; pues sin derramamiento de sangre no hay perdón.

El sacrificio de Cristo quita el pecado

23 Por lo tanto, era absolutamente necesario que las réplicas de las cosas celestiales fueran purificadas así; pero las cosas celestiales mismas necesitan mejores sacrificios que éstos,

24 porque Cristo no entró en el santuario hecho por los hombres, el cual era un mero reflejo del verdadero, sino que entró en el cielo mismo para presentarse ahora ante Dios en favor de nosotros.

25 Y no entró para ofrecerse muchas veces, como el sumo sacerdote, que cada año entra en el Lugar Santísimo con sangre ajena.

26 Si así fuera, Cristo habría tenido que morir muchas veces desde la creación del mundo; pero ahora, al final de los tiempos, se presentó una sola vez y para siempre, y se ofreció a sí mismo como sacrificio para quitar el pecado.

27 Y así como está establecido que los hombres mueran una sola vez, y después venga el juicio,

28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; pero aparecerá por segunda vez, ya sin relación con el pecado, para salvar a los que lo esperan.

Hebreos 10

1 La ley es apenas el contorno de los bienes venideros, y no su imagen real. Por eso jamás podrá hacer perfectos a los que cada año se acercan a Dios para ofrecer los mismos sacrificios.

2 Si en realidad pudiera, entonces los que rinden este culto, una vez limpios, dejarían de ofrecerlos, pues ya no tendrían más conciencia de pecado.

3 Pero con estos sacrificios, cada año se hace memoria de los pecados,

4 porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.

5 Por eso, al entrar en el mundo, Cristo dijo:

«No quieres sacrificio y ofrenda,

pero me has dado un cuerpo.

6 No te agradan los holocaustos

ni las expiaciones por el pecado.

7 Entonces dije: “Mi Dios,

aquí estoy para hacer tu voluntad,

como está escrito de mí en el libro.”»

8 Al decir primero: «No quieres ni te agradan sacrificios ni ofrendas, ni holocaustos ni expiaciones por el pecado» (cosas que se ofrecen según la ley),

9 y luego añadir: «Aquí estoy, para hacer tu voluntad», quita lo primero para establecer esto último.

10 Por esa voluntad somos santificados, mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo, hecha una sola vez y para siempre.

11 Todo sacerdote ministra día tras día, y una y otra vez ofrece los mismos sacrificios, los cuales nunca pueden quitar los pecados.

12 Pero Cristo, después de ofrecer una sola vez un solo sacrificio por los pecados, para siempre se sentó a la derecha de Dios,

13 y de ahí en adelante está en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies.

14 Él, por medio de una sola ofrenda, hizo perfectos para siempre a los santificados.

15 De esto nos da testimonio el Espíritu Santo, pues primero dice:

16 «El Señor ha dicho:

Éste es el pacto que haré con ellos

después de aquellos días:

Pondré mis leyes en su corazón,

y las escribiré en su mente.»

17 Y luego añade:

«Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.»

18 Cuando los pecados ya han sido perdonados, no hay más necesidad de presentar ofrendas por el pecado.

19 Hermanos, puesto que con toda libertad podemos entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo,

20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, es decir, de su propio cuerpo,

21 y puesto que tenemos un gran sacerdote al frente de la casa de Dios,

22 acerquémonos con un corazón sincero, y con la plena seguridad de la fe, con el corazónpurificado de una mala conciencia, y con el cuerpo lavado en agua pura.

23 Mantengamos firme y sin fluctuar la esperanza que profesamos, porque fiel es el que prometió.

24 Tengámonos en cuenta unos a otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras.

25 No dejemos de congregarnos, como es la costumbre de algunos, sino animémonos unos a otros; y con más razón ahora que vemos que aquel día se acerca.

Advertencia a los pecadores deliberados

26 Si con toda intención pecamos después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados

27 sino una terrible expectativa del juicio y del fuego ardiente que devorará a los enemigos de Dios.

28 Cualquiera que desobedece la ley de Moisés, muere sin falta, siempre y cuando haya dos o tres testigos que declaren en su contra.

29 ¿Y qué mayor castigo piensan ustedes que merece el que pisotea al Hijo de Dios y considera impura la sangre del pacto,en la cual fue santificado, e insulta al Espíritu de la gracia?

30 Bien sabemos que el Señor ha dicho: «Mía es la venganza, yo pagaré»,y también: «El Señor juzgará a su pueblo».

31 ¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!

32 Pero recuerden ustedes los tiempos pasados, cuando después de haber sido iluminados soportaron ustedes los sufrimientos de una gran lucha.

33 Algunas veces fueron expuestos públicamente a las burlas y las aflicciones, y otras veces llegaron a ser compañeros de los que enfrentaban una situación semejante.

34 Además, ustedes también se compadecieron de los presos, y gozosos soportaron el despojo de sus propios bienes, sabedores de que en los cielos tienen una herencia mejor y permanente.

35 Por lo tanto, no pierdan la confianza, que lleva consigo una gran recompensa.

36 Lo que ustedes necesitan es tener paciencia; para que, una vez que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido darnos.

37 «Porque dentro de muy poco tiempo

el que ha de venir, vendrá y no tardará.

38 Pero el justo vivirá por la fe;

y si se vuelve atrás, no será de mi agrado.»

39 Pero nosotros no somos de los que se vuelven atrás y se pierden, sino de los que tienen fe y salvan su alma.

Hebreos 11

La fe

1 Ahora bien, tener fe es estar seguro de lo que se espera; es estar convencido de lo que no se ve.

2 Gracias a ella, nuestros antepasados fueron reconocidos y aprobados.

3 Por la fe entendemos que Dios creó el universo por medio de su palabra,de modo que lo que ahora vemos fue hecho de lo que no se veía.

4 Por la fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, y por eso fue reconocido como un hombre justo, y Dios aceptó con agrado sus ofrendas. Y aunque Abel está muerto, todavía habla por medio de su fe.

5 Por la fe, Enoc traspuso sin morir el umbral de la muerte, y nunca más se supo de él, porque Dios le hizo cruzar ese umbral; pero antes de cruzarlo, todos reconocieron que él era del agrado de Dios.

6 Sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe, y que sabe recompensar a quienes lo buscan.

7 Por la fe, con mucho temor Noé construyó el arca para salvar a su familia, cuando Dios le advirtió acerca de cosas que aún no se veían.Fue su fe la que condenó al mundo, y por ella fue hecho heredero de la justicia que viene por medio de la fe.

8 Por la fe, Abrahán obedeció cuando fue llamado, y salió sin saber a dónde iba, y se dirigió al lugar que iba a recibir como herencia.

9 Por la fe, habitó en la tierra prometida como un extraño en tierra extraña, y vivió en tiendas con Isaac y Jacob, quienes eran coherederos de la misma promesa;

10 porque esperaba llegar a la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

11 Por la fe, Sara misma recibió fuerzas para concebir, aunque era estéril, y dio a luz, aun cuando por su edad se le había pasado el tiempo,porque creyó que era fiel quien le había hecho la promesa.

12 Por eso también, de un solo hombre, que ya estaba casi muerto, llegó a tener una multitud de descendientes, tan numerosos como las estrellas del cieloy tan incontables como la arena que está a la orilla del mar.

13 Por la fe, todos ellos murieron sin haber recibido lo que se les había prometido, y sólo llegaron a ver esto a lo lejos; pero lo creyeron y lo saludaron, pues reconocieron que eran extranjeros y peregrinos en esta tierra.

14 Porque los que dicen esto, claramente dan a entender que buscan una patria;

15 pues si hubieran estado pensando en la patria de donde salieron, tiempo tenían para volver.

16 Pero ellos anhelaban una patria mejor, es decir, la patria celestial. Por eso Dios no se avergüenza de llamarse su Dios; al contrario, les ha preparado una ciudad.

17 Por la fe, cuando Abrahán fue puesto a prueba, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía a su único hijo,

18 a pesar de que Dios le había dicho: «Por medio de Isaac te vendrá descendencia».

19 Y es que Abrahán sabía que Dios tiene poder incluso para levantar a los muertos; y en sentido figurado, de entre los muertos lo volvió a recibir.

20 Por la fe, Isaac bendijo a Jacob y a Esaú acerca de las cosas venideras.

21 Por la fe, cuando Jacob murió, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado en la punta de su bastón.

22 Por la fe, cuando José murió, anunció la salida de los hijos de Israel y dio instrucciones en cuanto a qué hacer con sus restos mortales.

23 Por la fe, cuando Moisés nació, sus padres lo escondieron durante tres meses,pues al ver que era un niño muy hermoso no tuvieron miedo del decreto del rey.

24 Por la fe, cuando Moisés ya era adulto, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón,

25 y prefirió ser maltratado junto con el pueblo de Dios, antes que gozar de los deleites temporales del pecado,

26 pues consideró que sufrir el oprobio de Cristo era una riqueza mayor que los tesoros de los egipcios. Y es que su mirada estaba fija en la recompensa.

27 Por la fe salió de Egipto,sin temor a la ira del rey, y se mantuvo firme, como si estuviera viendo al Invisible.

28 Por la fe, celebró la pascua y el rociamiento de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no llegara a tocarlos.

29 Por la fe, pasaron por el Mar Rojo como si pisaran tierra seca; y cuando los egipcios intentaron hacer lo mismo, murieron ahogados.

30 Por la fe, cayeron las murallas de Jericó después de rodearlas siete días.

31 Por la fe, la ramera Rajab no murió junto con los desobedientes,pues había recibido en paz a los espías.

32 ¿Y qué más puedo decir? Tiempo me faltaría para hablar de Gedeón,de Barac,de Sansón,de Jefté,de David,así como de Samuely de los profetas,

33 que por la fe conquistaron reinos, impartieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,

34 apagaron fuegos impetuosos,escaparon del filo de la espada, sacaron fuerzas de flaqueza, llegaron a ser poderosos en batallas y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros.

35 Hubo mujeres que por medio de la resurrección recuperaron a sus muertos.Pero otros fueron atormentados, y no aceptaron ser liberados porque esperaban obtener una mejor resurrección.

36 Otros sufrieron burlas y azotes, y hasta cadenas y cárceles.

37 Fueron apedreados,aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de un lado a otro cubiertos de pieles de oveja y de cabra, pobres, angustiados y maltratados.

38 Estos hombres, de los que el mundo no era digno, anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

39 Y aunque por medio de la fe todos ellos fueron reconocidos y aprobados, no recibieron lo prometido.

40 Todo esto sucedió para que ellos no fueran perfeccionados aparte de nosotros, pues Dios había preparado algo mejor para nosotros.

Hebreos 12

Con la mirada fija en Jesús

1 Por lo tanto, también nosotros, que tenemos tan grande nube de testigos a nuestro alrededor, liberémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.

2 Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios.

3 Por lo tanto, consideren a aquel que sufrió tanta contradicción de parte de los pecadores, para que no se cansen ni se desanimen.

4 En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre;

5 y ya han olvidado la exhortación que como a hijos se les dirige:

«Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,

ni te desanimes cuando te reprenda;

6 porque el Señor disciplina al que ama,

y azota a todo el que recibe como hijo.»

7 Si ustedes soportan la disciplina, Dios los trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no discipline?

8 Pero si a ustedes se les deja sin la disciplina que todo el mundo recibe, entonces ya no son hijos legítimos, sino ilegítimos.

9 Por otra parte, tuvimos padres terrenales, los cuales nos disciplinaban, y los respetábamos. ¿Por qué no mejor obedecer al Padre de los espíritus, y así vivir?

10 La verdad es que nuestros padres terrenales nos disciplinaban por poco tiempo, y como mejor les parecía, pero Dios lo hace para nuestro beneficio y para que participemos de su santidad.

11 Claro que ninguna disciplina nos pone alegres al momento de recibirla, sino más bien tristes; pero después de ser ejercitados en ella, nos produce un fruto apacible de justicia.

Los que rechazan la gracia de Dios

12 Levanten, pues, las manos caídas y las rodillas entumecidas;

13 enderecen las sendas por donde van,para que no se desvíen los cojos, sino que sean sanados.

14 Procuren vivir en paz con todos, y en santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

15 Tengan cuidado. No vayan a perderse la gracia de Dios; no dejen brotar ninguna raíz de amargura,pues podría estorbarles y hacer que muchos se contaminen con ella.

16 Que no haya entre ustedes ningún libertino ni profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.

17 Ya ustedes saben que después, aunque deseaba heredar la bendición, fue rechazado y no tuvo ya la oportunidad de arrepentirse, aun cuando con lágrimas buscó la bendición.

18 Ustedes no se han acercado a aquel monte que se podía tocar y que ardía en llamas, ni tampoco a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,

19 ni al sonido de la trompeta, ni a la voz que hablaba, y que quienes la oyeron rogaban que no les hablara más

20 porque no podían sobrellevar lo que se les ordenaba: «Incluso si una bestia toca el monte, será apedreada o atravesada con una lanza».

21 Lo que se veía era tan terrible, que Moisés dijo: «Estoy temblando de miedo».

22 Ustedes, por el contrario, se han acercado al monte Sión, a la celestial Jerusalén, ciudad del Dios vivo, y a una incontable muchedumbre de ángeles,

23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios, el Juez de todos, a los espíritus de los justos que han sido hechos perfectos,

24 a Jesús, el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.

25 Tengan cuidado de no desechar al que habla. Si no escaparon los que desecharon al que los amonestaba en la tierra,mucho menos escaparemos nosotros si desechamos al que amonesta desde los cielos.

26 En aquella ocasión, la voz de Dios sacudió la tierra, pero ahora ha prometido: «Una vez más sacudiré no sólo la tierra, sino también el cielo.»

27 Y esta frase, «Una vez más», significa que las cosas movibles, es decir, las cosas hechas, serán removidas para que permanezcan las inconmovibles.

28 Así que nosotros, que hemos recibido un reino inconmovible, debemos ser agradecidos y, con esa misma gratitud, servir a Dios y agradarle con temor y reverencia.

29 Porque nuestro Dios es un fuego que todo lo consume.

Hebreos 13

Deberes cristianos

1 Que el amor fraternal permanezca en ustedes.

2 Y no se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.

3 Acuérdense de los presos, como si ustedes mismos estuvieran presos con ellos, y también de los que son maltratados, como si ustedes mismos fueran los que sufren.

4 Todos ustedes deben honrar su matrimonio, y ser fieles a sus cónyuges; pero a los libertinos y a los adúlteros los juzgará Dios.

5 Vivan sin ambicionar el dinero. Más bien, confórmense con lo que ahora tienen, porque Dios ha dicho: «No te desampararé, ni te abandonaré».

6 Así que podemos decir con toda confianza:

«El Señor es quien me ayuda;

no temeré lo que pueda hacerme el hombre.»

7 Acuérdense de sus pastores, que les dieron a conocer la palabra de Dios. Piensen en los resultados de su conducta, e imiten su fe.

8 Jesucristo es el mismo ayer, hoy, y por los siglos.

9 No se dejen llevar por doctrinas diversas y extrañas. Es mejor afirmar el corazón con la gracia, y no con alimentos, los cuales nunca fueron de provecho para los que se ocuparon de ellos.

10 Nosotros tenemos un altar, del cual no tienen derecho de comer los que sirven en el tabernáculo.

11 Los cuerpos de los animales cuya sangre introduce el sumo sacerdote en el santuario a causa del pecado, se queman fuera del campamento.

12 De igual manera, Jesús sufrió fuera de la puerta, para santificar así al pueblo mediante su propia sangre.

13 Así que salgamos con él fuera del campamento, y llevemos su deshonra,

14 pues no tenemos aquí una ciudad permanente, sino que vamos en pos de la ciudad que está por venir.

15 Por lo tanto, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de Jesús, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que confiesen su nombre.

16 No se olviden de hacer bien ni de la ayuda mutua, porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios.

17 Obedezcan a sus pastores, y respétenlos. Ellos cuidan de ustedes porque saben que tienen que rendir cuentas a Dios. Así ellos cuidarán de ustedes con alegría, y sin quejarse; de lo contrario, no será provechoso para ustedes.

18 Oren por nosotros, pues estamos seguros de tener la conciencia tranquila y deseamos portarnos bien en todo.

19 Pido especialmente sus oraciones, para que pronto pueda volver a estar con ustedes.

Bendición y saludos finales

20 Que el Dios de paz, que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,

21 los capacite para toda buena obra, para que hagan su voluntad, y haga en ustedes lo que a él le agrada, por medio de Jesucristo. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

22 Hermanos, les ruego que reciban con paciencia estas palabras que les he escrito, como una breve exhortación.

23 Quiero que sepan que nuestro hermano Timoteo ya está en libertad; si llega pronto, iré con él a verlos.

24 Saluden a todos sus pastores y a todos los santos. Los de Italia les mandan saludos.

25 Que la gracia sea con todos ustedes. Amén.

Filemón 1

Saludo

1 Yo, Pablo, prisionero de Jesucristo, y el hermano Timoteo, al amado Filemón, colaborador nuestro,

2 a la amada hermana Apia, a Arquipo,nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa:

3 Reciban ustedes gracia y paz de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo.

El amor y la fe de Filemón

4 Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de ti en mis oraciones,

5 porque me he enterado del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos;

6 y pido que la participación de tu fe sea eficaz en el conocimiento de todo el bien que está en ustedes por Cristo Jesús.

7 Hermano, tenemos gran gozo y consolación en tu amor, porque por ti han sido reconfortados los corazones de los santos.

Pablo intercede por Onésimo

8 Por eso, y aunque tengo mucha libertad en Cristo para mandarte lo que conviene,

9 más bien te ruego por amor. Yo, Pablo, que ya soy anciano, y además prisionero de Jesucristo,

10 te ruego por mi hijo Onésimo,,que es el fruto de mis prisiones.

11 En otro tiempo, él te resultaba inútil, pero ahora nos es útil a ti y a mí.

12 Ahora vuelvo a enviártelo, y te pido recibirlo como si me recibieras a mí mismo.

13 Yo quisiera retenerlo conmigo, para que me sirviera en mis prisiones por el evangelio, en lugar tuyo;

14 pero no he querido hacer nada sin tu consentimiento, para que tu favor no te resulte una imposición, sino que sea un acto voluntario.

15 Tal vez para esto se apartó de ti por algún tiempo; para que lo recibieras para siempre,

16 no ya como a un esclavo, sino como a alguien más que un esclavo, como a un hermano amado, de manera especial para mí, pero más aún para ti, tanto en la carne como en el Señor.

17 Así que, si me consideras tu compañero, recíbelo como si fuera yo mismo.

18 Y si algún daño te causó, o si te debe algo, ponlo a mi cuenta.

19 Yo, Pablo, escribo esto de mi puño y letra; yo te lo pagaré; por no decir que tú mismo estás en deuda conmigo.

20 Así es, hermano; permíteme sacar algún provecho de ti en el Señor; reconforta mi corazón en el Señor.

21 Te he escrito porque confío en tu obediencia, y porque sé que harás aun más de lo que te pido.

22 Prepárame también alojamiento, pues espero que por las oraciones de ustedes se les concederá verme.

Salutaciones y bendición final

23 Te saludan Epafras,que es mi compañero de prisiones por Cristo Jesús,

24 y mis colaboradores Marcos,Aristarco,Demasy Lucas.

25 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con su espíritu. Amén.

Tito 1

Saludo

1 Yo, Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, según la fe de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que corresponde a la piedad,

2 en la esperanza de la vida eterna, la cual Dios, que no miente, prometió desde antes del principio de los siglos,

3 y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador,

4 a Tito,verdadero hijo en nuestra fe común: Recibe gracia, misericordia y paz, de Dios el Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador.

Requisitos de ancianos y obispos

5 Por esto te dejé en Creta, para que corrigieras lo deficiente y establecieras ancianos en cada ciudad, tal y como yo te mandé:

6 ancianos irreprensibles, maridos de una sola mujer y con hijos creyentes, que no estén acusados de disolución ni de rebeldía.

7 Porque es necesario que el obispo, como administrador de Dios, sea irreprensible, no soberbio ni iracundo, ni afecto al vino, ni pendenciero, ni codicioso de ganancias deshonestas,

8 sino hospitalario, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo,

9 apegado a la palabra fiel, tal y como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen.

10 Porque aún hay muchos rebeldes, que hablan de vanidades y de engaños, especialmente los de la circuncisión,

11 a los cuales es preciso tapar la boca. Éstos trastornan casas enteras, y a cambio de ganancias deshonestas enseñan lo que no conviene.

12 Uno de ellos, que es su propio profeta, dijo: «Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias y glotones ociosos.»

13 Éste es un testimonio verdadero; así que repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe

14 y no atiendan a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad.

15 Para los puros, todas las cosas son puras; pero para los corruptos e incrédulos nada es puro, pues hasta su mente y su conciencia están corrompidas;

16 dicen conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, pues son odiosos y rebeldes, reprobables en cuanto a toda buena obra.

Tito 2

Enseñanza de la sana doctrina

1 Pero tú habla de lo que vaya de acuerdo con la sana doctrina.

2 Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor y en la paciencia.

3 Asimismo, las ancianas deben ser reverentes en su porte y maestras del bien, no calumniadoras ni esclavas del vino;

4 deben enseñar a las mujeres más jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos,

5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas y sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.

6 Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes;

7 preséntate tú mismo en todo como ejemplo de buenas obras y muestra en la enseñanza integridad y seriedad,

8 con palabras sanas e irreprochables, de modo que el adversario se avergüence y no tenga nada malo que decir de ustedes.

9 Exhorta a los siervos a que se sujeten a sus amos y a que les agraden en todo; que no sean respondones

10 ni los defrauden, sino que se muestren fieles en todo, para que en todo engalanen la doctrina de Dios, nuestro Salvador.

11 Porque la gracia de Dios se ha manifestado para la salvación de todos los hombres,

12 y nos enseña que debemos renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y vivir en esta época de manera sobria, justa y piadosa,

13 mientras aguardamos la bendita esperanza y la gloriosa manifestación de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,

14 quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidady purificar para sí un pueblo propio,celoso de buenas obras.

15 Habla de estas cosas, y exhorta y reprende con toda autoridad. Que nadie te menosprecie.

Tito 3

Justificados por gracia

1 Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y a las autoridades; que obedezcan y que estén dispuestos a toda buena obra.

2 Que no difamen a nadie ni sean pendencieros, sino amables; que muestren toda mansedumbre para con todos los hombres.

3 Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los malos deseos y de diversos deleites; vivíamos en malicia y envidia, nos aborrecían y nos aborrecíamos unos a otros.

4 Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con los hombres,

5 nos salvó, y no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,

6 el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador,

7 para que al ser justificados por su gracia viniéramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna.

8 Ésta es palabra fiel, y en esto quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en las buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres.

9 Pero evita las cuestiones necias, las genealogías, las contenciones y las discusiones acerca de la ley, porque son vanas y no son de provecho.

10 Al que cause divisiones, deséchalo después de una y otra amonestación,

11 pues sabrás que tal persona se ha pervertido, y peca y su propio juicio lo condena.

Instrucciones personales

12 Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico,apresúrate a reunirte conmigo en Nicópolis, porque he decidido pasar allí el invierno.

13 Apresúrate también a poner en camino a Zenas, el intérprete de la ley, y a Apolos,y ayúdalos para que nada les falte.

14 Y que aprendan también los nuestros a ocuparse en las buenas obras para los casos de necesidad, para que no se queden sin dar fruto.

Salutaciones y bendición final

15 Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe.

Que la gracia sea con todos ustedes. Amén.