2 Tesalonicenses 1

Saludo

1 Pablo, Silvano y Timoteo, nos dirigimos a la iglesia de los tesalonicensesen Dios nuestro Padre y en el Señor Jesucristo:

2 Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.

El juicio de Dios al volver Cristo

3 Hermanos, siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes. Así debe ser, ya que la fe de ustedes va creciendo, y todos y cada uno de ustedes abunda en amor para con los demás.

4 Nosotros mismos nos sentimos muy orgullosos de ustedes en las iglesias de Dios, al ver la paciencia y la fe de ustedes para soportar las persecuciones y sufrimientos.

5 Esto es evidencia del justo juicio de Dios, de que ustedes son considerados dignos de su reino, por el cual sufren.

6 Delante de Dios es justo también que se haga sufrir a quienes los hacen sufrir a ustedes,

7 y al mismo tiempo darles un descanso a ustedes, los que sufren, lo mismo que a nosotros, cuando el Señor Jesús se manifieste desde el cielo con sus poderosos ángeles,

8 entre llamas de fuego, para darles su merecido a los que no conocieron a Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

9 Éstos sufrirán el castigo de la destrucción eterna, y serán excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,

10 el día que venga para ser glorificado en sus santos y admirado por todos los que creyeron. Y ustedes han creído a nuestro testimonio.

11 Por eso siempre oramos por ustedes, para que nuestro Dios los considere dignos de su llamamiento, y cumpla con su poder todo propósito de bondad y toda obra de fe,

12 para que, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo, el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en ustedes, y ustedes en él.

2 Tesalonicenses 2

Manifestación del hombre de pecado

1 Hermanos, con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él,les rogamos

2 que no cambien fácilmente de manera de pensar. No se dejen asustar por nadie, ni siquiera por un espíritu, una palabra, o una carta que pretenda aparecer como nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca.

3 De ninguna manera se dejen engañar. Porque ese día no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, es decir, el hijo de perdición,

4 el cual se opone y se enfrenta a todo lo que se llama Dios o es objeto de culto.Llega al grado de sentarse en el templo de Dios y de ocupar su lugar, haciéndose pasar por Dios.

5 ¿No se acuerdan de que, cuando yo estaba todavía con ustedes, les advertía esto?

6 Y ahora ustedes saben bien qué es lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste.

7 Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción, sólo que en este momento hay quien lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.

8 Entonces se manifestará ese malvado, a quien el Señor matará con el espíritu de su bocay destruirá con el resplandor de su venida.

9 La llegada de este malvado, que es obra de Satanás, vendrá acompañada de gran poder y de señales y prodigios engañosos,

10 y con toda falsedad e iniquidad para los que se pierden, por no haber querido recibir el amor de la verdad para ser salvados.

11 Por eso Dios les envía un poder engañoso, para que crean a la mentira,

12 a fin de que sean condenados todos los que, lejos de creer a la verdad, se deleitaron en la injusticia.

Escogidos para salvación

13 Pero nosotros siempre debemos dar gracias a Dios por ustedes, hermanos amados por el Señor, de que desde el principio Dios los haya escogido para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.

14 A esto los llamó por medio de nuestro evangelio, para que alcanzaran la gloria de nuestro Señor Jesucristo.

15 Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y retengan la doctrina que personalmente y por carta les hemos enseñado.

16 Que nuestro Señor Jesucristo mismo, y nuestro Dios y Padre, que nos amó y nos dio consuelo eterno y buena esperanza por gracia,

17 les infunda ánimo en el corazón y los confirme en toda buena palabra y obra.

2 Tesalonicenses 3

Que la palabra de Dios sea glorificada

1 Por lo demás, hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, tal como sucedió entre ustedes,

2 y para que seamos librados de los hombres perversos y malvados; porque no todos tienen fe.

3 Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y guardará del mal.

4 Nosotros confiamos en el Señor que ustedes hacen y seguirán haciendo lo que les hemos ordenado.

5 Que el Señor encamine el corazón de ustedes al amor de Dios y a la paciencia de Cristo.

Trabajar es un deber

6 Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo les ordenamos que se aparten de todo hermano que viva desordenadamente y no siga las enseñanzas que ustedes recibieron de nosotros.

7 Ustedes mismos saben cómo seguir nuestro ejemplo. Porque nosotros no vivimos entre ustedes de manera desordenada,

8 ni comimos el pan de nadie sin pagarlo, sino que día y noche trabajamos muy duro y sin descanso, para no ser una carga a ninguno de ustedes.

9 Y no es que no tuviéramos derecho de hacerlo, sino que quisimos darles un buen ejemplo a seguir.

10 Cuando estábamos con ustedes, también les ordenamos esto: «Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.»

11 Y es que nos hemos enterado de que algunos de ustedes viven desordenadamente, y no trabajan en nada, y se entrometen en lo ajeno.

12 A tales personas les ordenamos y exhortamos, por nuestro Señor Jesucristo, que simplemente se pongan a trabajar y se ganen su propio pan.

13 Y ustedes, hermanos, no se cansen de hacer el bien.

14 Si alguien no obedece a lo que en esta carta decimos, señálenlo y no se junten con él, para que se avergüence.

15 Pero no lo traten como enemigo, sino aconséjenlo como a un hermano.

Bendición final

16 Que el Señor de paz mismo les dé paz siempre y en toda circunstancia. Que el Señor esté con todos ustedes.

17 Yo, Pablo, escribo este saludo de mi puño y letra. Ésa es la marca distintiva de todas mis cartas. Así escribo.

18 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos ustedes. Amén.

1 Tesalonicenses 1

Saludo

1 Pablo, Silvano y Timoteo, nos dirigimos a la iglesia de los tesalonicenses en Dios el Padre y en el Señor Jesucristo.Reciban ustedes gracia y paz.

Ejemplo de los tesalonicenses

2 Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, y los tenemos presentes en nuestras oraciones.

3 Constantemente los recordamos delante de nuestro Dios y Padre por sus actos de fe; por su trabajo, que es fruto de su amor, y por su sufrida esperanza en nuestro Señor Jesucristo.

4 Hermanos amados de Dios, sabemos que él los ha escogido,

5 pues nuestro evangelio no llegó a ustedes solamente en palabras, sino también en poder, en el Espíritu Santo y con plena convicción. Ustedes bien saben que, cuando estuvimos entre ustedes, siempre buscamos su propio bien.

6 Ustedes recibieron la palabra con gozo del Espíritu Santo, aun en medio de muchos sufrimientos,y llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor,

7 con lo que llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes de Macedonia y de Acaya.

8 Con ustedes como punto de partida, la palabra del Señor ha sido divulgada, y no sólo en Macedonia y Acaya, sino también en muchos otros lugares donde se sabe de la fe que ustedes tienen en Dios. Ya no es necesario que nosotros digamos nada,

9 porque ellos mismos hablan de lo bien que ustedes nos recibieron, y cómo se apartaron de los ídolos y se volvieron al Dios vivo y verdadero, para servirlo

10 y esperar de los cielos a Jesús, su Hijo, a quien Dios resucitó de los muertos, y que es quien nos libra de la ira venidera.

1 Tesalonicenses 2

Ministerio de Pablo en Tesalónica

1 Hermanos míos, ustedes mismos saben que nuestra visita a ustedes no fue en vano.

2 También saben que, a pesar de haber sufrido y de ser maltratados en Filipos,Dios nos dio el valor necesario para anunciarles su evangelio, aun en medio de grandes peligros.

3 Porque nuestra exhortación no se basa en el error ni en malas intenciones, ni tampoco tratamos de engañar a nadie,

4 sino que hablamos porque Dios nos aprobó y nos confió el evangelio. No buscamos agradar a los hombres, sino a Dios, que es quien examina nuestro corazón.

5 Como ustedes bien saben, nosotros nunca usamos palabras lisonjeras, ni hay en nosotros avaricia encubierta. Dios es nuestro testigo.

6 Tampoco hemos buscado recibir honores de ustedes, ni de otros ni de nadie, aun cuando como apóstoles de Cristo podríamos haberles pedido que nos ayudaran.

7 En vez de eso, los hemos tratado con ternura, con el mismo cuidado de una madre por sus hijos.

8 Tan grande es nuestro cariño por ustedes, que hubiéramos querido entregarles no sólo el evangelio de Dios sino también nuestra propia vida. ¡A tal grado hemos llegado a amarlos!

9 Hermanos, ustedes se acordarán de nuestros trabajos y fatigas, y de cómo noche y día nos dedicamos a predicarles el evangelio de Dios, sin ser una carga para nadie.

10 Ustedes son testigos, y Dios también, de que nos hemos comportado con ustedes los creyentes de manera santa, justa e intachable.

11 Ustedes saben, además, que los hemos exhortado y consolado, como lo hace un padre con sus hijos,

12 y les hemos recomendado vivir con dignidad ante Dios, que los llamó a su reino y gloria.

13 Por eso también nosotros siempre damos gracias a Dios de que, cuando ustedes recibieron la palabra de Dios que nosotros les predicamos, no la recibieron como mera palabra humana sino como lo que es, como la palabra de Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes.

14 Porque ustedes, hermanos, llegaron a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, ya que de parte de sus compatriotas sufrieronlas mismas cosas que ellas padecieron de los judíos,

15 los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron.Ellos no agradan a Dios, se oponen a todo el mundo,

16 y a nosotros nos impiden predicar a los no judíos para que se salven. Con esto llegan al colmo de sus pecados, y se hacen acreedores a la ira más extrema.

Ausencia de Pablo de la iglesia

17 Pero nosotros, hermanos, aunque estuvimos separados de ustedes por algún tiempo (físicamente, pero no en el corazón), hicimos todo lo posible para ir a verlos.

18 Por lo tanto, quisimos ir a verlos, y yo mismo lo intenté varias veces, pero Satanás nos lo impidió.

19 Porque ¿cuál es nuestra esperanza o gozo delante de nuestro Señor Jesucristo? ¿De qué corona puedo vanagloriarme cuando él venga, si no es de ustedes?

20 Porque son ustedes el motivo de nuestro orgullo y de nuestro gozo.

1 Tesalonicenses 3

1 Por lo tanto, cuando ya no pudimos soportarlo más, decidimos quedarnos solos en Atenas,

2 y enviar a ustedes a nuestro hermano Timoteo, que es un servidor de Dios y colaborador de nosotros en el evangelio de Cristo, con el fin de afianzarlos y animarlos en su fe,

3 para que nadie se inquiete por estas dificultades. Como ustedes bien saben, a esto se nos ha destinado.

4 Cuando todavía estábamos con ustedes, les advertimos que tendríamos dificultades; y, como ustedes saben, así sucedió.

5 Por eso, cuando ya no pude esperar más, mandé a preguntar acerca de su fe, pues el tentador podría haberlos tentado, y entonces nuestro trabajo habría sido en vano.

6 Pero ahora Timoteo ha vuelto a nosotros, luego de haber estado con ustedes,y nos ha dado las buenas noticias de la fe y el amor que ustedes tienen. Nos ha contado, además, que ustedes siempre nos recuerdan con cariño, y que desean vernos. También nosotros deseamos verlos a ustedes.

7 Por eso, hermanos, en medio de todas nuestras necesidades y aflicciones, ustedes nos han consolado por medio de su fe;

8 ¡el saber que ustedes están firmes en el Señor nos ha devuelto la vida!

9 ¿Cómo podríamos dar gracias a Dios por ustedes, y por todo el gozo que ustedes nos hacen disfrutar delante de nuestro Dios?

10 De día y de noche, no hay un solo momento en que no oremos para que podamos volver a verlos, y así podamos completar lo que falte a la fe de ustedes.

11 Que nuestro Dios y Padre, y nuestro Señor Jesucristo, dirijan nuestro camino hacia ustedes,

12 y que el Señor los haga crecer y aumente el amor entre ustedes y hacia los demás, así como también nosotros los amamos a ustedes,

13 para que se fortalezca su corazón y sean ustedes santos e irreprensibles delante de nuestro Dios y Padre, cuando venga nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.

1 Tesalonicenses 4

La vida agradable a Dios

1 Por lo demás, hermanos, les rogamos y animamos en el Señor Jesús a que cada día su comportamiento sea más y más agradable a Dios, que es como debe ser, de acuerdo con lo que han aprendido de nosotros.

2 Ustedes ya conocen las instrucciones que les dimos de parte del Señor Jesús.

3 La voluntad de Dios es que ustedes sean santificados, que se aparten de toda inmoralidad sexual,

4 que cada uno de ustedes sepa tener su propio cuerpo en santidad y honor,

5 y no en pasiones desordenadas, como la gente que no conoce a Dios.

6 Ninguno debe agraviar ni engañar en nada a su hermano; porque el Señor toma en cuenta todo esto, como ya les hemos dicho y declarado.

7 Pues Dios no nos ha llamado a vivir en la inmundicia, sino a vivir en santidad.

8 El que desecha esto, no desecha a un hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo.

9 En cuanto al amor fraternal, no es necesario que les escriba, porque Dios mismo les ha enseñado que ustedes deben amarse los unos a los otros,

10 y eso es lo que ustedes hacen con todos los hermanos que viven por toda Macedonia. Sin embargo, hermanos, les rogamos que su amor abunde más y más,

11 y que procuren vivir en paz, y ocuparse de sus negocios y trabajar con sus propias manos, tal y como les hemos ordenado,

12 a fin de que se conduzcan honradamente con los de afuera, y no tengan necesidad de nada.

La venida del Señor

13 Hermanos, no queremos que ustedes se queden sin saber lo que pasará con los que ya han muerto, ni que se pongan tristes, como los que no tienen esperanza.

14 Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también Dios levantará con Jesús a los que murieron en él.

15 Les decimos esto como una enseñanza del Señor: Nosotros, los que vivimos, los que habremos quedado hasta que el Señor venga, no nos adelantaremos a los que murieron,

16 sino que el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero.

17 Luego nosotros, los que aún vivamos y hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para recibir en el aire al Señor, y así estaremos con el Señor siempre.

18 Por lo tanto, anímense unos a otros con estas palabras.

1 Tesalonicenses 5

1 En cuanto a los tiempos y las ocasiones, no hace falta, hermanos míos, que yo les escriba.

2 Ustedes saben perfectamente que el día del Señor llegará como ladrón en la noche.

3 De repente, cuando la gente diga: «Paz y seguridad», les sobrevendrá la destrucción, como le llegan a la mujer encinta los dolores, y no escaparán.

4 Pero ustedes, hermanos, no viven en tinieblas, como para que ese día los sorprenda como un ladrón,

5 sino que todos ustedes son hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de la oscuridad,

6 así que no durmamos como los demás, sino mantengámonos atentos y sobrios.

7 Los que duermen, de noche duermen; los que se embriagan, de noche se embriagan;

8 pero nosotros, los que somos del día, debemos ser sobrios, ya que nos hemos revestido de la coraza de la fe y del amor, y tenemos como casco la esperanza de la salvación.

9 Dios no nos ha puesto para sufrir el castigo, sino para alcanzar la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo,

10 quien murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos unidos a él.

11 Por lo tanto, anímense y edifíquense unos a otros, como en efecto ya lo hacen.

Pablo exhorta a los hermanos

12 Hermanos, les rogamos que sean considerados con los que trabajan entre ustedes, y que los instruyen y dirigen en el Señor.

13 Ténganlos en alta estima y ámenlos por causa de su obra. Y ustedes, vivan en paz.

14 También les rogamos, hermanos, que les llamen la atención a los ociosos, que animen a los de poco ánimo, que apoyen a los débiles, y que sean pacientes con todos.

15 Tengan cuidado de que nadie pague a otro mal por mal; más bien, procuren siempre hacer el bien, tanto entre ustedes como con los demás.

16 Estén siempre gozosos.

17 Oren sin cesar.

18 Den gracias a Dios en todo, porque ésta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.

19 No apaguen el Espíritu.

20 No menosprecien las profecías.

21 Examínenlo todo; retengan lo bueno.

22 Absténganse de toda especie de mal.

23 Que el mismo Dios de paz los santifique por completo; y que guarde irreprensible todo su ser, espíritu, alma y cuerpo, para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

24 Aquel que los llama es fiel, y cumplirá todo esto.

Salutaciones y bendición final

25 Hermanos, oren por nosotros.

26 Saluden a todos los hermanos con un beso santo.

27 Les encargo en el nombre del Señor que esta carta sea leída a todos los santos hermanos.

28 Que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con ustedes. Amén.

Colosenses 1

Saludo

1 Yo, Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo,

2 a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo sean con ustedes.

Pablo pide sabiduría espiritual para los colosenses

3 Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo,

4 pues hemos recibido noticias de la fe de ustedes en Cristo Jesús, y del amor que tienen por todos los santos,

5 a causa de la esperanza que en los cielos les está reservada. Ustedes ya han sabido de esto por el evangelio, que es la palabra de verdad,

6 y que ha llegado hasta ustedes, así como a todo el mundo, y que desde el día que ustedes la escucharon y la comprendieron claramente, y conocieron la gracia de Dios, crece en ustedes y produce fruto.

7 Esto lo aprendieron por medio de Epafras,nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para ustedes,

8 quien también nos ha hablado del amor que ustedes tienen en el Espíritu.

9 Por eso nosotros, desde el día que lo supimos, no cesamos de orar por ustedes y de pedir que Dios los llene del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual,

10 para que vivan como es digno del Señor, es decir, siempre haciendo todo lo que a él le agrada, produciendo los frutos de toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;

11 todo esto, fortalecidos con todo poder, conforme al dominio de su gloria, para que puedan soportarlo todo con mucha paciencia. Así, con gran gozo,

12 darán las gracias al Padre, que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

13 y que también nos ha librado del poder de la oscuridad y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo,

14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de los pecados.

Reconciliación por medio de la muerte de Cristo

15 Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación.

16 En él fue creado todo lo que hay en los cielos y en la tierra, todo lo visible y lo invisible; tronos, poderes, principados, o autoridades, todo fue creado por medio de él y para él.

17 Él existía antes de todas las cosas, y por él se mantiene todo en orden.

18 Él es la cabeza del cuerpo, que es la iglesia.Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para tener la preeminencia en todo,

19 porque al Padre le agradó que en él habitara toda plenitud,

20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

21 Y también a ustedes, que en otro tiempo eran extranjeros y enemigos, tanto en sus pensamientos como en sus acciones, ahora los ha reconciliado completamente

22 en su cuerpo físico, por medio de la muerte, para presentárselos a sí mismo santos, sin mancha e irreprensibles,

23 siempre y cuando en verdad permanezcan cimentados y firmes en la fe, inamovibles en la esperanza del evangelio que han recibido, el cual se predica en toda la creación debajo del cielo; del cual yo, Pablo, he llegado a ser ministro.

Ministerio de Pablo a los no judíos

24 Ahora me alegro de lo que sufro por ustedes, y completo en mi cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la iglesia, que es su cuerpo;

25 de la cual llegué a ser ministro, según el plan que Dios me encomendó para el bien de ustedes, de anunciar cabalmente la palabra de Dios,

26 el misterio que había estado oculto desde los tiempos antiguos, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos,

27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los no judíos, y que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.

28 Nosotros anunciamos a Cristo, y amonestamos y enseñamos a todo el mundo en toda sabiduría, a fin de presentar perfecta en Cristo Jesús a toda la humanidad.

29 Con este fin, trabajo y lucho con todas mis fuerzas y con el poder que actúa en mí.

Colosenses 2

1 Quiero que sepan que es grande la lucha que sostengo por ustedes y por los que están en Laodicea, lo mismo que por todos los que nunca me han visto personalmente,

2 para que su corazón se anime y para que permanezcan unidos en amor, hasta que alcancen todas las riquezas que provienen de la convicción y el entendimiento, para que conozcan el misterio de Dios el Padre y de Cristo,

3 en quien se hallan escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.

4 Les digo esto para que nadie los engañe con palabras persuasivas,

5 porque aunque físicamente estoy lejos de ustedes, en el espíritu estoy entre ustedes, y me alegra ver su buen orden y la firmeza de su fe en Cristo.

6 Por tanto, vivan en el Señor Jesucristo de la manera que lo recibieron:

7 arraigados y sobreedificados en él, confirmados en la fe y rebosantes de acciones de gracias, que es como fueron enseñados.

Plenitud de vida en Cristo

8 Cuídense de que nadie los engañe mediante filosofías y huecas sutilezas, que siguen tradiciones humanas y principios de este mundo, pero que no van de acuerdo con Cristo.

9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,

10 y en él, que es la cabeza de toda autoridad y poder, ustedes reciben esa plenitud.

11 En él ustedes fueron también circuncidados. Pero no me refiero a la circuncisión física, sino a la circuncisión que nos hace Cristo, y que consiste en despojarnos de la naturaleza pecaminosa.

12 Cuando ustedes fueron bautizados, fueron también sepultados con él, pero al mismo tiempo resucitaron con él, por la fe en el poder de Dios, que lo levantó de los muertos.

13 Antes, ustedes estaban muertos en sus pecados; aún no se habían despojado de su naturaleza pecaminosa. Pero ahora, Dios les ha dado vida juntamente con él,y les ha perdonado todos sus pecados.

14 Ha anulado el acta de los decretos que había contra nosotros y que nos era adversa; la quitó de en medio y la clavó en la cruz.

15 Desarmó además a los poderes y las potestades, y los exhibió públicamente al triunfar sobre ellos en la cruz.

16 No permitan, pues, que nadie los juzgue por lo que comen o beben, o en relación con los días de fiesta, la luna nueva o los días de reposo.

17 Todo esto no es más que una sombra de lo que está por venir; pero lo real y verdadero es Cristo.

18 No permitan que los condenen esos que se ufanan de humildad pero rinden culto a los ángeles. Los tales se meten en cosas que no han visto y están envanecidos por su razonamiento humano;

19 no están unidos a la Cabeza, que es quien nutre y une todo el cuerpo mediante las coyunturas y ligamentos, y lo hace crecer con el crecimiento que da Dios.

20 Si con Cristo ustedes han muerto a los principios de este mundo, ¿por qué, como si vivieran en el mundo, se someten a sus preceptos?

21 Les dicen: «No tomes eso en tus manos, no pruebes aquello, y ni siquiera lo toques.»

22 Esos preceptos se ciñen a mandamientos y doctrinas humanas, y todas ellas son cosas que se destruyen con el uso.

23 Sin duda, tales cosas pueden parecer sabias en cuanto a la religiosidad sumisa y el duro trato del cuerpo, pero no tienen ningún valor contra los apetitos humanos.